Capítulo 2

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Kai Parker

Un tipo alto de cabello rubio salió de uno de los corredores, era un guardia, un guardia que conocía a la loca con agallas pues parecían hablar,  iba y tenía toda la intención de acercarme cuando otro guardia me sorprendió por la espalda.

Suerte bombón

Terminábamos con todo lo que respirara y atentara contra nosotros, pero justo cuando pensamos que habíamos acabado con todos, un guardia bajaba las escaleras del tercer piso.

Ven aquí, jugaremos un poco

Emprendía camino hacia él cuando sentí una mano en mi pecho, me estaba deteniendo la sexy maniaca.

—Yo me encargo— sentenció dirigiéndose hacia el guardia

Su uniforme estaba manchado de sangre un poco más que el mío, su rostro tenía algunas manchas, pero ni el sublime color del líquido carmesí era capaz de opacar la belleza de sus ojos, aquellos que parecían capaces de embelesarte peor que cualquier hechizo que había visto y vaya que yo sabía de magia.

Eran únicos

Caminaba por el pasillo a pasos seguros en dirección al robusto y enfadado guardia del otro lado del pasillo que no parecía flaquear al ver el cuerpo de sus compañeros tendidos en el piso, en ella no había ni  un solo atisbo de miedo, de su mano derecha colgaba el hacha que le habíamos arrebatado a uno de los guardias porque en efecto, llego en algún punto, el momento que ya no era someternos para contener la amenaza, era erradicar el problema de una vez por todas.

Así encantadores éramos juntos

Cada uno de sus movimientos parecían una pincelada sobre un lienzo, era arte la forma en la que sometía y se imponía sobre cualquiera que se interpusiera en su camino. En un par de movimientos rápidos ya estaba sobre el hombre clavándole el hacha en el pecho.

Y fue en el momento que la vi hacerlo, cuando pude notar ese brillo, ese éxtasis plasmarse en sus ojos al arrebatarle la vida; una enorme sonrisa se plasmó en su rostro al ver su cometido, estaba tan demente cómo yo y no le afligía en lo absoluto estarlo, lo disfrutaba tanto cómo yo.

Por favor se la madre de mis hijos

Entonces una sensación de familiaridad se apoderó de mi y de la nada una imagen apareció en mi mente, era una pequeña niña cómo de 5 o 6 años, tomó mi mano y dijo:

Siempre estaré para ti Kai, siempre

La revelación era abrumadora para mi, ¿Quién era esa niña y por qué no la había recordado antes ¿Había tenido una amiga?¿Le importaba a alguien y no era capaz de recordar? Ahí estaba estático, sorprendido, confundido y asustado por primera vez en mi vida, era incapaz de reaccionar.

—Busquemos un auto—dijo pasándome al costado rumbo a la salida.

¡Mandona!

El camino al estacionamiento no fue tan entretenido cómo esperaba, por extraño que suene nadie nos seguía, rompió la ventana de un auto gris con facilidad.

Que civilizada

—¿Esperas un invitación por escrito princesa?—dijo al ver que no entraba al auto.

El psiquiátrico tenía una parte diseñada para lo sobrenatural en la tercera sección, pero no les conviene atrapar a un sifón en un barrera mágica, pues podría absorberla y acabar con todos, por lo cual era mi traslado a la segunda sección donde no había magia pero si mediocres medidas de seguridad.

En el psiquiátrico había magia, era algo raro pero igualmente útil, se suponía me trasladarían hasta el día siguiente pero tuvieron la brillante idea de hacerlo a mitad de la noche.

Nunca digas nunca ||Kai Parker y tú || [ +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora