_______ PetrovaEl invierno había quedado atrás, el césped lucía tan verde que parecería imposible que hace unas semanas por donde miraras el suelo era blanco, los inmensos árboles de pinos se levantaban al terminar el jardín. La mansión Mikaelson desbordaba emoción y alegría, incluso Elijah parecía sonreír más a menudo. No se había presentado ningún problema, tampoco es que estuviese quejándome de no llevar una vida intrépida como era costumbre, sólo me resultaba...extraño, cualquiera que fuera el motivo estaba agradecida.
—¿Sabes que tu hermana te matará si sabe que estás aquí cierto?—le comento a quien se encuentra conmigo en la habitación mientras termino de ponerme los aretes.
Había insistido en tener al menos un mes de abstinencia antes de la boda, bobada o no, el novio no estaba muy dispuesto a respetar aquel trato.
Encantador
Klaus me abraza por detrás— Vale la pena el riesgo— deposita un beso sobre mi hombro, mantiene su mandíbula sobre mi hombro y mira hacia el espejo esbozando una ligera sonrisa.
Giro un poco para verlo a los ojos—¿Sabes que sin el novio no hay boda cierto?— él ríe ante mi comentario, pongo mis manos alrededor de su cuello sin despegar mi mirada de la suya.
Se acerca a mi con tranquilidad, une sus labios a los míos con suavidad y ternura, se separa tras unos segundos, el brillo en su rostro lo hace lucir tan radiante como el rayo sol que entra por el balcón—No podría faltar al mejor día de mi vida.
Antes de que pudiéramos decir algo más un estruendo invadió cada rincón de la casa—¡KLAUS MIKAELSON!— la inconfundible voz de Bex desde alguna parte de la casa llega a nosotros.
—Creo que esa es tu señal—comento con evidente diversión.
—Nos vemos amor— toma mi rostro entre sus manos y deposita un fugaz beso sobre mis labios para luego escabullirse por la ventana como una adolescente.
Medio segundo después Rebekah está de pie en la puerta analizando la habitación entera en busca de su hermano, ni siquiera hay movimiento en las cortinas que delate al pelirrojo, el sonido de la puerta principal abriéndose capta la atención de la rubia.
—¡Dios Rebekah tus gritos se escuchan por todo el bosque!— exclama mi prometido aproximándose con toda calma y serenidad a mi habitación— Buenos días cielo, luces sencillamente espléndida esta mañana— se acerca a mí con una sonrisa de completa inocencia.
—Buenos días cariño— respondo siguiéndole la corriente.
La clave de una buena mentira es la actuación.
Y la buena memoria.
La rubia nos analiza a ambos de pies a cabeza buscando algo que comprobara que Klaus había estado aquí hacía unos segundos—Bien— dice resignada, probablemente sabe que mentimos pero no hay pruebas de ello, por lo tanto...
No hay delito que perseguir
Siento una mirada sobre mi—¿Kol nos acompañará, Bex?— pregunto al verlo recargado en el marco de la puerta con una sonrisa a boca cerrada.
El gilipollas disfruta de la vergüenza ajena
—Claro mi opinión es fundamental en este caso— dice muy serio y todos los presentes no podemos evitar estallar en carcajadas.
Kol gustos excelentes, claro
—Te cancelaron la cita a última hora y no tienes nada que hacer ¿cierto?— comento enarcando una ceja.
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Nunca digas nunca ||Kai Parker y tú || [ +18]
Ficção AdolescenteJo convence a su padre de enviar a Kai a un psiquiátrico para seres sobrenaturales antes de decidir enviarlo al mundo prisión, es en este recinto donde emerge una batalla consigo mismo y donde conoce a una chica bastante peculiar, ______ Petrova. *...