soulmate

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Hiroko había llegado a la playa hace unos días, todo gracias a Niragi. Ambos eran equipo en uno de los juegos por lo tanto la vida de uno dependía del otro, eran ambos o ninguno. 

Niragi

- ¿Otra chica? - Aguni estaba molesto, su cara lo demostraba.

- Es diferente...- Los nervios me invadieron por completo, una sensación nueva.- Es doctora, servirá de algo, ¿no?.

- Como tu juguete personal, quizás. - Volteo observando a la chica. - Eres un completo chiste, la veo a ella y te veo a ti, es como ver agua y aceite.

hice una mueca, como el idiota se atrevía hacer esa comparación "agua y aceite", a mi vista éramos mas que una simple comparación de elementos, a mis ojos ella era todo lo que necesitaba.

No sabia nada de ella, lo cual ya era un problema, ¿Quién mierda se enamora de alguien a simple vista?, a lo mucho sabia el color de sus lindos ojos, su hermoso nombre y cuantos años tenia. No era suficiente para decir que la amaba, pero me gustaba, cosas completamente distintas.

Tenia la mala fama de traer chicas a la playa solo para mi placer, mentira no era. 

Pero tampoco significaba que ella tenia que ser alguna de ellas. Para ella tenia que ser diferente, los tratos, los modos e incluso las palabras, todo tenia que ser lindo, así como ella...


Hiroko

El resto de mis días de visado Niragi fue muy lindo: No dejaba que me pusiera trajes de baño muy reveladores, según el para no sentirme incomoda. La mejor comida del lugar, el decía que era para tener fuerza para el siguiente juego. Una habitación para mi sola, para tener mi propia privacidad, esas y otras cuantas cosas que hacia por mi eran las que consideraba lindas acciones. 

Pero todas sus acciones eran solo eso, acciones, no me dirigía una palabra, ya no se hable de su presencia que era escasa por no decir nula. 

Todas y cada una de las acciones las mandaba a decir o mandaba cartas, cada una de esas cartas escritas a mano y "decoradas" con una carita feliz, lo que hacia de ellas algo especial, cuando eran mandadas a decir siempre era alguien distinto junto a una flor de papel, quizás hechas por el mismo. 

- El te manda esto - el chico extendió una bandeja hacia mi, donde había fruta picada y una flor de papel color rosa.

Acepte la charola y me senté en la cama, odiaba que el no fuera capaz de venir conmigo personalmente, de menos para agradecerle por todas las cosas que hacia por mi, sabia que de alguna manera se lo pagaría, de alguna manera le agradecería. 









La doctora Hiroko había despertado del coma, aquella notica fue un alivio para todo el hospital, debido al poco personal que había para todos los heridos en el extraño accidente. 

- Doctora, se que es muy pronto pero estamos muy apretados con los pacientes - aquel doctor estaba nervioso y exaltado, debido a la ida y venida que hacia casi todo el día en el hospital.

- No se preocupe, ayudare en lo que se necesite - Hiroko dedico una sonrisa, contagiando al enfermero. 

- Estas son las habitaciones, le tocarían cuatro pacientes por cuarto, son 3 cuartos - una reverencia y salió casi corriendo para seguir con su labor.

La joven caminaba observando la información de cada uno de los pacientes, hasta que sus ojos llegaron aquel nombre Suguru Niragi, no estaba al cien porciento segura pero sentía que de alguna manera ya había escuchado ese nombre.

Habitaciones y pacientes, uno por uno, hasta que llego a el.  

- Buenas noches - Una sonrisa adorno el rostro de la doctora. - Suguru Niragi, ¿Cierto?.








Hiroko estaba feliz, hoy se le daría el alta a Niragi, quien en un principio fue difícil de ayudar, la condición en la que estaba necesitaba de los mejores cuidados.

La joven nunca se dio por vencida, siempre estaba atenta a cada una de las cosas que necesitaba aquel chico, quizás no dormía por estar al pendiente de el pero de alguna manera la sensación de saber que el estaba bien la hacia sentir aliviada.

- Hoy te dan de alta, ¿No estas contento? - Hiroko no saltaba de alegría por que debía mantenerse profesional. - Vamos sonríe un poco.

- Estoy feliz, pero eso significa que no te volveré a ver - Los ojos demostraban cierta tristeza.

- No digas eso, además ahora somos amigos.

- ¿Amigos?, ¿Tu... quieres ser mi amiga? - Estaba incrédulo ante las palabras de la chica, el creía que sus buenos tratos y comodidades eran parte de su trabajo.

- Por supuesto que si - La risa estruendosa le había confirmado que ella no bromeaba con sus palabras, la calidez que le daba esa risa fue única. 

Aquella tarde ambos salieron del hospital, el dejando atrás su estadía en aquel horrible lugar como el lo llamaba, mientras que ella salía de su turno.

- Nunca la había visto así de feliz con alguien que no fuera su gato - Una de sus tantas compañeras tenia una mueca un tanto divertida por la escena que presenciaban. - Si te soy sincera son como el agua y el aceite.

- Ya lo creo - su compañero soltó una ligera risa ante la comparación. - No los molestes, están destinados a ser almas gemelas, se entenderán muy bien a pesar de lo diferente que son. 

Y es que para nadie en el hospital era secreto que el paciente Niragi tenia un genio de los demonios, haciendo que múltiples enfermeras y doctoras no quisieran atenderlo. Todo lo contrario con Hiroko, ella era muy calmada y amable. Pues cuando notaron la "conexión" entre paciente - doctora causa mucha gracia, pues el ante la terquedad de querer tomar sus medicamentos hacia que la joven se molestara acabando con su lado amable, pue según ella no se dejaba ayudar. Mientras que ella recibía pequeñas flores de papel por parte de su paciente sacando ese lado amable y lindo.

A ambos dejándolos con pequeño Déjà vu...


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⏰ Última actualización: Jan 03 ⏰

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「𝖠𝗅𝗂𝖼𝖾 𝖨𝗇 𝖡𝗈𝗋𝖽𝖾𝗋𝗅𝖺𝗇𝖽 ᴼᶰᵉ ˢʰᵒᵗˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora