El tipo estaba frente a él, lo miraba con lujuria, tenía al fin al mocoso berrinchudo que veía cada día desde que se había infiltrado en la mafia de Min y no podía negar que más de una vez había soñado con hacerlo suyo de todas las maneras posibles.
-Vamos Dae, deja esto, tu sabes que Yoongi no tendrá piedad contigo si me pones una mano encima- trataba de persuadir al muchacho para poder escapar.
-¿En serio crees que me perdería la posibilidad de cogerte de una vez por todas?, incluso aunque Min me mate lento y dolorosamente nada me quitaría la satisfacción de haberte hecho de todo. Te aseguro que me divertiré demasiado contigo antes de que él siquiera esté cerca, y quien sabe quizás hasta te guste- dijo acercándose y pasando su lengua por toda la cara de Jimin.
Este hizo una mueca de asco, tomó aire y giró su rostro para luego volver al tipo y propinarle un duro golpe con su propia cabeza rompiendo en el impacto su nariz. Dae jadeó de dolor y de repente sus manos apresaron el cuello de Jimin intentando quitarle el aire, en un ágil movimiento este movió sus propias manos soltandose de las esposas, sacó su querido bisturí modificado y se lo clavó en un ojo haciendo que el tipo gritara de dolor.
-Oh no idiota, no vas a gritar- exclamó y en un segundo había cortado su cuello de donde comenzó a escurrir sangre bañando todo el cuerpo inerte y la cama donde Jimin estaba sentado.
Se levantó del lugar y esperó tras la puerta, debía estar atento por si alguien entraba a la habitación al haber escuchado los ruidos. Pasaron algunos minutos y tomó de la mesa, donde había diversas herramientas de tortura que seguramente planeaban utilizar con él, su teléfono celular, accionó una tecla y se lo guardó en el bolsillo del pantalón.
Escogió un par de pinzas y un cuchillo y salió lentamente de allí. Antes de llegar al lugar que buscaba, la balacera comenzó a escucharse por todo el amplio galpón.
Jimin sonrió y se apresuró a ir a la habitación donde todo debía terminar.Hoseok había caminado con Kan a una de las habitaciones donde se relajarían un poco mientras Dae hacía lo acordado.
-¿Crees que Min nos encuentre pronto?- indagó Hoseok mirando al otro.-No lo creo, este lugar es seguro y por lo que pudo investigar Dae, el idiota del mocoso no le dijo nada a su novio de sus movimientos para atraparme- respondió acercándose a este y acariciando de manera demandante su trasero.
-Bien- respondió Hoseok, cruzó sus brazos sobre el cuello del contrario y lo besó tiernamente -Entonces tenemos tiempo para jugar un poco- exclamó lujurioso y Kan tragó saliva.
-Oh amor, todo el tiempo del mundo- dijo y apretó aún más su trasero llevándolo a la cama.
-Quiero jugar- habló Hoby mientras hacía un tierno puchero.
-Lo que tu quieras bebé, te daré lo que quieras mientras que después me dejes marcarte-
Hoseok arqueo una ceja y lo miró coqueto.
Lo hizo recostar sobre el respaldo de la cama, acomodó sus manos al costado de su cuerpo.
-No vale tocar, solo yo puedo hacerlo, tu solo debes sentir- jadeo en el oido del otro quien ya sentía su miembro desesperadamente duro.-Oh bebé amo que seas tan juguetón.
Hoseok sonrió.-No quiero que hagas trampa, sino tendré que atarte- comentó y se levantó de la cama para acomodarse a los pies de esta.
Lentamente comenzó a quitarse su camisa, botón por botón haciendo que el otro se desesperara por la lentitud. Dejó caer de manera sensual la prenda sobre la cara de su acompañante.
Sonrió al notar la lujuria desbordante del momento.
Se puso de espaldas y el otro se impresionó al ver las marcas que en otro momento le había dejado grabadas como un tatuaje.-Amor, date vuelta, no quiero ver esas marcas, no ahora, quizás luego pueda besar una por una- dijo intentando alcanzarlo con una mano.
-Está bien amor, pero no te muevas no hagas trampas- respondió coqueto nuevamente.
