Se quedó junto a su pequeño todo el tiempo posible, esperando quizás alguna señal de este, pero eso no sucedió.
Jimin seguía inconsciente, en un estado inmóvil, haciéndolo ver aún más pequeño y sumamente frágil.
Acarició sus manos intentando darle calor, parecía irreal, generalmente era él quien tenía siempre sus manos frías y Jimin las aprisionaba entre las suyas para calentarlas.
Eso hacía que su corazón se estrujara, no podía ni quería verlo así.
No a él, no a su pequeño.Se acercó lentamente, mientras se sentaba en una silla junto a la cama, sin dejar de acariciarlo ni hablarle en un susurro.
-Te amo, perdoname- repetía una y otra vez.
Besó poco a poco su mejilla, su frente y sus labios. Estaba tan frío, tan quieto, tan lejos que no pudo evitar volver a sollozar.
No le importaba su destino, no le importaba lo que harían con él, a donde lo llevaran, solo le importaba que Jimin despertara y le dijera que todo estaría bien.Sintió el ruido de la puerta siendo abierta, y su semblante cambió rápidamente, volviendo a ponerse esa máscara de frialdad y seriedad que adoptaba cuando era Min Yoongi el jefe de la mafia.
Miró sobre su hombro y no le sorprendió ver al tipo allí parado.-Ya esperamos demasiado- habló en un tono bajo pero decidido.
-Me importa un carajo su tiempo poli, no pienso moverme de aquí hasta que él se recupere-
-Eso podría llevar mucho tiempo y tu no lo tienes- espetó intentando acercarse.
-Yo que tu esperaría afuera el tiempo que sea necesario, no querrás ver mi furia desatada sobre ti. Todavía me falta matar al hijo de puta que hirió a mi pequeño-
-Eso no va a pasar Min, deja ya de amenazarme y sal conmigo de una vez o será peor- exclamó perdiendo ya la paciencia.
Yoongi se puso de pie de un salto, haciendo que el tipo retrocediera dos pasos y se pusiera alerta. Estiró los músculos de sus brazos y sus piernas y se dirigió al sillón que estaba frente a la cama.
-Sal de aquí y cierra la puerta, y asegúrate de que nadie nos moleste- informó mientras recostaba su cabeza y cerraba sus ojos para intentar dormir.El detective no respondió, bufó por lo bajo y salió de allí sin decir más nada.
Yoongi dio varias vueltas sobre el incómodo mueble hasta que logró dormirse.
El sonido dentro de la habitación lo hizo saltar de golpe de donde estaba. Miró a su alrededor mientras apuntaba con su arma.
-Tranquilo Min, solo estamos revisando que el joven Park esté bien- la voz grave del médico terminó de despabilarlo.
-¿Está bien?- preguntó con su voz sumamente ronca.
-Sigue sedado, y su evolución ha mejorado, seguiremos revisando su estado, al parecer es un joven muy fuerte. Quizás las horas más críticas son las que está atravesando en este momento, solo queda seguir esperando- informó el doctor mientras miraba al otro quien tenía su vista clavada en su pequeño.
-Está bien, me quedaré aquí todo el tiempo que sea necesario-
-Los policías están nerviosos y molestos, hacen demasiadas preguntas- comentó mirándolo.
-Tu solo ocúpate de mi pequeño, no te preocupes por ellos- contestó poniéndose de pie y acercándose hasta la cama de su angel.
Acarició delicadamente su rostro, se veía con algo más de color y menos frío que antes. Lo arropó con la manta que tenía en sus piernas y tomó su mano pasando cada uno de sus largos dedos por los pequeños dedos del otro.
-Vamos amor, despierta por favor, dame ese último regalo, para que pueda irme tranquilo- exclamó en un hilo de voz sin dejar de tocar sus manos.
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Pequeño Ángel
FanfictionMin Yoongi es el hombre más temido de Corea y otros países, lleva adelante una de las mafias más poderosas y peligrosas que existen. Park Jimin es el pequeño angel que pone de cabezas el mundo de Yoongi.