Parte 21

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ADVERTENCIA: El capítulo que hay a continuación contiene escenas de sexo explicito. Leer bajo la responsabilidad individual de cada uno.

Era ya el último día del año.

Los días juntos habían pasado deprisa envueltos en una especie de familiaridad hogareña. La verdad es que tanto Hermione como el profesor Snape habían disfrutado de su convivencia. Ambos habían acoplado sus vidas a la perfección y habían estado realmente cómodos entre ellos.

Pasaron la mayoría de los días leyendo, discutiendo sobre pociones y encantamientos y viendo series y películas en la televisión.

Se repartieron las tareas domesticas. Ella era la encargada de la compra y él se convirtió en el cocinero. Ella se sorprendió de lo bien que cocinaba el profesor pero él le quitaba importancia diciendo que no era tan distinto de preparar pociones.

Las noches eran otro cantar.

Las pesadillas acechaban a Hermione con asiduidad.

Él, normalmente dormía poco y la oía removerse incomoda en la habitación de al lado. Ella solía despertar asustada y nerviosa. Salía de la habitación y se sentaba en el salón mientras fumaba y se servía una copa para calmar sus nervios. El profesor siempre se levantaba y la acompañaba y pasaban horas juntos compartiendo alcohol y tabaco mientras espantaban a sus fantasmas. Entrada la madrugada él la acompañaba de vuelta a su habitación y se quedaba con ella hasta que la chica se dormía. Algunas veces el mago volvía a su propia cama, otras el cansancio le vencía y caía dormido junto a la joven bruja para amanecer abrazados. Esas mañanas eran muy incomodas para Severus Snape. Despertar con una joven escasamente vestida entre sus brazos sería realmente agradable si no fuese porque esa joven era su alumna y protegida, así que esas mañanas el profesor amanecía incomodo por la situación y con una dolorosa erección presionando contra su pantalón de pijama.

Y así, día tras día, habían llegado al viernes 31 de diciembre. Les quedaban 3 días de convivencia. Las clases se reanudaban el lunes y el domingo tenían que volver al colegio.

Esa mañana habían desayunado con calma y Hermione le había comentado el plan para el día.

-Esta noche prepararé yo la cena, señor. - dijo mientras tomaba su café.

-Y eso porqué? - preguntó el mago alzando una ceja. - Considera que mi forma de cocinar no es buena?

-No, claro que no. Pero usted se ha encargado de ello todos estos días y no quiero abusar.

-No me supone ningún problema, señorita Granger. Que le parece si esta noche me ayuda a preparar la cena?

-Eso me parece perfecto, profesor. - ella sonrió. - Sally me ha escrito esta mañana. - él la miró esperando a que continuara. - Dice que podemos vernos después de los fuegos artificiales de media noche en el pub.

-Usted quiere ir? - preguntó el profesor con resignación.

-Bueno, le he dicho que lo pensaríamos. No quería confirmar nada sin hablar con usted primero.

-Si quiere ir, vamos Granger. No me importa.

Ella sabía que mentía, que si le importaba. Él no se sentía para nada cómodo rodeado del barullo que se formaba en el pub pero iría por hacerla feliz.

Estaba conociendo una parte de Severus Sanpe que nunca imaginó que existiera. Y le gustaba, demasiado.

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A media tarde ambos estaban en la cocina.

Aquello parecía un campo de batalla pero estaban disfrutando como nunca de algo tan cotidiano como era el preparar una cena.

Wind of Change (Sevmione/Snamione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora