「𝖠𝗅𝗂𝖼𝖾 𝖨𝗇 𝖡𝗈𝗋𝖽𝖾𝗋𝗅𝖺𝗇𝖽 ᴼᶰᵉ ˢʰᵒᵗˢ

𝑪𝒐𝒇𝒇𝒆𝒆 𝒐𝒓 𝑫𝒆𝒂𝒕𝒉

El ardor en las piernas, la frecuencia cardiaca de unos 160 latidos por minuto.

Previously

- Vamos, ya soy una experta - Senju observaba como sus "amigos" probaban por primera vez su café. - ¿Qué opinan?.

- Esta demasiado fuerte.

- Es bueno, pero no tomo mucho café.

- ¿Eras barista?.

Mientras que Arisu, Kuina y Chishiya habían dado sus humildes opiniones, Usagi se limito a no hacer nada.

- Bueno, vamos por un Flat White...

Senju era una barista profesional dentro de uno de los restaurantes de Japón. No es que amara el café, su abuela cultivaba granos de estos mismo y esa era la manera en la que se ganaba la vida, y que mejor que hacer café con esa cosecha familiar.

En un intento de querer consentir a sus nuevos amigos, se decidió por enseñarles las tantas variedades de café que habían; Latte, Cappuccino, Americano, expresso sencillo, doble, Lungo, Macchiato, Mocha, Ristretto...

Probada tras probada, degustar, saborear, preparacion...

Presently

  - A que no me alcanza, bobos - la risa de Senju era escandalosa, pero parecía haberse intensificado un poco más.

- En tus sueños pitufina - Entre los más rápidos estaba Arisu, quien parecía tener una riña personal con Kuina. - Vamos Kui, ¿acaso ya no das más?.

Sucedía que ninguno sabia que la cafeína alteraría sus nervios, es ahí donde luego de varios intentos de ser profesionales degustando un café, este les causo daño.

Seguían corriendo, no podían parar o posiblemente la cafeina los mataría de un infarto.

No ganaban nada con hacerlo, tal vez lo más fácil era la opción de la cafeina. Sin embargo cada uno aun tenia planeado que hacer, a quien traicionar, a quien matar, y demás. Haciendo que las facetas felices y amigables que mostraban cada uno como "amigos" fuera falsa. ¿Quién no aseguraba que esa era la manera de Senju para acabar con alguien?. ¿Quién decía que estaban seguros de conocerse lo suficiente?.

Cosas que quizás no eran para tanto, pero tampoco era para ignorarlas...

Aun a si observabas como aquellos jóvenes seguían corriendo, riendo y haciéndose bromas entre ellos.

Aquella no podía creer que tuviera que observar ese espectáculo, al menos era algo nuevo, ya sabia que de eso podía sacar provecho, pero les daría tiempo para tomarse cariño y confiar entre ellos.

Vamos, La pequeña bebé solo quiere jugar...