Mizuki y Karube eran pareja desde hace tres años, sin embargo la chica sentía que había algo raro en su relación pero creía que solo era su imaginación. Sin embargo la chica un día quiso ver a su novio por lo que fue a su trabajo con demasiada emoción sin esperarse que por el gran ventanal del Bar observaría a su novio besando con mucha emoción a una chica, se fue lo mas rápido hacia la estación del tren con lagrimas en sus ojos.
Una vez llego a su casa se fue directo a su habitación, Mizuki tenia ganas de llorar al ver que la persona que amaba se alejaba, ¿Qué hizo mal?, no sabia por que Karube le estaría engañando, acaso ¿ella era poco?, ¿era aburrida?, ahora que lo pensaba conocerlo fue un error, Cupido no estaba de su lado, Cupido se equivoco.
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Mizuki había dejado ser pareja de Karube aunque nunca le dijo la verdadera razón de su ruptura, aquella chica se invento que la universidad la estaba presionado y que necesitaba un poco de espacio para todo esto, claro estaba para Karube estas fueron las mejores palabras de su vida pues a si no tenia que sentirse mal por su ahora ex-novia.
Ahora estabas caminando junto al sin hogar de Arisu.
- Déjame quedarme en tu casa, no molestare mucho.
- Me imagino el porque no molestarías mucho - ambos chicos se empezaron a reír, entre bromas algunas anécdotas llegaron al lugar citado por los ahora todos amigos.
- Vamos a un bar, ¿pero que bar esta abierto a esta hora?, buen momento para perder tu trabajo Karube - la chica no estaba al tanto de la perdida del trabajo de Karube, por lo que con su vista al frente solo pudo fruncir el ceño. - Mizuki ideas, espera ¿no deberías estar en la Universidad?.
- Cierra tu boca Chota, mejor celebremos que Arisu es independiente...
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Los cuatros amigos habían llegado a un Tokio alterno bastante tétrico, donde para ganarse la vida tenían que jugar, a la llegada jugaron su primer juego en dicho juego conocieron a Shibuki, a si que ahora eran una especie de equipo poco conveniente.
- Veo que estas aburrida.
- Algo, digamos que el jugar no me hace sentir nada, ¿Qué te hace sentir los juegos?.
- Me estresan, no los soporto, creo que solo sirvo para los juegos de fuerza física.
- Yo aun no lo se, pero se que no estas aquí para platicar de cualquier cosa, ¿A que viniste?.
- Quiero que me digas la verdad del porque terminaste conmigo.
- Eres tan tonto.
- ¿Disculpa?.
- Creíste que nunca me enteraría que me engañabas con aquella chica, pensaste que era tonta, ¿Qué pasaba por tu escaso cerebro? - Mizuki se encontraba observando los ojos de Karube. - Creí que ambos podíamos tener una vida perfecta, pero tal parece que eso solo existe en los cuentos de hadas, aunque me hiciste un gran favor querido Karube.
- ¿De que favor hablas? - El chico había visto a Mizuki de esa manera, en sus ojos solo se posaba la frialdad, en su voz la maldad mientras que todo su cuerpo parecía había perdido el alma.
- Este mundo no tiene reglas todo parece estar al revés, Karube, ¿crees que si estuviera una pizca de amor hubiera podido soportar la muerte de la chica?.
- Lo dudo.
- Desde que llegue a este lugar honestamente, me tengo miedo, veo mi reflejo en este cristal pero no me conozco - Ambos quedaron en silencio por un rato. - A mi corazón le gusto ver como ver aquella chica entro en crisis pero a mi cuerpo le gusto ver que ella eligió incorrectamente por nosotros. Ya no existe la luz en en este mundo, por que debería seguir fingiendo ser otra.
- Mientras no estés en contra mío todo estará bien, puedes disfrutar de todas la muertes mientras no sean las nuestras.
- Karube, No te dejes engañar, podemos estar juntos en esto pero estaríamos hablando de una falsa alegría, pero mantengamos la llave de la esperanza - La chica dio la vuelta para irse no sin antes decirle unas ultimas palabras de consuelo. - Mantente a salvo Karube, no tendré miedo.
