Capítulo 25

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Estaba lista

__________ Petrova

Para mi bendición o mi desgracia esa noche no me acosté con Stefan, no pude. Y el asunto no termina ahí, los días siguientes volví a intentarlo con diferentes chicos, eran sexys tengo que admitirlo pero nada podía satisfacerme, era una jodidamente patética frustración sexual.

Efecto Malachai

Cierra la boca idiota y ve a llorar tus cuernos tamaño alce

La situación me llevaba a insanos niveles de demencia que me obligaron a conseguir placer con otros medios.

Digamos que era su castigo por ineficientes

...

Presa s ¿o era z?

Habíamos terminado pero no había quedado para nada contenta..

El efecto del sedante le estaba pasando más las sogas le atacaban bien a la silla metálica, voltea a todos lados intentando determinar donde se encuentra, quiere gritar por ayuda más la cinta en su boca se lo impide, su respiración esta agitada y en su mirada no hay nada más que miedo.

La escena era un deleite exquisito, se esfuerza por liberarse de las ataduras en vano—No lo hagas...te hace ver aún más patético—le digo desde las sombras.

Murmura algo incomprensible mientras intenta descubrir por si mismo de donde proviene la voz.

Ya no llevo lentillas ni alguna otra cosa que oculte lo que en realidad soy, aquí estábamos en el infierno y él tenía que ponerse a cuentas con el diablo—Bienvenido a mi sala de juegos—digo con una sonrisa torcida dando un paso a la luz.

Enchantée conejito

Me divierto un par de minutos o bueno quizás horas, el éxtasis que me proporciona su sufrimiento hace que me sienta realmente viva, dejo marcas por todo su cuerpo que lo hacen retorcerse del dolor, estaba siendo bastante creativa esta noche.

...

Faltan un par de horas para que amanezca y eso significa que la decepcionante vida del conejito se acerca a su fin.

Deslizó la fría hoja del cuchillo por su pecho sin hacer ningún corte, sólo disfrutando del terror en su ojos—Tus ojos...son diferentes —masculla cuando le quito la cinta de los labios.

Creo que tenemos un Einstein aquí

Le dedicó una sonrisa, su atención está perdida en mis ojos, tuvo una mala elección de últimas palabras, su problema, el filo del cuchillo asciende hasta su cuello—Recuérdalos bien, porque los ojos del diablo sólo se ven una vez—apuñalo una de sus piernas haciendo que la carmesí sangre del conejillo brote.

Los desgarradores gritos que salen del conejito no son más que música para mis oídos, lo acecho y me alimento de su terror. No me preocupa que alguien escuche, no hay alguna otra casa en al menos un kilómetro.

Tomo una de las dagas que tengo en mi exhibición, son sus detalles dorados en el mago hace que sea de mis preferidas, mas no mi favorita. Acaricio su rostro con el filo de esta sin hacer cortes, lo miro a los ojos mientras deslizo la daga por su cuello haciendo un corte profundo que no le arrebata la vida al instante sino que sólo le roba el aire.

Desesperación pura se ve a través de sus ojos, me observa y lo observo, se comienza ahogar en su sangre y es en ese momento que entierro la daga en medio de su pecho—Dulces sueños encanto—le digo mientras veo mi secuencia favorita en sus ojos en un par de segundos, agonía, horror y la inevitable muerte.

Nunca digas nunca ||Kai Parker y tú || [ +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora