La palabra discreción no significa nada cuando se trata de Huntsville, los rumores en un pueblo tan pequeño como este se extienden casi tan rápido como se disuelve una ola en la arena, tras romper sin delicadeza y brusquedad sobre la superficie para...
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-¿Cómo te ha ido la entrevista? -es lo primero que le pregunto a mamá cuando entra en el coche.
-Pues... -Suspira dramáticamente, fingiendo una tristeza que no me creo en absoluto- ¡Me ha salido genial! -Chilla emocionada, haciéndome reír.
-¿Ves? Te lo dije. ¿Cuándo te llamarán para saber si estás contratada?
-Aún tiene que hacer algunas entrevistas, supongo que tardarán un par de semanas en comunicarme el resultado.
-Bueno, entonces no pienses en eso hasta que te llamen, no te sirve de nada pensar en eso si no vas a obtener la respuesta en poco tiempo.
-Supongo que sí -se acomoda el cinturón y mira la ventana. Un paisaje lleno de árboles y bonitas flores-. ¿Estás bien? Te noto un poco rara.
-Sí, no te preocupes.
No estoy bien. Desde que vi el vídeo he querido ir a enfrentarme a Calix y desahogarme tal y como hice con la madre de Lexie, pero, tras pensarlo con la mente fría, creo que lo mejor es pedirle una explicación, sin enfadarme, sin gritar, sin tener que pegarle aunque se lo merezca.
Estoy esperando a que sea el mejor momento para ello, y a que él venga a mí, porque desde luego, no voy a perder mi dignidad yendo a pedirle explicaciones, es mayorcito para enfrentar las consecuencias de sus actos.
-Tal vez no quieres decírmelo. ¿Qué te parece si vamos a comer a algún restaurante? Así te despejas un poco, y descansas de tres horas de conducción. Además, te han quitado la venda hace poco y no es recomendable que hagas muchos esfuerzos.
-Vale -sonrío agradecida.
Mamá me guía hacia un restaurante de comida basura, en el que pasamos más tiempo del necesario, pero con el que consigo descansar un poco mi cuerpo y mente. Mamá aprovecha nuestro pequeño momento juntas para contarme todo lo que le han preguntado en la entrevista, y una vez más me recuerda lo asombroso que sería abandonar Huntsville y poder vivir en un pueblo normal, lejos de muertes y misterios.
Al terminar de comer, nos ponemos en marcha hacia nuestro lindo hogar y tres horas después, llegamos a casa. Lo primero que hace mamá es ponerse su uniforme de médica, y en comunicarme que tiene que marcharse a trabajar, a pesar de tener el día libre, y yo no tardo mucho en vestir algo cómodo.
-¿Vas a dormir un poco?
-Iré a descansar, pero no voy a dormir.
-Está bien, cariño, entonces nos veremos esta noche -sonríe, cogiendo su bolso.
Voy a mi habitación, cojo mi almohada y una manta y salgo al tejado trasero de mi casa para tenderme sobre él, en el mismo lugar donde Calix y yo nos pusimos la misma noche que encontramos el cuerpo sin vida de Brie.
