Sparkles in my soul

No importa tu apellido...

 "Las generaciones pasan como caen las hojas de nuestro árbol genealógico. Cada nueva flor crece y se beneficia de la fuerza y la experiencia de los que estuvieron antes"

Heidi Swapp

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Rakata prime

Medrak Ti estaba entregándole informes de mucha importancia a su Maestro Diederik.

—Hemos logrado, vender varias naves al mercado negro del gremio de contrabandistas, Maestro —notificó Medrak, bastante optimista.

—Eso es un avance, mi querido aprendiz —contestó Diederik mientras escribía unas notas en un papiro—. Me doy cuenta, que los frutos de los trabajos de nuestros acólitos han sido beneficiosos.

—Así es, Mi Señor, la verdad la paga en Bracca no era tan buena, pero al ser buenos mecánicos y demostrar buen comportamiento, el gremio de chatarreros de ese planeta les han dado buenas recompensas y esperamos que con la venta de esas naves, obtengamos mejores para nosotros... además de armas, municiones, provisiones y sondas, necesitamos labor de espionaje.

—Estoy de acuerdo, tenemos que prepararnos, pero nos esconderemos bajo las sombras, todavía no es prudente salir a la luz. Mientras tanto que los acólitos sigan en ese planeta, hasta que consigamos los créditos necesarios para comenzar nuestra venganza a la República y atraer a la Jedi.

—Cómo usted ordene, Mi Señor.

—Necesito también, que hagan labor de reconocimiento y busquen a esos malditos contrabandistas que servían a los caballeros de Ren ¿te recuerdas de ellos?

—Por supuesto, Maestro, son los más despiadados de la Galaxia y no les importa hacer lo que sea por dinero.

—Si claro vender esclavos, contrabandear armas, coaxium, gas tibanna y otras cosas más —añadió Diederik.

—Todo eso necesitaremos ¿no es así?

—Exactamente y tengo otras ideas más, las cuales llevaremos a cabo cuando nos contactemos con ellos.

—Entendido Maestro. Me retiro. —Hizo una venía para despedirse, pero Diederik lo detuvo.

—Ti, después de que logremos todo eso, nos dedicaremos a dejar cebos en planetas para llamar la atención, de la emperatriz, la quiero conmigo —puntualizó—. Quiero un descendiente, con ella ¿entiendes? que se convierta en el Sith más poderoso de todos los tiempos —mencionó sus planes, con maldad en sus ojos.

—Si... Claro Señor...

—Esa mujer será mía, Ti —declaró, con mirada lujuriosa.

—Cómo usted ordene, Maestro.

—Ahora retiraste y trae ante a mi a la hermosa, Yaralei... para que me caliente.

Medrak solamente asintió con un movimiento de cabeza, pues a pesar de todas las cosas, la fidelidad a su maestro y a toda la orden de Revan, él sí amaba a Yaralei, una joven a quien Vicrul Ren, había traído como obsequio a su Maestro, pero tenia que mantener ocultos sus sentimientos hacia la joven.

La llevaron de diecisiete años, sucia, harapienta y a pesar de todo, ella seguía siendo hermosa, con un cuerpo voluptuoso y su exótico cabello negro. Se había convertido desde muy joven en la esclava sexual de Diederik y le daba tristeza que la chica estuviera "tan enamorada" de su Maestro y este solo la usaba para desfogar en ella sus más bajas pasiones.