Sparkles in my soul

SI TU NO VUELVES (PARTE 1)

Después de la Batalla de Exegol en todos los confines de la galaxia celebraban el gran triunfo de la Resistencia y la última Jedi.

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Finalmente la galaxia era libre de la opresión y dictadura impuesta por la Primera Orden, el último año había sido el peor, durante ese tiempo todos temieron que un Nuevo Imperio resurgiera, más aun cuando se corrió la voz que Darth Sidious estaba de regreso. Nadie quería hablar más de ese asunto, era como si todos desearan borrar de sus mentes aquellos terribles hechos.

La Resistencia había sido llamada a formar parte de La Nueva República y la nueva defensa de la Galaxia, Poe y Finn al ser los nuevos líderes ahora tenían cargos importantes en el Nuevo Senado, como miembros honorables de la galaxia y eran símbolo de una nueva esperanza haciéndole honor al legado de la fallecida Princesa de Alderaan, nadie olvidaba aquella heroína que siempre dió todo para que toda la Galaxia fuera libre del yugo impuesto por El Imperio y sus rescoldos.

Rey se negó a participar en cargos en el Nuevo Senado, alegando que los Jedis estaban para defender la paz y no relacionarse en asuntos políticos, solamente participaría cuando se le necesitase, sus amigos no fueron capaces de convencerla, lo que ellos no sabían era la pena que la embargaba y que ella se empeñaba en ocultarles.

Las únicas que sabían de su dolor eran Rose Y Kaydel, esta última se enteró accidentalmente el día que Rey le contó todo a Rose, pasaba por donde ellas estaban justo en el momento que Rey se derrumbó dolida con Rose así que les terminó confesando todo a ambas chicas, ellas solamente se dedicaron a escucharla sin juzgarla jurando guardar su secreto.

Rose entendía al fin a su amiga, no podía juzgarla, la PO le arrebató mucho pero también entendió que de tanto odio y destrucción podía llegar a surgir el milagro del amor y el perdón, era algo que admiraba de Rey y la Generala Organa.

Kaydel sabía quién era Ben Solo pues ella era muy cercana a Leia, siempre supo la esperanza que guardaba la Princesa del regreso de su hijo, le dió dolor enterarse de cuanto sufrió aquel desafortunado muchacho que al parecer al fin encontró la paz, algo que La Generala siempre deseó.

Chewie también sabia, Rey misma se lo terminó confesando, ya lo sospechaba pues en el pasado el mismo la ayudó a infiltrarse en El Supremacy para traer de nuevo a su sobrino, así que no le extrañó que aquellos dos jóvenes terminaran enamorándose.

En esos días también recibieron la extraña donación de una persona anónima, todos sospechaban que se trataba de alguien generoso en el Nuevo Senado que quería mantenerse en el anonimato, hasta sospecharon de la Organización Colectivo.

Se trataba de una millonaria cantidad de créditos donde se pedía exclusivamente que se reconstruyera las nuevas instalaciones para La Resistencia, con nueva tecnología, armas, nueva flota, equipos médicos, astro mecánicos, bodegas para provisiones e instalaciones dignas para las personas que Vivian en dicho lugar.

Eso los había tomado por sorpresa ya que la base había quedado incompleta después de la caída en batalla del Tantive IV y mucho de los equipos se perdieron, en esos momentos solo contaban con la cueva y un campamento provisional.

Después de un mes todos se acomodaron y gracias a los créditos se empezaron las construcciones de una base que tenía el futuro de convertirse en la más moderna de toda la Galaxia.

En el anónimo se pedía que se le hiciera un espacio especial para la última Jedi, que ese lugar fuera solo para el uso exclusivo de la Señorita Rey, con biblioteca, sala de entrenamientos, y todas las comodidades dignas para tan honorable heroína.

Rey quiso negarse a esa extraña petición pero sus amigos insistieron que ya que ella no quería participar del Senado al menos aceptara ese regalo para su uso, aceptó resignada pues Chewie y Maz Kanata también insistieron y no le quedó más remedio.