La palabra discreción no significa nada cuando se trata de Huntsville, los rumores en un pueblo tan pequeño como este se extienden casi tan rápido como se disuelve una ola en la arena, tras romper sin delicadeza y brusquedad sobre la superficie para...
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-¿Necesitas ayuda con algo?
-No, cariño, además, la comida ya está casi lista. Lo único que falta es que lleguen los invitados -anuncia mamá, después de mirar el horno.
La emoción se expande entonces por todo mi pecho. Después de cinco semanas, podré ver a Lexie de nuevo. No sabía que podría llegar a echarla tanto de menos, se ha notado bastante su ausencia, sobretodo porque al no estar ella, he consentido mi acercamiento a Calix, aunque no ha sido porque haya querido, por mucho que tratara de evitarlo, él se desistía a ello, pero parece que esta vez, debido a nuestro último encuentro, ha sido Calix quien ha tenido la iniciativa de cortar cualquier clase de relación conmigo.
Estas dos últimas semanas ha vuelto a desaparecer. A los únicos que he visto han sido a Selene y a su perro, Tayson. Ella me ha saludado cada vez que nos hemos visto, pero en ningún momento ha decidido acercarse a mí, supongo que Kai la ha advertido de lo que pasó entre nosotros y es lo que ha hecho que ella mantuviera las distancias conmigo, cosa que tengo que confesar, me afecta bastante. Consideraba a Selene como una amiga más, aunque apenas nos conozcamos, ya me ha ayudado mucho más que cualquier otra persona. Es por ello que el hecho de que deje de hablarme de un día para otro me haga sentir mal, no le he hecho nada como para merecer su indiferencia.
Me pregunto si es consciente de lo que su querido hermano hace con las chicas, aprovecharse de su vulnerabilidad y amenazar a otras con hacerle daño a sus madres.
-Aria -el grito de mi madre me hace reaccionar-. Ve a abrir la puerta, han llamado.
Corro hacia la entrada, abriendo la puerta sin necesidad de comprobar quién es la persona que se encuentra detrás. Lexie se abalanza sobre mí nada más verme y cuando conseguimos encontrar la estabilidad para no caer al suelo ante la intensidad de nuestro abrazo, ambas chillamos emocionadas por la presencia de la otra.
-No sabes lo mucho que he llegado a odiar las videollamadas -me confiesa, fortaleciendo su abrazo.
-Lo importante es que no volverás a irte.
-Espero. Ha sido horrible -suspira pesadamente, separándose de mí. Exagerada.
-Buenas noches señores Fernsby -saludo a los padres y al abuelo de Lexie educadamente, tras notar que se encuentran detrás de ella. No parecen muy felices, tengo que decir.
-Buenas noches Aria, un placer verte de nuevo -me sonríe falsamente Nathalie, antes de pasar, junto a su esposo y padre.
-¿Qué tal el vuelo? -Mi madre entabla al instante una conversación con los invitados, mientras Lexie y yo tomamos asiento.
-Tengo que ponerte al corriente de lo que ha pasado en el último mes. Han pasado cosas muy extrañas, entre ellas el comportamiento de Brie.
-¿Brie? ¿Qué pasa con ella? Le dije que tenía que portarse bien contigo -niego con la cabeza.
