25: MI TENEBROSO HOGAR
CALIX
—No te tortures, has intentado ayudarla, eso es lo importante.
—Si me hubiese quedado con ella esto no habría pasado.
—Calix —Selene se arrodilla frente a mí, cogiendo mi cara entre sus manos para obligarme a mirarla—. Nada de lo que ha pasado es culpa tuya, ni de ella. No sabes el motivo por el que ha querido incendiar la casa, aún no despierta. Por favor, no te atormentes por algo de lo que no tienes nada que ver... —Niega con la cabeza, suspirando— Tantos años asesinando, torturando y manipulando... Y vienes a sentirte culpable por no estar con tu novia. Ella le pidió a Tayson que la dejara sola.
—Porque él apenas lo conoce, ella me necesitaba a mí y yo...
—Tú te estabas encargando de su madre y el funeral. Deja de sentirte culpable. ¿Dónde está el chico que me decía que no debía tener sentimientos, porque eran signos de debilidad? —Sonrío de lado, aún cabizbajo.
—Creo ese chico ya no existe. No soy el que era. No... —Me paso las manos por la cara, frustrado— Yo antes no tenía piedad con la gente, no sentía nada, no era cariñoso... Antes no sonreía inconscientemente cuando miraba a alguien como me pasa cuando miro a Aria. Con ella... Intento ser alguien que no soy y no lo soporto.
—No intentas ser alguien que no eres. Ese eres tú, sin estar condicionado por Hades, ese eres tú, sin la presión a la que siempre estás sometido. Ese eres tú, porque con ella sientes que eres un chico normal, cosa que realmente es lo que quieres ser. Cuando estás con ella, eres el verdadero Calix, un mortal sin preocupaciones, sin tener la misión de contentar a su padre por encima de todo, un chico que no ha sido rechazado y desterrado al Inframundo por los infames crímenes que ha cometido su padre. Sólo eres un chico enamorado de su novia, recibiendo el cariño que se merece. Intentas convencerte de algo equívoco, como siempre haces. Siempre le ves el lado malo a las cosas, aunque no exista.
—Pero...
—No, Calix. ¿Qué tiene de malo estar con Aria? ¿No te gusta cómo eres cuando estás con ella?
—Sí me gusta.
—¿Entonces? ¿Cuál es el problema? No estás acostumbrado a ser una persona romántica y enamorada, lo entiendo, pero no por eso ya tienes que renunciar a lo que has logrado. Con ella no eres malo, Calix.
—Pero algún día se enterará de cómo soy realmente y se alejará de mí.
—¿Eso te preocupa? ¿Por eso pones tantas pegas? ¿Porque temes que algún día se aleje de ti? —Se mantiene en silencio por unos segundos— Por eso prefieres ser tú el que se aleje primero... —Acierta. Lo confirmo en un leve asentimiento.
—No quiero que me deje, yo la... La... Ella me... Gusta.
—La quieres —miro hacia otro lado, apretando los labios, incapaz de soportar la intensidad de su mirada—. Te cuesta decirlo, está bien, nunca antes le has dicho a nadie que la quieres, tampoco te lo han dicho a ti, entiendo... —La interrumpo. Sintiendo una alegría extrema, que nunca antes había sentido.
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CALIX #1
General FictionLa palabra discreción no significa nada cuando se trata de Huntsville, los rumores en un pueblo tan pequeño como este se extienden casi tan rápido como se disuelve una ola en la arena, tras romper sin delicadeza y brusquedad sobre la superficie para...