Capítulo 13

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"Condena, cadena y tortura"

__________ Petrova

El olor a humedad y sangre llegó hasta mis fosas nasales, había despertado en algo parecido a un sótano, solo algunas secciones eran iluminadas por la tenue luz de un un par de bombillas.

Del techo caían unas cadenas que me ataban de las manos, mis piernas estaban igualmente encadenadas al piso con una clase grilletes que nunca había visto, el dolor de mi cabeza me hacía sentirme incapaz de pensar en algo específico, como un plan de escape.

—¡Ya era hora!— exclamó alguien desde la esquina.

El recuerdo del cuerpo sin vida de Kai me hizo darme cuenta de que nada de eso había sido un sueño, era la pura y cruel realidad. El dolor avasalló mi pecho de nuevo, sentía que me estaba consumiendo más allá de lo físico, un par de sollozos salieron de mi cuando no pude acallarlos en mi interior más.

—Esos no son modales de tratar a nuestra invitada—dijo una voz que conocía perfectamente, sentí como cada uno de mis músculos se tensó por completo al ver su rostro siendo iluminado por una tenue luz.

Una de mis peores pesadillas encarnada se acercaba a mí, analizándome—Mikael—mascullé intentando tragarme el miedo.

La tristeza y el miedo fue reemplazado por el enojo ¿por qué tenían que matarlo?  intenté liberarme de las cadenas sin mucho éxito, quería irme encima del hombre que tenía enfrente, el culpable del peor calvario desde los 17—No te esfuerces en vano _______, te ves patética—habló Joshua haciendo notar su presencia.

—Inyéctala— le ordenó Mikael.

No importó cuando forcejeé, la punta de la jeringa metálica que llevaba en manos terminó enterrada en mi cuello—¿Qué tal se siente mi nueva creación _______?—preguntó Joshua.

Fenomenal

Podía sentir como el ardiente líquido recorría cada parte de mi cuerpo consumiéndolo todo, mi cabeza comenzó a dar vueltas, mi corazón comenzó a latir rápidamente, sentía como algunos de mis huesos comenzaban a crujir dentro de mi, no podía evitar hacer muecas de dolor.

Era incapaz de determinar si el dolor emocional era mayor al físico, pero no permitiría que me rompieran, no permitiría que me quebraran.

—Verás he mejorado mucho mis torturas desde la última vez que nos vimos y estoy ansioso de probar cada una de ella en ti—habló Mikael.

—O puedes decirnos dónde está la gema por las buenas—terminó Joshua.

—¡Púdranse!—escupí enfadada.

Mikael me tomó por el cuello en un movimiento rápido asfixiándome—No agotes mi paciencia _______.

—¿Acaso posees? — pregunte llena de ironía haciendo que rompiera mis costillas con un fuerte golpe.

—Alguien necesita recordar sus modales — sentenció Mikael apretando mi agarre—Nadie vendrá a socorrerte ________, Klaus no se atreverá a enfrentarme y Kai está muerto—dijo remarcando lo último.

—No te atrevas a pronunciar su nombre—espeté enfadada.

Mikael comenzó a reírse como si mis palabras fueran el mejor chiste que hubiese escuchado— ¿O qué harás al respecto? —continuaba riendo—¿Matarme?—preguntó rompiéndome las piernas en un solo golpe haciéndome soltar un quejido de dolor.

Idiotas

No me estaba curando por alguna extraña razón, me sentí bastante humana y vulnerable—Me retiro— finalizó Joshua haciendo que Mikael me soltara.

Estaba de rodillas en el suelo, mi cuerpo era sostenido por mis brazos encadenados al techo, cada fibra de mi ser agonizaba, podía sentir como mis pulmones se llenaban de sangre probablemente tras ser perforado por una de mis costillas rotas.

Mikael se acercó a mi oído y susurró—Benvenuto all'inferno __________.

