Epílogo

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CALIX

—Calix —la voz de mi hermana interrumpe mis pensamientos—. Ayúdame a deshacerme de las cadenas —tiene la voz ronca y entrecortada, a causa del llanto.

Suspiro profundamente, sintiendo un pesado cansancio en todo mi cuerpo.

Me levanto con cuidado. Una vez de pie, intento sacudir la sangre de mi ropa, pero lo único que consigo es esparcirla aún más.

Su sangre.

Un nudo se forma en mi garganta al ver su cuerpo sin vida, cubierto de sangre. Sus ojos miran un punto fijo, sin brillo, su pecho ya no se mueve y no consigo ver su aura.

Ella se ha ido, y yo me he ido con ella.

Selene me dice lo que debo hacer para deshacerme de las cadenas, tal y como ella y Tayson hicieron antes con Aria, y yo cumplo con lo que me dice, consiguiendo liberarla de inmediato.

—Lo siento mucho, Calix —se abalanza sobre mí, rompiendo a llorar.

—¿Qué se supone que debemos hacer ahora, Selene? Kai y Hades han huido, Aria ha muerto.

—No lo sé —murmura cabizbaja—. Tayson también ha muerto.

Un segundo suspiro escapa de mis labios.

Camino hacia al cuerpo de Tayson, para acuclillarme a su lado y mover su hombro con suavidad, tratando de despertarlo. Le toma unos largos minutos cobrar la consciencia.

—¿Estás bien? —Le pregunto cuando abre los ojos.

—Tendré dolor de cuello por un mes —lo frota, haciendo una mueca—. Me he partido el cuello más de una vez, pero no de esta forma tan brusca —asiento, con la mirada fija en el suelo—. ¿Dónde está Aria?

—Muerta.

Algo dentro de mí duele al pronunciar esa palabra en voz alta.

Cierro mis ojos por un segundo.

—Kai prometió dejar a uno de vosotros con vida, pero Hades no —me levanto, suspirando, y me giro para mirar a Selene, que mira a Tayson con los ojos muy abiertos.

—Pero Kai te ha matado, ¿como...? ¿Cómo es posible...?

—Solo puedo morir si me arrancan el corazón. Solo Calix lo sabía, ahora lo sabes tú también.

Tayson se levanta y va a ver a Aria para sentarse junto a ella, aún sin dejar de mirarla. Sus ojos se llenan de lágrimas y no tarda en empezar a llorar.

No es la primera vez que lo veo llorando, sin embargo, esta duele la que más.

Pongo una mano sobre su hombro, dándole el apoyo que todos necesitamos. Selene también ha comenzado a llorar y mis ojos han vuelto a humedecerse.

—No la conocía tanto como tú —menciona él, mientras me arrodillo a su lado—. Tampoco hemos pasado mucho tiempo juntos... Pero la consideraba mi mejor amiga —me mira. Su rostro empapado de lágrimas me lastiman—. Incluso había llegado a quererla, Calix.

—Lo sé, Tayson.

Lo atraigo a mis brazos. Permito que apoye su mejilla en mi hombro, y permito que llore libremente sobre él. Dejo que se desahogue, y dejo que mis lágrimas vuelvan a brotar de mis ojos.

—Siempre me ha tratado bien, y me hizo galletitas —aprieto mis labios con fuerza, asintiendo—. ¿Por qué han tenido que hacerlo, Calix? ¿Por qué han tenido que matarla? Ni siquiera sacrificándome por ella he logrado salvarla.

Entreabro los labios, dispuesto a contestar, cuando una nube de humo invade el lugar, acompañado de un leve terremoto que nos obliga a sostenernos a lo que sea para mantener el equilibrio. Tayson se agarra a mí con demasiada fuerza, y yo pongo mis manos en el suelo, junto al cuerpo de Aria, protegiéndola del temblor.

CALIX #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora