9: EL MALO
CALIX
Mi cuerpo se paraliza al instante, cuando veo a Kai haciendo la mayor estupidez jamás hecha. ¡¿Cómo se le ocurre besar a una chica en mitad del porche, en la calle?! Puede ser visto por todo el jodido mundo. Pueden descubrirnos.
Separo a Kai con brusquedad, agarrando su brazo con fuerza y tirando de él. Me mira con el ceño fruncido cuando se da cuenta de que he sido yo el que casi provoca su caída, y yo lo miro, dedicándole una mirada de advertencia, al instante parece notarla, porque ya sabe que Aria está justo detrás de nosotros, y lo más importante, que lo ha visto todo.
La tensión es palpable en estos instantes, Kai y yo volvemos a mirarnos, sin saber qué hacer, por primera vez en nuestra vida, y Aria se mantiene en silencio, sin comprender la gravedad de la situación, hasta que por fin reacciona y mira a la chica. Cierro los ojos, tomando una respiración profunda, para tratar de calmarme.
Por favor Aria, no quiero hacerte daño, no me obligues a hacerlo.
—¿Brie? —Se acerca a ella. Intento detenerla, agarrándola por el brazo para impedir que se acerque, pero me detengo cuando me lanza una mirada de advertencia. Levanto las manos en señal de rendición y retrocedo sabiamente. Está bien, dejemos que haga lo que quiera, total, luego me encargaré de que lo olvide— Brie, ¿estás bien? —La sacude levemente por los hombros, para tratar de hacerla reaccionar, pero, como es normal, no hace nada.
Aria se desespera, y soy capaz de ver cómo el enfado comienza a invadirla por completo, un halo de furia rodea su brillante alma.
—¡¿Qué le has hecho?! —Le grita a Kai, empujándolo del pecho con una fuerza que lo hace retroceder. Me sorprende. Enfadada es mucho más sexy— ¿Por tu culpa está así?
—Aria, creo que es mejor que te vayas —hablo a sus espaldas.
Sé que, si no consigo que se vaya, será Kai el que intervenga, y ninguno de los tres queremos que eso pase.
—Yo no le he hecho nada —se defiende tontamente Kai, cual idiota, mirándola con cara de pocos amigos, a punto de perder la paciencia.
—Está claro que le has hecho algo, ella antes no era así —Aria mira fugazmente a Brie, antes de mirarme a mí—. Me dijiste que no la conocías.
—Te dije que no conocía a ninguna chica que se llamara Brie, no sabía que te referías a ella —miento en un encogimiento de hombros, pero parece que ella no está satisfecha con mi respuesta. Da un paso hacia mí.
—No me mientas, Calix, no soy estúpida. ¡¿Qué mierda le habéis hecho?!
—Aria, creo que es mejor que te vayas a casa —pongo una mano en su hombro delicadamente e intento que me mire a los ojos, pero desiste. Mi mandíbula se aprieta con fuerza.
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CALIX #1
General FictionLa palabra discreción no significa nada cuando se trata de Huntsville, los rumores en un pueblo tan pequeño como este se extienden casi tan rápido como se disuelve una ola en la arena, tras romper sin delicadeza y brusquedad sobre la superficie para...