Nunca digas nunca ||Kai Parker y tú || [ +18]

Capítulo 4

________ Petrova

Desperté en un lugar totalmente desconocido, me sentía mareada, estaba recostada en un sofá café y Kai se encontraba dormido en el sofá individual de enfrente, intenté pararme sin hacer un escándalo pero aún así hice que se despertara.

Ruidosa

—Bienvenida a bordo capitana— dijo aliviado al verme.

Toqué el lugar en el que me habían herido pero no había rastro de la herida además de la mancha de sangre en mi blusa — Use un poco de magia— explicó con sencillez.

—Gracias—pausé acomodándome en el sofá con su ayuda—Es bueno saber que no me abandonaste— dije sonriendo débilmente.

Se llevó las manos al pecho y fingió una ofensa total—Eso es insultante bombón.

—Has apuñalado a muchas personas por la espalda, no me culpes.

—Y prometí no volver a hacerlo—hizo una pausa como si analizara lo que había dicho— bueno al menos no a ti— sonrió de una forma angelical.

—¿Y dónde estamos?— pregunté.

—¿Cómo estas Kai?—hizo una mala imitación de mi voz—Sí, yo también me encuentro bien bombón, gracias por preguntar— enarqué la ceja.

Me levanté con trabajo y caminé hacia él, él tenía sus manos extendidas a mis costados por si necesitaba ayuda— Gracias por salvarme Kai— dije depositando un beso en su mejilla derecha.

Me miró con el ceño fruncido por un momento—¿Qué es esto?— cuestionó confundido

—Afecto— respondí con simpleza.

—Que asqueroso— espetó y después de un segundo dijo— Hazlo de nuevo.

Y sí, ese era el único y original Kai Parker

—Dónde estamos es irrelevante, el asunto a resolver es ¿Dónde iremos? — habló comiendo frituras pues de alguna increíble forma siempre tenía comida chatarra a su alcance.

—No tienes idea de dónde estamos ¿cierto?—cuestioné.

—En absoluto— respondió con una gran sonrisa.

—De igual forma iremos a Mystic Falls— Klaus me había contado del domo anti-magia impuesto ahí, si habían ocupado magia para hacernos olvidar ese domo sería la respuesta—Aunque quizás muramos en el proceso.

—Interesante teoría—dijo comiendo otra fritura—Dame números.

—70, 30, a favor—él me miró con el ceño fruncido.

Descubrimos que la magia de Kai nos había llevaba hasta Ohio, lo que significaba que nuestro camino a Mystic Falls no iba a ser demasiado complicado.

Al fin algo bueno

Así que después de un par de autos robados, unas horas de un Kai cantante amenizando el viaje junto con  muy malos chistes, nos encontrábamos frente al domo, a un paso de la verdad.

Literalmente

Mi cuerpo temblaba de los nervios, tomé la mano de Kai de forma instintiva buscando una clase de apoyo, él me miró confundido más no retiró la mano, la verdad nos involucraba a ambos pero ¿estábamos listos?

Quizás no

—¿Estás segura?—necesitábamos la verdad, yo la necesitaba, no me gustaba vivir en las mentiras por más bello que lo dijeron ser ignorante, en realidad no lo era. Mi corazón iba como si hubiese corrido un maratón, escuchaba el de Kai de la misma forma.