(Benvenuto all'inferno : Bienvenid@ al infierno)

****

No tardé mucho en darme cuenta que me encontraba en el salón de juegos y entrenamiento personal de Mikael. Hombres y mujeres lobo, brujos, brujas, vampiros y humanos murieron junto a mi producto de las torturas experimentales.

Encantador

Cada día me inyectaban un líquido diferente, algunos me debilitaban tanto haciendo más dolorosos los golpes, otros rompían cada hueso y cada tejido de mi cuerpo lentamente, otro podría mis órganos hasta colapsar, detenían mi respiración, algunos se sentían como el fuego al entrar en mi torrente sanguíneo, entre muchos otros.

Vaya que tenían creatividad

No importaba la inyección que fuera, cuántos golpes o cortes hicieran, cuanto tiempo pasara, el resultado siempre era el mismo, mi muerte.

Una y otra vez

Algunos días estaba conectada a un par de cables que sacaban una clase de líquido azul de mi sistema, los llamaba mi día de descanso, no significaba que no doliera pero era soportable. Mi ración de sangre era apenas suficiente como para no morir, solía atacar a los que estaban ahí, ese día era un banquete.

Había perdido la cuenta de los días que había pasado aquí después de los 1235 o era 2645 había intentado escapar 15 veces y había fallado una tras otra, así que decidí dejar de intentarlo.

La luz del día jamás llegaba hasta esta parte de la casa, dando paso al ambiente tan encantador.

—Bien ________ —habló Joshua, quien era el que estaba la mayor parte del tiempo aquí, Mikael arriaba solo de vez en cuando— ¿Tienes alguna información relevante que quieras compartir el día de hoy?

—Sí, la noticia del milenio "Joshua la perra de Mikael"—contesté burlona.

—Veo que te agradan las torturas— dijo apretando el agarre de mis manos a la silla en la que me tenían.

—Creo que a alguien le apetece ver películas trágicas— dijo Mikael.

Idiotas

No se conformaban con corromperme físicamente, también lo hacían mental y emocionalmente, se metían en mi mente, me hacían ver una y otra vez la muerte de Kai, cada más cruel que la anterior y en ninguna podía salvarlo.

—No olviden las palomitas—comenté divertida—Quiero unas de caramelo.

—Ya no funcionan—le decía Joshua a Mikael— Lo ha superado, tendremos que encontrar otro punto de quiebre.

Claro que me afectaba, pero no les seguiría dando ese poder sobre mi, así que fingía que no me importaba en absoluto nada como aquella mente psicópata que era Madness.

—Dime ______, dónde está la piedra—dijo Joshua tomando una jeringa metálica entre sus manos—Podríamos considerar liberarte.

Sonreí cínicamente—¡Púdrete!—le solté sin más.

Mikael colocó un collar de metal en mi cuello como si de un perro se tratara, conocía bien ese collar—¡Modales!—espetó presionando uno de los siete picos del collar haciendo que este se enterrara en mi cuello.

—Awwww, ahora lo defiendes—contesté llena de diversión— No me digan que han comenzado una relación y no me he enterado—el puño de Mikael impactó mi rostro al terminar la oración.

—¡Compórtate maldita zorra!—gritó Mikael.

Podía sentir el sabor de la sangre en mi boca, levanté la cabeza de nuevo esbozando una gran sonrisa—¡Oh, lo siento! Olvidé tienen masculinidad frágil.

Digamos que después de morir, una y otra, y otra vez te vuelves algo suicida.

Joshua acercó una estaca hasta mi pecho amenazando con matarme—Vamos, acaba conmigo—es lo que quieres hacer desde que me viste por primera vez—Hazlo—le gritaba una  y otra vez.

Pero no lo hizo, no acabó conmigo ni lo haría por más que su sangre hirviera en enfado, porque aún no tenían lo que querían.

Nunca digas nunca ||Kai Parker y tú || [ +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora