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Todos los miembros de la playa estaban apunto de soltar la carcajadas de sus vidas, los responsables; Suguru Niragi y Kawata Mina.

Durante una de las juntas, El Sombrerero vio oportuno comentarle a ciertas personas, que ya no había abasto de golosinas, todos se quedaron en silencio, todas las miradas fueron para los ya nombrados.

Solo estaban esperando a que uno de los dos, saltara sobre el otro. Mina achino sus ojos hacia el contrario, esperando que le de una rápida solución aquel asunto, que para su desgracia no era la única, Niragi la observaba buscando lo mismo.

- Solo fueron dos semanas, dos, ¿algo que decir? - Niragi solo le sonrió a la joven, no buscaba hacerla enojar, pero si que le gustaba molestarla. - Eres un imbécil, sabes lo mucho que cuestan conseguirlos.

- Hasta donde se, tu no vas por ellos - Una sonrisa burlona se formo en su rostro. - Solo sirves para tragártelos.

- Ya somos dos, ¿acaso tu si vas por ellos?, exacto, ¡no lo haces! -a este punto Mina estaba fuera de asiento, preparando sus puños para pelear. - Siempre eres tu el que se los acaba.

- ¿¡Yo!?, siempre te veo atascándote de ellos, nunca me dejas algo.

- ¡Eso es mentira, siempre pienso en ti, siempre dejo algo!.

A si eran las próximas dos horas, mientras los demás miembros observaban la escena que estos les brindaban. 

Algunos simplemente observaban, otras se cuestionaban: ¿Cómo es que los dos más temidos dentro de la playa, estén peleando por dulces? y otros solo aguantaban las ganas de golpear a los dos.

- ¡Basta, los dos! - Mina y Niragi dirigieron sus vista a quien les había gritado. - Ambos son igual de idiotas y culpables. 

- ¡Yo no soy una idiota!, en todo caso el idiota es el.

- Yo seré idiota, pero tu eres una maldita rata de alcantarillas.

- Estúpido.

- Tonta.

- Engreído.

- Presumida.

- Perro sarnoso.

- Cara de cerdo.

El Sombrerero giro los ojos en forma de cansancio, cuando ellos peleaban era misión imposible que dejaran de hacerlo. Ann tuvo una magnifica idea de como hacerlos parar, siempre tuvo la curiosidad de hacerlo, pero nunca se presentaba la oportunidad.




- Pobres de los que venían - Mina pateo aquel hombre que dejo muerto, mientras observaba todo el lugar. - Parece que no somos los únicos que buscan dulces.

- Ya vi, ahora entiendo porque nadie quería venir.

- Esto es un refugio, supongo que no es el único hombre aquí adentro.

Como castigo Ann mando ambos chicos por sus propias golosinas, si bien antes mandaban a alguien más, ahora era turno de los glotones de experimentar lo que era ir a conseguir sus caprichos. 

Tardaron varias horas dentro del lugar, todo parecía indicar que la dulcería era un refugio, algunos portaban armas blancas, lo que era una desventaja por que ellos llevaban armas de fuego. Luego de muchas muertes, consiguieron sus preciados dulces y no solo eso.

Mina se gano un corte de media intensidad en la pierna, mientras Niragi se había ganado un golpe en la cabeza.




「𝖠𝗅𝗂𝖼𝖾 𝖨𝗇 𝖡𝗈𝗋𝖽𝖾𝗋𝗅𝖺𝗇𝖽 ᴼᶰᵉ ˢʰᵒᵗˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora