8

53 3 0
                                    

8: JUGAR CON FUEGO

Calix se quedó conmigo las dos horas siguientes, hasta que mamá llegó del trabajo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Calix se quedó conmigo las dos horas siguientes, hasta que mamá llegó del trabajo. Le pedí que se quedara y él no puso ninguna objeción a ello, es más, incluso propuso el plan de ver una película. Obviamente, no pude negarme a eso, así que terminamos viendo la primera de Percy Jackson, la eligió él, ya que según él, es interesante que haya películas relacionadas con los Dioses, y yo por supuesto no he puesto ninguna objeción.

Cosas de Calix.

—¿Sabes qué? —mamá llama mi atención, después de colocar dos platos de carne sobre la mesita de centro.

—¿Qué?

—Lexie y sus padres pasarán aquí la acción de gracias —el tenedor con un trozo de pollo queda suspendido a escasos centímetros de mi boca abierta.

—¿Cómo?

—Sí, el abuelo ha insistido en venir aquí, los padres se han negado al principio puesto que aún no tiene unas condiciones muy buenas de salud, pero sorprendentemente han accedido a traerlo.

—Vaya... Eso es... Genial, ¿pero por qué Lexie no me ha dicho nada? —A mamá se le congela la sonrisa en la cara.

—Quizás era una sorpresa.

—No me digas —digo sarcástica, poniendo mis ojos en blanco.

—Actúa sorprendida cuando vengan —vuelve a sonreír antes de empezar a comer.

El silencio entre nosotras se hace presente, lo único que se escucha es el molesto sonido de los tenedores chocando y chirriando contra el plato y el sonido de nuestras bocas al masticar, un sonido muy desagradable y al que apenas estaba acostumbrada. Papá se encargaba de alegrar la hora de la comida con sus animadas charlas, siempre tenía algo que contar y aunque a veces repitiera algunas de sus anécdotas en el trabajo, ni mamá ni yo nos atrevíamos a interrumpir sus largos y entretenidos monólogos.

Sonrío inconscientemente, pero apenas dura unos segundos cuando caigo en la cuenta de algo.

—Mamá —me mira al instante, y sin hablar me indica que continúe—. Es nuestra primera acción de gracias sin papá —baja el tenedor lentamente hasta el plato, suspirando—. ¿Por eso has invitado a Lexie y su familia? ¿Para no estar las dos solas?

—Prefiero fingir que la cena de acción de gracias no es nada importante. Prefiero fingir que es un día normal en el que hemos invitado a nuestros amigos a cenar. No quiero que cenemos las dos solas y saber qué papá no vendrá tarde del trabajo, disculpándose por haberse entretenido, como siempre hacía —bajo mi mirada hacia el plato.

—A veces es mejor fingir que sentir —murmuro—. En algún momento tendremos que superarlo, mamá, no podemos llorar cada vez que pensemos en su recuerdo —suspira, dándome la razón.

CALIX #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora