Capítulo 17

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Primero yo, después yo y por último yo.

_________ Petrova

El silencioso y antiguo ambiente de la biblioteca Mikaelson era de los placeres más embriagantes. Era una biblioteca inmensa y muy elegante, con constantes adquisiciones nuevas, podías encontrar desde literatura general hasta los más exclusivos, secretos y misteriosos libros creados a lo largo de la historia, era una sexy biblioteca.

Me encontraba sentada junto al ventanal cubierto por gruesas cortinas azules que impedían el ingreso de la luz solar, el sofá era lo suficientemente amplio como para recostarse sin problema alguno, el sonido de la puerta siendo azotada avisó que tenía una cabreada compañía.

Klaus.

No me molesté en cerrar mi libro cuando comenzó a hablar, aunque era irritante—Una familia más se ha añadido a la lista del despiadado asesino RedKing...la policía examina la escena del crimen, buscan poner tras las rejas al autor de estas masacres—terminó de leer en voz alta.

Sentía su mirada sobre mi exigiendo una explicación—A veces me enfada que sigan creyendo que RedKing es un hombre—hablé sin apartar la vista de mi libro—Es un poco sexista.

Podía sentir su ira apuntó de estallar—¡Acordamos que nos detendríamos!— meneé la cabeza negando tales palabras.

¡Sorpresa! Soy RedKing, un placer.

Levanté la mirada centrándome en sus ojos—Corrección Nik, tú te retiraste—una sonrisa ladina se plasmó en mi—Pero yo no.

—¡Es gente inocente!—alegó.

—¿Cuándo te volviste tan blando Nik? Solías ser divertido— contesté sin alzar la voz.

Me puse de pie acercándome hacia él, quería seguir gritándome y aunque lo intento contener, fracasó — ¡Tú no eres un monstruo, tú no eres así!.

Estas muy ocupado viendo lo que parezco que no ves lo que realmente soy.

Solté una amplia carcajada y volví mi mirada hacia el con una diversión evidente en los ojos—¡Soy una maldita psicópata Klaus!, no soy una justiciera sin capa, soy una asesina que busca satisfacer su sed de sangre.

Estaba podrida, podía decir que incluso más que él y lo supe siempre, no tenía que apagar mi humanidad para ser el monstruo más temido bastaba con perder mi ancla, mi fuente de control y cordura, bastaba que faltase él...

Malachai Parker, mi guerra, mi redención y mi paz

Ya no estaba, ya no había ninguno que pudiese detenerme

—¡Siéntate!—me ordenó lleno de rabia—¡Que te sientes!—repitió y yo di un paso más hacia él, mi semblante era serio y sin una pizca de duda.

Si algo no le agradaba a Klaus era que no se sometiesen ante él, que no le obedezcan. Me tomó por el cuello estampándome contra la pared en un movimiento brusco y violento, un par de cuadros cayeron al piso en cuanto impactamos contra el muro, en su mirada había rabia—¡Tienes que detenerte!—me gritó a centímetros de la cara.



Ya no le temía a nada, ni siquiera a él

Ya no tengo nada que perder

¿Qué hay de la vida?

Venga, la muerte sólo es el cese de la existencia física.


Me costaba respirar mas le dediqué una ladina sonrisa —¿Sino qué? —cuestioné, mi diversión era evidente, deshizo el agarre de mi cuello y se dio la vuelta frustrado encaminándose de regreso al sofá.

Nunca digas nunca ||Kai Parker y tú || [ +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora