Las vacías palabras quedaron el aire, sin ningún remordimiento salieron, aquellas palabras eran peor que frías. No sabias cual tenia que ser tu reacción ante aquello, querías morirte y simplemente no saber más de aquel mundo.
"Quieres saber la verdad, pues la verdad es que no me gustas".
Incrédulamente creíste que solo era amable porque le gustabas o simplemente le agradabas un poco más que los demás, aunque todo fuese una mentira orquestada por la mente. Aunque no era realmente malo con nadie, solo carecía de un poco de confianza luego de que sus cuatro amigos lo traicionaran.
Sabias perfectamente quien estaba dentro de su cabeza, pero lo negaba, le robaba los suspiros, sus sueños, era capaz de arriesgar toda su vida por ella.
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A pesar del rechazo seguías siendo su amiga, desde la silla admirabas como aquellos dos compartían miradas, querías irte de inmediato, pero eras masoquista y te ibas a quedar.
Aun seguías perdida, esto tus dos "amigos" lo notaron, llevabas varios días actuando de esa manera, querían arreglar las cosas o por lo menos querían dejar algunas cosas en claro.
- ¿Estas bien?, te veo un poco decaída.
- Estoy bien, solo que esto ya me esta cansando.
- ¿A que te refieres con esto?.
- Seguir jugando, es obvio que no hay salida y si la hay es algo imposible de alcanzar - Observaste a cada uno, al menos ella si te había creído. - Me voy, en un momento vuelvo.
Estabas segura de que hoy seria tu ultimo juego, estabas cansada de todo este juego.
Te adentraste al edificio de enfrente, querías estar en la completa soledad y llorar como un bebé, al menos morirías por gusto.
Estaban a unos cuantos minutos de salir a jugar, sabias que si estabas al borde de la muerte nadie se metería a salvarte por lo que teóricamente tu muerte estaba cien porciento asegurada.
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