El rechazo social que tenias por el lugar que te resguardaba era inimaginable, odiabas el ambiente poco real que manejaba La Playa, mientras que afuera era un juego entre la vida y la muerte dentro, mientras que dentro de este lugar todo es diversión.
Nunca fuiste sociable en el Tokio normal, porque serias sociable en este Tokio. Recordabas que en la época escolar solo tenias un amigo, se había suicidado por el bullying que recibía a diario.
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Hiroshi, un chico tímido e incluso un poco reservado. Siendo este tu único amigo durante toda tu época escolar. Pasabas buenos momentos con tu único amigo, se contaban todo o casi todo.
Todo paso de un día para otro, Hiroshi no había llegado a la escuela. Estando frente a la puerta de su casa te percataste de que el sonido de la televisión de su cuarto no se podía escuchar. No sabias que hacer, sentías que no respirabas, no querías llorar frente a sus padres. Nunca te diste cuenta de que tu único amigo sufría de bullying.
Ahora que sabias el nombre de las personas que le habían ocasionado la muerte querías venganza y la obtendrías a como fuera lugar. Tener sus rostros de cerca, observando como pedían piedad te hacia sentir de lo mejor.
- Debieron pensarlo dos veces - Una sonrisa bastante sínica salió de tus labios, disfrutabas de verlos sufrir. - Claro, no saben de que hablo.
- N-no sabemos, ¿Qué hicimos?.
- Que pregunta tan más estúpida acabas de hacer, esta claro que molestar y ocasionar la muerte de Hiroshi no les provoca sentimiento alguno o ¿Si? - Tu mirada recorrió a cada uno de ellos. - Lo sabia.
Decidiste hacerle lo mismo que ellos le hacían a tu amigo, para final mente demostrarles cual había sido la manera en la que Hiroshi decidió quitarse su vida, dejándole un lindo regalo en el árbol de la escuela que estaba al tanto de la situación de Hiroshi pero no hacia nada al respecto.
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Sin duda los corazones eran tu especialidad, no dudarías en desacerté de alguien que estorba en tu camino, El Sombrerero.
- Mi querida As, hace mucho que no conversamos - Su estúpida sonrisa te hacia hervir la sangre.
- Lo se, últimamente estas muy ocupado.
- Tendré que salir a jugar pronto - Bingo, era la oportunidad. - Se que es arriesgado pero no hay de otra.
- Me causa curiosidad, ¿Jugaras a uno en especifico o será al azar?.
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La emoción no se hacia esperar en el cuerpo, la adrenalina hacia que tu felicidad se hiciera presente. Un nueve de corazones, la perfección pura en una solo tarjeta.
- Tranquila mi As, no te emociones de más - Sentiste esas palabras en tu oído, llegándote el olor del alcohol que había tomado antes de salir....
