Pequeño Ángel

La mirada del angel

Caminó para echar un último vistazo al avión que se erguía orgulloso en el hangar. Recorrió cada parte del exterior del mismo y salió de allí con sus manos en los bolsillos.
Tomó la calle cuesta abajo que lo llevaría a la pequeña cafetería que tanto le gustaba, la que estaba apenas a unas cuadras de su aeropuerto privado.
Se sentó en una de las mesas de afuera del local, el sol radiante y la brisa cálida ameritaban para estar allí.
Agarró uno de los periódicos que reposaban sobre la mesa, se quitó los anteojos de sol y comenzó a leer algunas noticias.
De pronto los rayos solares fueron invadidos por una sombra. Giró su vista a esta y sonrió de lado.

-Disculpa, no pude evitar verte- la voz grave del hombre lo estremeció.

-Bueno, no puedo hacer nada ante eso- respondió y volvió su vista a la lectura.

El hombre no se movió y siguió indagandolo con la mirada

-¿Necesitas una foto?- preguntó sarcástico.

-Soy Hioki, Zuyiro Hioki- dijo mientras extendía su mano para saludar.

-Un gusto Hioki, soy Jimin, Park Jimin- respondió sonriente.

El joven empleado de la cafetería se acercó con el pedido ya conocido. Miró a ambos hombres y habló.
- Su pedido señor Jimin-

-Gacias Cho- contestó sin dejar de sonreír.

El muchacho hizo una reverencia y miró nuevamente al hombre que seguía de pie junto a su cliente
-¿Desea que le sirva algo?- preguntó alzando una ceja.

-¿Puedo?- indagó mirando al pequeño frente a él.

-Claro- soltó escueto.

El hombre volvió a mirar al empleado y pidió un café negro.

Cuando volvieron a quedarse solos Jimin lo miró arqueando una ceja
-¿Y entonces?- cuestionó viendo como el otro no le sacaba los ojos de encima.

-Como verás no soy de aquí, mejor dicho no soy coreano, llegué hace unos días a Seul por negocios-

-Asi que eres un empresario ¿en qué rubro?- dijo mientras revolvía su café con leche.

-Automotriz- respondió automáticamente.

-¡Oh, entonces imagino que has de tener uno de esos automóviles ultra modernos- comentó en un gesto divertido.

-Podria decir que si. ¿Y tu a qué te dedicas Jimin?-

-Soy piloto de avión, trabajo en el hangar que está cerca de aqui-

-Bueno eso si es interesante- suspiró al hablar. En todo ese tiempo lo había explorado con su mirada maravillandose con la belleza del más joven.

-Digamos que es excitante poder maniobrar una bestia de miles de toneladas- explicó algo coqueto.

El tipo se tensó al ver los labios húmedos del otro. Realmente era una obra de arte con su cabello rosa, su cuerpo bien formado y su rostro angelical.

-¿Y dime Jimin, qué tiene de interesante Seul?- preguntó con una sonrisa ladina.

-Depende de lo que busques, pero te aseguro que aquí lo encontraras-

-Bueno a decir verdad no pensaba encontrar a alguien como tu- espetó jadeante.

-¿Alguien como yo? ¿Eso que significa?-

-Sumamente encantador- contestó de inmediato.

-¿Cómo puedes saber si soy encantador?, ni siquiera me conoces- exclamó sonriente.