Rings (Ziam)

20.

—Entonces te vas.— Lo miro en la cama algo triste.

Me sentía mal, Liam estaba solo, su familia lejos y los extrañaba demasiado y se notaba cuando lloraba en las noches y creía que no lo escuchaba, ahora me voy yo también

Lo abrazó y me siento a su lado— No va a ser mucho tiempo, dejé un caso abierto sin archivar, solo es un par de días, archivo y regreso— Lo beso y el corresponde.

—¿Me dices la verdad?— Un vacío se genera en mi pecho, no podía decirle la verdad pero tampoco quería mentirle.

Asiento contra mi voluntad y el me abraza— Te quiero Li— Besa mi coronilla y me levanto en dirección a la puerta.

Me despido de todos y de Niall con una mirada amenazante, tenía que salir todo bien, todo tenía que salir perfecto.

Subo a la camioneta y emprendo mi camino, el viento chocaba mi rostro y sonreía mientras la música a todo volumen se hacía presente.

Me recordaba a mi adolescencia

Ese momento que quieres huir y no saber de nada más que el viento en tu rostro, una persona que aprecias y la alegría de sentirte vivo.

Pero eso no era el caso de hoy.

Estaba preocupado, no por mi vida, mi vida dejó de importarme desde el momento en que tuve un arma en mi cabeza y pensaba que iba a morir justo ahí.

Preocupado por Liam, el era inocente en esto, era como una flor que quería guardar en una caja y no lastimar, pero sus actos de locura lo llevaron a esto y de paso a mi a protegerlo.

Pero no me quejaba

Pasan las horas y las horas, llego a mi destino, era de noche, noche oscura, no veía mi casa hace bastantes días, es volver a casa.

Abro la puerta y el lugar se siente frío, dejo la maleta en la silla y noto la ventana abierta.

¿Yo no la dejé cerrada?

Un gato negro asoma su cabeza por esta, sonrío al verlo.

—¿Sigues aquí?— Se acerca y me ronronea— Pensé que te habías ido— Lo acaricio y el maúlla

Saco una taza de leche que estaba en la nevera y se la dejo a él, bebé gustoso, pero no toda, debió comer algo en otra casa, saco mi teléfono y llamo a Liam.

—¿Ojitos? ¿llegaste? ¿Todo bien?— Sonrío al escucharlo preocupado, era dulce.

—Todo bien nada raro, cambio— Liam suelta una carcajada que me llena el pecho de alivio.

Esta bien, esta bien.

—Me alegro cariño, descansa debió ser pesado el viaje, dulces sueños— Muerdo mi labio, al fin y al cabo me acostumbré a sentirlo conmigo.

—Buenas noches Li— Cuelgo el teléfono y abro la puerta de mi habitación.

—¡¿Que carajo?!— La ventana estaba rota, algunos cuadros de mi familia, de Niall conmigo y mis diplomas totalmente rotos en el suelo, mi cama estaba revuelta y rastros de sangre en ella—Por dios.

Los cajones estaban abiertos, el libro donde tenía números de contacto así sean amigos o trabajo escritos por si los perdia no estaban.

Llamo a Niall mientras sigo en shock frente a la escena en mi propia casa.

—¿Que pasa Bro? ¿Llegaste bien?—

—Necesito que estés solo es urgente— Nial susurra bajo un claro algo preocupado, escucho las voces alejarse hasta que ya no se escuchan

—¿Pasó algo?

—Que no pasó querrás decir— Niall hace silencio esperando que hable— Alguien irrumpió en mi casa.

—¡¿Que?!

—Esta... esta todo roto, pero solo es mi habitación, no comprendo dejaron todo perfecto excepto mi habitación.

—¿Entraron solo a tu habitacion?— Asiento y ruedo los ojos recordando que no puede verme

—Si... por la ventana...— Murmuro pensativo— Pero hay una ventana abierta en la sala, así que estuvieron allí también.

—N-no me gusta esto estas solo en peligro y...

—Espera un segundo— Algo capta mi atención por la ventana que da a mi patio, saco la cabeza y veo cobijas o sábanas colgadas, cosas que yo no dejé.

—¿Pasa algo?

—Hay, lavaron ropa... Hay ropa, cobijas— Camino a la sala para salir por la puerta del patio— Está limpio, casi... recién lavado...

—¿Lavaron cosas que dejaste sucias? No parece el tipo de gente que asesina

—No no, no estaba sucio, todo estaba limpio— Prendo la linterna y alumbró una de la sábanas azules— Ah mierda.

—¡¿Que?!

—Sangre.

—¿Sangre?¿P-porque hay sangre en algo limpio?

— Las manchas de sangre no quitan rápido, parece todo tan reciente es tan, raro...— El ruido de la puerta abierta suena a mis espaldas y me tenso—Joder— Susurro al teléfono mientras me coloco detrás de la pared para que no me vean.

—¡¿Que?!

—Hay alguien aquí.