La palabra discreción no significa nada cuando se trata de Huntsville, los rumores en un pueblo tan pequeño como este se extienden casi tan rápido como se disuelve una ola en la arena, tras romper sin delicadeza y brusquedad sobre la superficie para...
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-Aún queda un veintitrés por ciento para completar la lista -informo a Tayson, que mira la pantalla con detenimiento-. ¿Quieres reaccionar? Odio que te quedes embobado mirando las cosas, pasas demasiado tiempo siendo perro.
-Será porque alguien me obliga.
-Porque así molestas menos -bufo, poniendo mis ojos en blanco.
-¿Dónde está Selene? Ella me trata mejor que tú, ¿y el idiota de Kai?
-¿Y yo qué mierda sé? Ni lo sé ni me importa -salgo de la habitación para ir al salón, Tayson me sigue.
-Eres un aburrido.
-¿Quieres comer?
-Sí -sonríe de oreja a oreja, entrelazando sus manos en su pecho.
-Pues cállate o no te daré tu comida.
-Ahora soy un humano, trátame como tal -refunfuña, cruzándose de brazos.
-Entonces deja de comportarte como un perro plasta -golpeo su frente con mi dedo, provocándole. Un gruñido escapa de sus labios-. Recuérdame porqué no has podido ser un maldito bicho al que matar cuando empieza a molestar -abre la boca con indignación, ofendido por mis palabras.
-Eres malo.
-Sí, como digas -me siento en el sofá, y cojo mi móvil cuando empieza a sonar-. ¿Qué? -Respondo sin ganas, posando mis pies en la mesa de centro y colocando uno encima de otro.
-¿Tienes que ser siempre tan desagradable? -Habla Selene a través del móvil. Pongo mis ojos en blanco por segunda vez en la noche.
-¿Qué quieres? No tengo toda la noche -miro de reojo a Tayson, para ver que sigue mirándome con cara de cachorro abandonado. ¿Tanto le ha ofendido lo que he dicho? No ha sido para tanto.
-He... He salido de fiesta.
-Empiezas a aburrirme.
-El caso es... Que he venido con Aria y con Lexie, y no encuentro a ninguna de las dos.
-Oh... ¿Estás solita...? ¿Quieres que te envíe al perro a que te haga compañía? -Pregunto haciendo un puchero fingido.
-¡Deja de meterte conmigo!
-Tengo un mal presentimiento, Calix.
-¿Y eso es un problema porque...?
-Sabes que yo siempre acierto con mis suposiciones. Tienes que venir -suspiro pesadamente.
-Llama a otro que le importe.
-Calix, por favor. Sabes que no insistiría tanto si no fuera importante.
-No iré a ninguna parte -separo el móvil de mi oído para colgar, pero la voz desesperada de Selene me detiene.
