Desde su posición privilegiada, Severus podía observar a su alumna sin ser visto.
Hermione lloraba en silencio mientras miraba al frente sin ver realmente nada.
La joven metió una mano en su bolsillo y sacó una cajetilla de cigarrillos. Snape pudo observar como sacaba uno se lo llevaba a la boca y lo encendía con un toque de varita. La joven dio una larga calada y soltó el humo lentamente acompañado por un triste suspiro.
No lo podía creer, doña "yo no me salto las normas" estaba fuera de la cama a deshora y fumando. Antes de decidirse a reprenderla se la quedó mirando unos minutos más. Eso no era lo que esperaba encontrar cuando subió y la torre de astronomía y su hallazgo lo tenía completamente desconcertado.
Estudió a su alumna en silencio. El tiempo que había pasado después de la batalla de Hogwarts cayó sobre él de golpe al ver como había cambiado la chica. Ante él ya no estaba la niña que le había sacado de sus casillas durante su estancia escolar, ahora había una mujer joven, con ojos tristes y cansados que cargaba un gran lastre sobre sus hombros. Aunque vistiese el uniforme del colegio, Hermione Granger hacía mucho tiempo que había dejado de ser una inocente niña y eso lo sabían ambos.
Por un momento estuvo tentado de irse de allí sin ser visto, dejarle algo de esa tranquilidad que parecía estar buscando al estar sola en aquel fatídico lugar. Ya iba a dar media vuelta para empezar a descender por la angosta escalera de caracol cuando el pensamiento de que allí el adulto era él y por tanto el que tenía la responsabilidad de hacer cumplir las normas asaltó de pronto su cabeza.
Respiró hondo una vez y se acercó a su alumna con resignación.
-Vaya, vaya- dijo saliendo de entre las sombras.- Doña perfecta Granger saltándose las normas.- escupió intentando infundir el terror que causaba antaño con sus palabras.
Pareció no funcionar ya que Hermione se limitó a observarle en silencio y dar una larga calada a su cigarrillo mientras le miraba sin ningún tipo de temor aparente a los ojos.
-Es sorprendente que sin haber empezado el curso si quiera ya empiece a saltarse las normas. Y precisamente usted, la alumna modelo (ella hizo una mueca al oír ese apelativo) el ojito derecho de la directora Mcgonagall...-siguió en tono de burla.
-Lo que a usted le sorprenda me trae sin cuidado.- respondió Hermione dando otra calada sin apartar sus melados ojos de los oscuros pozos negros de él.
-Señorita Granger,- empezó a decir Snape con voz amenazadoramente suave- no creo que esté en disposición de contestar de esa forma tan impertinente. Esta fiestecilla privada en la torre va a restarle muchos puntos a su casa.- amenazó Severus. Sabía que los estudios eran el punto flaco de la chica.
-Sabe profesor?- dijo ella con ira contenida- En estos últimos meses he tenido que luchar por sobrevivir, he tenido que enterrar a mis padres con el añadido de que ellos no me recordaban, he tenido que crecer y cuidarme sola. He procurado no volverme loca-dijo con mirada triste- he matado... - dijo con un hilo de voz temblorosa - Cree que el que usted me quite puntos o me castigue me importa en lo más mínimo?
Snape se limitaba a mira a su alumna sin saber muy bien que responder. Por primera vez en mucho tiempo, una mujer le dejaba sin habla. Realmente la guerra había cambiado a sus alumnos.
-Hay cosas más importantes en la vida como para preocuparse por una absurda y ridícula competición escolar por buen comportamiento. Usted y sus castigos me dan bastante igual.- dijo encogiéndose de hombros mostrando indiferencia.
Severus no podía creer que aquella que tenía delante fuera la misma Hermione Granger que había conocido años atrás. Por mucho que pensara que la chica llevaba razón, tuvo que adoptar su rol de profesor y reprenderla.
-Que haya pasado por una guerra no le da la libertad de hablarme de ese modo.- dijo él con la mayor convicción que pudo. Realmente esa chica le había desconcertado por completo.
-Y que usted sea un amargado no es culpa mía.- dijo ella dando otra calada al cigarrillo y volviendo la vista al frente.
Snape estaba anonadado y lleno de ira ante el comportamiento de Hermione. Había dejado de ser la niña sumisa y obediente que años atrás había correteado por los pasillos de ese castillo con sus amigos.
-Maldita cría insolente!- rugió casi a voz de grito sin poder reprimirse.
-Tengo 19 años, soy mayor de edad, no una maldita cría- le cortó ella volviendo de nuevo la cabeza hacia él y entrecerrando los ojos de forma desafiante.
-Mayor o no, entre estas paredes soy su superior y tiene normas que cumplir, no lo olvide. - siseó con cierto odio Snape.
Hermione miró en silencio como su profesor avanzaba hacia ella.
La levantó de malas maneras tirando quizás mas fuerte de lo que pretendía en un principio de su brazo, le quitó el cigarrillo de entre sus labios y puso su cara muy cerca de la suya para hacer mas énfasis en lo que iba a decir
-50 puntos menos para Griffindor y mañana al amanecer antes de las clases la quiero ver en el despacho de la directora. Y ahora fuera de mi vista! Vaya a su torre Granger. - Gruñó con desprecio.
Hermione se encogió de hombros con indiferencia y se marchó de allí sin decir nada más. Snape la observó en silencio como descendía por las escaleras.
Una vez solo, Severus suspiró y se pasó una mano por la cara con ademán cansado.
Se apoyó en la barandilla de la torre donde minutos antes estaba sentada su alumna y miró el cigarrillo encendido todavía entre sus dedos.
Se lo llevó a la boca y dio una calada mientras pensaba en lo sucedido con la chica. Esa niña había conseguido sacarle de sus casillas con unas pocas frases. Había soltado 4 verdades pero su actitud no era para nada buena. Tendría que hablar con Minerva sobre Granger antes de que esa bomba de relojería en la que parecía se había convertido explotara y les salpicara a todos.
Cada vez tenía más claro que no había sido buena idea volver. Esa chica le iba a dar problemas con esa actitud y él se sentía muy viejo para esas cosas.
Tras apurar el cigarrillo lo tiró, se agachó para recoger el pequeño reproductor de música muggle que su alumna había dejado en el suelo olvidado y se marchó de allí para seguir con sus rondas y así despejar su cabeza.
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Wind of Change (Sevmione/Snamione)
FanfictionLa guerra termina pero cambia la percepción de la vida de las personas que la viven. Vientos de cambio llegan a Severus y Hermione que tendrán que aprender a curarse juntos de todo el horror pasado.