El día antes de que las vacaciones de Navidad dieran comienzo, el castillo era un hervidero de idas y venidas de sus excitados alumnos. Todos los chicos que volvían a casa, andaban de acá para allá preparando sus cosas para marcharse y despidiéndose de los compañeros que se quedaban.
Hermione y Ginny habían pasado gran parte del día empaquetando sus cosas para pasar las fiestas fuera.
La pelirroja le había pedido por activa y por pasiva a su amiga que fuera con ella a pasar las fiestas. Hermione se había negado en rotundo. Después de lo que pasó en la Madriguera cuando se marchó y rompió su relación con Ron, no le apetecía en lo más mínimo volver a ir allí. Harry las había invitado a ambas a pasar unos días en su casa y Ginny se mostró más que encantada. Hermione había declinado amablemente la invitación de su amigo alegando que necesitaba tranquilidad y que tras tantos meses cerrado, su apartamento necesitaba de algún mantenimiento.
La cena de ese ultima noche antes de partir, estuvo muy animada. Era evidente el buen humor que reinaba entre todos los alumnos ante la perspectiva de las vacaciones.
Hermione estaba nerviosa. Empezaba a pensar que haber invitado al profesor Snape a quedarse en su casa durante las vacaciones no era demasiado buena idea. Lo había dicho sin pensar dejándose llevar por la felicidad de poder volver a su casa a pasar las fiestas. Pero ahora ya estaba hecho, no pensaba retractarse. Ambos eran adultos y podían convivir unas semanas sin ningún problema. Lo que había pasado entre ellos no era nada, se decía constantemente la chica. Se tenía que centrar en pensar que volvería a su apartamento, a su barrio y que Patt no iba a asomar sus narices por allí en todo ese tiempo.
Con esos pensamientos en la cabeza, llegó frente al despacho del profesor Snape para su última noche de castigo antes de partir a su casa.
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Draco Malfoy apuraba su té sentado frente a su padrino en el despacho de este.
-No entiendo porque no quieres. - decía el rubio molesto. - Mamá se llevará una decepción.
-Ya te lo he dicho, Draco. - decía el profesor con exasperación – Tengo un asunto que atender y no estaré disponible en Navidad.
-Pero ella espera que vengas a casa.
-Esta vez no podrá ser. Lo lamento.
-Y si vienes sólo a cenar una noche? - preguntó el chico esperanzado.
-No cuentes con ello, Draco. Voy a estar fuera atendiendo un molesto asunto.
-Tiene algo que ver con esos papeles con el sello del ministerio que tenías antes sobre la mesa? - preguntó el muchacho entornando los ojos con sospecha.
Snape le miró primero con sorpresa y después con enfado.
-No sabía que eras una vieja fisgona, Draco. - dijo el mago algo molesto.
-Curiosidad tan sólo – respondió el chico encogiéndose de hombros.
-La curiosidad mató al gato, joven Malfoy, no lo olvides. -el rubio rió de medio lado.
-Tranquilo, no he podido leer de que trataba. Solo he alcanzado a ver el sello del ministerio antes de que los guardases.
-Esos papeles no son de tu incumbencia.
El chico se limitó a asentir. Unos golpes en la puerta pusieron fin a la conversación.
Draco se puso en pie para marcharse y Snape abrió la puerta con su varita para dejar pasar a Hermione que esperaba en el pasillo.
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Wind of Change (Sevmione/Snamione)
FanfictionLa guerra termina pero cambia la percepción de la vida de las personas que la viven. Vientos de cambio llegan a Severus y Hermione que tendrán que aprender a curarse juntos de todo el horror pasado.