La palabra discreción no significa nada cuando se trata de Huntsville, los rumores en un pueblo tan pequeño como este se extienden casi tan rápido como se disuelve una ola en la arena, tras romper sin delicadeza y brusquedad sobre la superficie para...
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Calix no apareció por el instituto los siete días siguientes, tampoco lo he visto rondando por su casa, ni he notado movimientos o ruidos, lo que me indica que los tres hermanos han tenido que salir del pueblo para resolver ese problema tan importante que Kai mencionó cuando irrumpió mi momento con Calix, aunque no me importe en absoluto esa interrupción, sí que me importa saber cuál fue el motivo tan importante por el que el idiota de ojos turquesa y acento extraño me dejó tirada, para una vez que me muestro amable sin razón alguna, lo arruina.
—Estoy intentando convencer a mamá para que me deje volver antes, pero sigo sin conseguir nada. Mi madre hace oídos sordos cada vez que comienzo a hablar, aunque no sea para quejarme —Lexie expresa su frustración conmigo, a través de la pantalla de mi ordenador. Los quince primeros minutos de todas nuestras llamadas se basan en eso, en sus quejas, pero no puedo quejarme, al fin y al cabo, escuchar sus problemas me ayuda a dejar de pensar en los míos.
—Piensa que solo te quedan tres semanas, tal vez eso te ayude a no ver todo tan negativo.
—Un mes, en total estaremos aquí cinco semanas. Vendremos la última semana de noviembre.—Me corrige en un suspiro— ¿Cómo va todo por allí?
—¿Realmente quieres saber cómo va todo o solo tienes interés en una cosa en específico? —Su sonrisa la delata— Calix lleva una semana sin aparecer por aquí, y al igual que él, sus hermanos —la informo con lo que sé.
—¿Sabes el motivo?
—No. Calix y yo fuimos a Blue Moon a desayunar y Kai apareció de repente diciendo que tenían un problema. Desde entonces no he vuelto a verlos.
—Eso suena a misterio que necesitamos resolver. Intenta informarte.
—¿Cómo voy a informarme? No tengo el número de Calix para hablar con él, tampoco tenemos confianza suficiente como para que me cuente sus problemas.
—Encontrarás la manera, siempre consigues lo que quieres. Lo único que tienes que hacer es vestirte con ese vestido azul tan provocativo y lo tendrás a tus pies. Probablemente ese sea su color favorito, quiero decir, tiene el pelo teñido de azul —pongo mis ojos en blanco ante las absurdas palabras de Lexie, que comienza a reír.
—Esa es una forma muy rastrera para sonsacarle una información que no necesito saber —se encoge de hombros, mirando un punto fijo de su habitación, me indica con la mano que me mantenga en silencio y acto seguido comienza a hablar con su madre.
Sonrío divertida cuando noto la mueca irritada que se va formando en su rostro cuando su madre comienza a reñirla por estar más tiempo encerrada en la habitación, perdiendo el tiempo con el móvil, en lugar de estar disfrutando de las pocas semanas que pasará en Colorado con su pobre abuelo enfermo. Lexie asiente, fingiendo que presta atención a la conversación, aunque la realidad es que está contando los segundos que su madre tarda en marcharse.