Se puso de costado y con total sensualidad comenzó a bajar sus pantalones dejando a la vista del otro su perfecto cuerpo. Tomó su celular y puso música, poco a poco se sumergió en la melodía y comenzó a bailar, cerró sus ojos y los movimientos salían solos como fluyendo de su cuerpo, como tantas veces lo había hecho en el antro donde solía bailar.Kan no pudo resistir la tentación y se movió hasta alcanzarlo, colocó su mano sobre su pecho y Hoseok abrió los ojos lanzándole una intensa mirada y una sonrisa ladina. Lo volvió a acomodar en el lugar donde lo quería y sentándose a horcajadas sobre el otro tomó una de sus manos y la sostuvo con unas esposas a los barrotes de la cama.
-Te dije que no hicieras trampas cariño, has sido un bebé malo, así que ahora tendré que atarte- informó con una encantadora voz mientras apresaba la otra mano.Se bajó de la cama y lo miró detenidamente. Caminó hasta el sillón y rebuscó dentro de la mochila que había llevado. El otro jadeaba expectante.
Giró para volver a enfrentarlo y le mostró un hermoso regalo que Park Jimin le había dado una vez.
-¿Recuerdas como me hiciste estás marcas?- preguntó señalando sus propias piernas.Kan arqueo una ceja y lo miró desencajado.
-¿No lo recuerdas?, porque yo lo recuerdo muy bien- dijo acercándose sigilosamente como un depredador cuando acecha a su presa.
-Me ataste a una cama, muy parecida a esta, ataste también mis piernas- mientras colocaba dos esposas en las piernas del otro -Y con una navaja empezaste a hacer pequeños pero profundos cortes diciendo que de esa manera jamás se borrarian y cada vez que las viera me acordaría de ti. Pues te digo que si resulta, jamás pude olvidar el dolor de aquel día. Recuerdo que mientras mis piernas sangraban sin parar tu repetías que eso era solo el principio, y aunque lloré y te imploré que pararas tu nunca te detuviste- su voz era lúgubre y su sonrisa macabra parecía tatuada en su piel.-Amor, por favor, no cometas una locura, te vas a arrepentir- jadeó desesperado.
Hoseok se sentó sobre él y sin dejar de mirarlo volvió a hablar
-¿Arrepentirme?, de lo único que me arrepiento es de no haberte matado cuando tuve la oportunidad- espetó con sarcasmo.-Mis hombres...
Y no pudo continuar, con el pequeño bisturí que tenía en su mano cortó de una sola pasada su lengua, haciendo que el otro chillara de dolor, tomó un hierro con el que se removían las brasas de la chimenea que estaba ardiendo y cautorizó de inmediato el corte, tal como Jimin le había explicado. Antes de que Kan pudiese desmayarse le inyectó una gran dosis de adrenalina, sonrió perversamente y se acercó a su oído.
-Oh, no maldito enfermo, no te vas a morir ni te vas a desmayar tan rápidamente, me tomaré todo el tiempo que pueda para torturarte y que sufras al menos algo de lo que me hiciste sufrir- soltó con odio mientras tomaba con fuerzas sus cabellos.
Puso una gran cinta sobre su boca mutilada y se levantó nuevamente. El arma modificada entraba y salía de sus piernas, dejando profundos cortes. Hoseok sonreía y aplaudía como desquiciado viendo su obra macabra. El tipo se retorcía del dolor y cuando llegaba a su punto límite de tolerancia Hoseok golpeaba su rostro haciéndolo volver y si era necesario volvía a inyectarlo.La puerta sonó con dos golpes, se levantó y se acercó para ver quién era.
-Tienes una hora, luego todo volará por los aires- informó con una amplia sonrisa que contagió al otro.
Hoseok miró al tipo que temblaba de dolor, sus mejillas estaban inundadas de lágrimas y sus ojos clamaban piedad.
-También rogué aquella vez y tu solo reias diciendo que era tu forma de amar. Pues ahora verás mi forma de odiar- soltó entre dientes.Tomó un aparato también modificado, arrancó los boxers del tipo y sin miramientos comenzó a violarlo de manera dura y despiadada, la herramienta estaba revestida con alambre de púas que lo destrozaban con cada movimiento.
Se tomaría su venganza aunque eso no borrara el sufrimiento que había pasado pero al menos ese hijo de puta no le jodería la vida a nadie más.
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Pequeño Ángel
FanfictionMin Yoongi es el hombre más temido de Corea y otros países, lleva adelante una de las mafias más poderosas y peligrosas que existen. Park Jimin es el pequeño angel que pone de cabezas el mundo de Yoongi.