Pequeño Ángel

La verdad del angel

Intentó abrir sus ojos que pesaban demasiado, aún así logró abrir uno de ellos, frente a él vio la cara del tipo que lo había golpeado y llevado a la fuerza.
Jimin bufó exasperado, intentó hablar o moverse pero era imposible, estaba atado y amordazado.

-Oh cariño, conozco tus mañas, ya me enteré de que eres un travieso que logra abrir esposas, así que me aseguré de amarrarte muy bien- exclamó satisfecho con una gran sonrisa.

El odio de Jimin recorría todo su cuerpo.

Le quitó la cinta que cubría su boca, aún así Jimin no habló.
-Seguro te estarás preguntando ¿qué está pasando y por qué te tengo aquí?,  así que voy a contarte una pequeña historia.

-Dejame ir, con esto solo lograrás que te maten- habló por primera vez.

-Creeme que ya me ocupé de eso, la verdad hubiera preferido matar a Min con mis propias manos, pero el tiempo apremia y debo volver a Japón,  así que me divertiré contigo y luego de que te mate seguiré mi vida en paz-

-A estas alturas debes ser el hombre más buscado de todo Corea, ¿en serio crees que pondrás un pie fuera de este lugar con vida?- sus palabras eran venenosas y seguras.

-Oh claro que si, ya sabes me encargué de todo mientras dormías cariño-
El tipo prendió una gran televisión que estaba frente a Jimin.

Las noticias inundaban los canales, la novedad era simple, un bar en el centro de Seúl había explotado prendiendose fuego en su totalidad.
Todas las personas que habían estado allí habían muerto, y los cientos de cadáveres eran apenas reconocibles.
Jimin jadeó desesperado ante la imagen, intentando con todas sus fuerzas librarse de sus ataduras.
-¡No es cierto!- gimió mientras su voz se estrangulaba.

-No lo digo yo, lo dicen las noticias cariño- exclamó victorioso el tipo frente a él.

-¿Por qué?, ¿qué  es lo que buscas?, ¿qué te he hecho para que mates a mi familia y me tengas aquí prisionero?- indagó con furia y dolor.

-No fuiste tú, sino el hijo de puta de tu novio  pero como él ya no está me divertiré un poco contigo en su nombre-

-¿Todo esto es por poder?- cuestionó ahora exasperado.

-Te dije que tenía una pequeña historia para contarte, deberías escuchar cuando te hablo- espetó mientras le daba un golpe sobre la cabeza.
Jimin se alejó lo más que pudo intentando controlar el odio que lo poseía.

-No me interesa nada que puedas decir, matame de una vez y acaba con esto-

-Si podría, pero ¿dónde estaría lo divertido?, no mejor lo haremos a mi manera.
Sabes mi nombre no es Hioki, soy Akane Hamamoto, sé que escuchaste mi apellido alguna vez-

-Akira- jadeo en un hilo de voz.

Akane lo miró envuelto en odio.
-Mi hermana, la joven que la mierda de tu novio mató sin importarle nada.

Jimin arqueo una ceja y le clavó los ojos esperando a que siguiera.

-Ella solo quería abrirse paso en el mundo de la mafia, se casó con otra mierda coreana para ayudar a mi padre a ampliar sus negocios, y el hijo de puta de tu novio mató al inútil de su esposo y a ella también luego de golpearla. ¿Entiendes por qué debo tomar venganza?- dijo mientras acariciaba el cabello de Jimin.

-No tienes idea de cómo fueron las cosas, sino no habrías arriesgado tanto por tan poco- soltó Jimin con una sonrisa irónica.

Akane lo tomó de sus cabellos haciendo que la cabeza de Jimin fuera hacia atrás dolorosamente.
-¿Y tu qué sabes?, ¿crees que cualquier cosa que digas va a hacer que cambie algo? ¿qué no vaya a matarte?-