2: UN AURA EXTRAÑA
—¿Preparada para empezar el último curso? —Cierro mi taquilla y encuentro a Lexie apoyada sobre los casilleros, mirándome con seriedad, casi con fastidio.
Lexie es un año menor que yo, al enterarse de que iría a su curso el año que viene, es decir, este, quiso entablar una amistad conmigo y desde entonces somos mejores amigas, aunque ya nos conocíamos, nunca antes habíamos conversado ni nada parecido. En un pueblo pequeño como este todo el mundo se conoce, eso puede ser algo bueno, supongo, pero tiene más carga en la parte negativa.
—Sí, lo estoy, aunque parece que tú no. Déjame adivinar, estas últimas dos semanas de vacaciones no han sido suficientes —bromeo, haciéndola reír.
—El problema de irte de viaje a Las Bahamas es que se pasa el tiempo muy rápido —bufa molesta, cruzándose de brazos y empezando a caminar a mi lado.
—Al menos tú has viajado, algunas han tenido que conformarse con tener unas vacaciones sin salir del pueblo.
Unas vacaciones, debo decir, de lo más aburridas. Lexie se ha ido a Las Bahamas de vacaciones con sus padres, y el chico nuevo, al que, por algún motivo, tenía ganas de ver, parece que ha desaparecido de la faz de la tierra, porque no ha habido rastro de él desde que lo vi el primer día.
Se metió en su casa después de hablar conmigo —aunque nuestra conversación terminó cuando me dijo su nombre—, y no lo he vuelto a ver. Se supone que, cuando alguien se muda, va a visitar a los vecinos, se presenta, hay gente que incluso hace bizcochos y tartas para dar su bienvenida, sin embargo, Calix no ha vuelto a salir de su casa, para nada.
—La próxima vez vienes conmigo —habla Lexie, desconcertándome.
—Sabes que no puedo permitirme un viaje a Las Bahamas.
—Eso no es ningún problema para mí y lo sabes —dice, caminando con fastidio hacia la clase de la señora Davis.
Este año empezamos el segundo año de bachillerato, el último grado de instituto y con el que dependerá nuestro futuro. Aprobar todas las materias este último año es lo que nos dará vía libre para ir a la universidad, para poder salir de Huntsville y formar un futuro en alguna ciudad, o de lo contrario, bastará que suspenda una materia para no poder salir, tener que buscar algún trabajo cutre y quedarme estancada aquí por el resto de mis días.
Esos eran mis pensamientos hace exactamente un año, cuando empecé segundo de bachillerato por primera vez, sin embargo, la situación ahora es muy diferente. Ya tengo un trabajo cutre —aunque solo en verano, ya que mi madre no quiere que compagine las clases con el trabajo— y ya estoy estancada en este maldito pueblo, no puedo dejar a mamá sola.
Este pueblo me gusta, es pequeño, acogedor y aquí es donde vive lo que queda de mi familia, mi madre es mi vida, y me dolerá dejarla atrás, si es que alguna vez consigo salir de aquí, pero me gustaría tener y aprovechar la oportunidad que mis padres no tuvieron, quiero vivir en la gran ciudad, en California o Nueva York, quiero crear mi futuro de una forma distinta a la que lo hicieron mis familiares, quiero ser la primera de la familia en estudiar en la universidad y en tener la posibilidad de escapar de este pueblo, pero nunca se tiene lo que se quiere.
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CALIX #1
General FictionLa palabra discreción no significa nada cuando se trata de Huntsville, los rumores en un pueblo tan pequeño como este se extienden casi tan rápido como se disuelve una ola en la arena, tras romper sin delicadeza y brusquedad sobre la superficie para...