La caida del angel

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La oscuridad colmaba el lugar, dejándolo ver tétrico y ceniciento. El humo sombrío se filtraba por los accesos y dejaba allí un manto de somnolencia.
Nada, parecía no haber nada. Pero el silencio era mentiroso, y las dudas caían como agujas.
Recorrió el lugar, con la poca luz que encontraba, miró a su alrededor.
Uno, dos, diez, cien, había perdido la cuenta, no sabía cuántos había en total, pero sabía que eran muchos. A algunos los pudo reconocer y su semblante se endureció de ira y desesperación.
Necesitaba saber dónde estaban todos, quienes aún quedaban con vida.
La mano de su pequeño se aferraba a su saco, mientras con la otra apuntaba decidido intentando ver algo o alguien.
Nada, todo era incierto, nada y la desesperación lo inundaba.
¿Acaso había perdido todo? ¿Era esa su hora?. Podía ser pero no dejaría de luchar hasta derramar su última gota de sangre y mucho menos dejaría a su pequeño desamparado.
Jadeo al escuchar el sonido intenso de la balacera que comenzaba nuevamente. Al parecer no todo estaba perdido.
Escuchó la voz tan conocida y suspiró con algo de alivio.

-¡Jungkook está herido!- el grito lo alarmó y trajo de nuevo a la realidad.

-¿Qué mierda está pasando?- exclamó furioso.

-Nos emboscaron, ese hijo de puta del comandante nos delató-

-¿Dónde está Kook? Dime que lo enviaste a casa-

-Está ayudando a los que también están heridos, tranquilo no es tan grave lo de él-

Las corridas en la puerta principal se hicieron más intensas y más cercanas. Todos estaban alerta a la espera de enfrentar a quien sea necesario para salir de allí.

-Min, dime que estás aquí carajo-

-¿Hope?- preguntó asombrado.

-Vamos jefe, salgamos de aquí,  todavía hay muchos de ellos. No podemos hacerles frente- la voz apagada de Hoseok lo hizo entrar en razón.
Ahora solo debía pensar en sacar a Jimin, Namjoon y Hoseok de ahí.





Sintió el tirón de su saco, y el grito agudo de su pequeño y entonces entendió que los habían rodeado.
Giró su cuerpo sin esperar y cuando se dispuso a disparar la escena frente a él lo dejó sin habla.
-Sueltalo, y te aseguro que tu muerte será rápida- advirtió con ira.

-Oh no mi querido Min, ahora las cosas cambiaron,  tu y yo arreglaremos cuentas y pasarás una larga estadía en la cárcel.

-Jum, sabes muy bien que eso no pasará, antes de que yo vaya preso tu y toda tu familia desaparecerá de la tierra-

-Ya no Min, un pez más gordo pidió tu cabeza, yo solo voy al mejor postor-

Jimin no dejó de mirarlo en ningún minuto, mientras esperaba la señal para terminar con el hijo de puta del comandante de la policía, quien los había traicionado y se había aliado a los Norteamericanos para darle caza a Yoongi y su mafia.

Cuando este hizo un leve movimiento el arma saltó de las manos del tipo, Jimin lo tomó de sorpresa girando sobre su eje y golpeando cada parte de su cuerpo con golpes certeros haciendo que el comandante cayera de rodillas.



De pronto el sonido de un disparo preciso resonó en el lugar.
Jimin abrió sus ojos de par en par, Yoongi corrió desesperado. 
Su angel su pequeño angel cayó de rodillas tomándose su costado. La bala impactó de lleno en el lado izquierdo, la sangre brotaba sin parar y Yoongi solo podía gritar desesperado pidiendo ayuda.
Namjoon y Hoseok vieron la escena y salieron de allí despedidos, sabían que no debían quedarse.

Yoongi levantó en sus brazos a su pequeño, poco le importó la voz de alto de los agentes que lo rodeaban.
Corrió mientras llevaba a Jimin y le repetía una y otra vez que no lo dejara y cuanto lo amaba.
Subió al primer vehículo que vio, seguro Nam lo había dejado allí preparado para él sabiendo lo que su jefe haría.


Pequeño Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora