Parte 22

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Hermione abrió lentamente los ojos. Durante un segundo no supo donde estaba. Miró a su alrededor mientras enfocaba su visión y reconoció su cuarto.

Algo se movió a su espalda y la agarró con fuerza.

Severus Snape estaba profundamente dormido en su cama y se agarraba a ella como si fuese una tabla salvavidas. Los recuerdos de la noche pasada llegaron a la memoria de la chica que sonrió satisfecha mientras se sonrojaba violentamente.

Miró al despertador de su mesilla y comprobó que eran más de las 11 de la mañana. Abrió los ojos con sorpresa. Nunca se había levantado tan tarde y el profesor mucho menos. Tras meditarlo unos segundos, volvió a acomodarse entre las sabanas para seguir disfrutando de hacer el perezoso en la cama. Además, cuando él despertase, la situación iba a ser tensa y no le apetecía pensar en ello.

Snape gruñó en sueños y la pegó mas a su cuerpo. La espalda de Hermione se amoldó con facilidad contra el masculino pecho y volvió a caer dormida entre los brazos de ese hombre que horas antes la había llevado al éxtasis.

Varias veces.

Unos 20 minutos después, volvió a abrir los ojos y comprobó que estaba sola en la cama. Se dio la vuelta para ponerse boca arriba y suspiró. No sabía donde estaba él ni como debía hacer frente a toda la situación.

Durante la noche, el oscuro mago la había hecho gozar hasta el límite de su cordura repetidas veces. Tras la tercera ronda de sexo ambos habían caído rendidos por fin y Hermione había tenido una noche de sueños tranquilos y sin pesadillas.

Iba a resultar que el sexo era la mejor terapia para los terrores nocturnos? Sonrió ante su propia ocurrencia.

La habitación era un desastre. Había ropa de ambos tirada por todas partes, las copas y la botella de champagne seguían en su terraza y sus braguitas, destrozadas en pleno arrebato de pasión, colgaban del respaldo de la silla de su tocador.

Era una pena, esas braguitas le gustaban mucho.

Se levantó por fin para afrontar el día. Seguía desnuda así que cogió la camisa negra que había vestido su profesor anoche y se la puso. Aspiró el aroma masculino de desprendía mientras la abotonaba poco a poco. Le cubría lo justo y las mangas le iban tremendamente largas. Las remangó hasta el codo y se recogió el pelo en un desordenado moño. Después de pasar por el baño, salió al pasillo sin ni siquiera ponerse unas zapatillas.

El profesor estaba sentado en el salón fumando un cigarrillo. Había tenido el detalle de recoger todo lo de la cena que seguía en la mesa del comedor y había preparado café. Hermione le observó des de la puerta y pudo comprobar que solo vestía lo que parecía su pantalón de pijama negro.

-Buenos días, Granger – dijo sin girarse a mirarla.

-Buenos días. - dijo ella bajito mientras se acercaba.

Él la miró y no pudo evitar alzar una ceja al verla llevar su camisa.

La chica se sentó a su lado y cogió la taza de café que estaba esperando por ella en la mesa.

Era incomodo. Ambos estaban en un silencio tenso.

-Señorita Granger – empezó a decir él

-Se arrepiente? - interrumpió ella de golpe.

-No, Merlín, claro que no – dijo él mirándola a la cara. - y usted?

-No. Para nada.

-Bien. - dijo él mientras asentía.

-Porqué sigue tratándome de usted si no se arrepiente?

-Tu también lo haces – apuntó él tuteándola por fin.

Wind of Change (Sevmione/Snamione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora