↣Capítulo veinticuatro↢

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  Jennie estaba sentada en un banco, de las afueras de la universidad. Comía tranquilamente su almuerzo, a un ritmo bastante lento, pero no tenía apuro, su próxima clase comenzaba en dos horas.

  Le gustaba sentarse en ese lugar y observar el mundo a su alrededor. La mayoría de los universitarios iban en grupo, y aquellas personas sin compañía, normalmente se escabullían a un salón para evitar ser vistos. Jennie, no. A ella le gustaba estar sola y no se avergonzaba de estarlo.

  Irene solía acompañarla pero era muy rara la ocasión en la que sus horarios no se superponían. Estudiaban carreras distintas, era lógico.

  De todos modos, a Jennie le gustaba ver el mundo desde afuera. Ella consideraba que no cabía en esa burbuja en la que el resto se encontraba. No le gustaba llenar el tiempo con charlaz vacías o interacciones forzadas, prefería el silencio cómodo.

—¡Hola!

  Una chica rubia interrumpió el momento, con un tono casi tan agudo como el de Lisa, pero mil veces más irritante.

  Jennie la miró de reojo y siguió prestando atención a su comida. Si La ignoraba el tiempo suficiente, a lo mejor se iría.

—Uhm, te estoy hablando a ti. —Volvió a intentar.

  La morena insistía en no reconocer su existencia, no necesitaba relacionarse con gente nueva y chillona como lo era esa chica.

—Hey, no seas grosera. —Se quejó, pasando su mano frente al rostro de la menor.

—¿Acaso no entiendes de indirectas?—Cuestionó, soltando un suspiro.

  Estaba intentando armarse de paciencia.

—¿Cómo quieres que las entienda si me estás ignorando?

—Wow, eres más estúpida de lo que pensé. —Comentó en un tono bastante despectivo, pero la sonrisa de la contraria no flaqueó ni un segundo. —Deja el rubio por un tiempo, la tintura llegó hasta tus neuronas y las está quemando.

—Mi inteligencia no tiene nada que ver con mi tinte. —Llevó sus manos a su cabello.

—Oh, entonces es una pena. —Jennie hizo su almuerzo a un lado, la chica le había arrebatado el hambre. —Aunque deberías cambiarlo, está muy seco y comenzará a caerse tu cabello.

—Aish, que irritante eres. —Resopló, recostandose sobre la mesa y mirando fijamente a Jennie. —Soy Chaeyoung, por cierto.

—Uhm, discúlpame pero... ¿quién?

—Chaeyoung. —Repitió firme.

—Te preguntó.

  Jennie río ante su propio chiste, había caído redonda. Chaeyoung sólo rodó sus ojos.

—Dios, por como Lisa te describía, me imaginé algo mejor. —Dijo alargando las palabras para agregarle intriga.

  El nombre de la pelinaranja despertó cierta curiosidad en la mayor. Lisa siempre era un tema que estaba dispuesta a hablar durante horas aunque ahora, lo que más le preocupaba era saber cómo esa chica sabía el nombre de su novia.

—¿Cómo la conoces?

—Ahhh, con que ahora sí quieres hablar. —La molestó. —Si que estás enamorada.

  Jennie abrió los ojos como platos, alarmada. El pánico invadiendo su cuerpo en un instante, se sintió expuesta ante todos aunque nadie más que la rubia le prestaba atención.

—No sé de qué me estás hablando. —Optó por decir.

—Uh, ¿vas a negar a Lisa en público?—Cuestionó. —Sé que tienes problemas con ello pero aún así, es muy bajo.

  La morena negó con la cabeza repetidamente.

—Reitero, no sé de que me estás hablando.

—Ya veo...—Estiró su mano, como uno haría cuando apenas se conoce con alguien. —En ese caso, me presento nuevamente. Soy Chaeyoung o Rosé como ya habrás escuchado antes, la mejor amiga de Lisa.

  Jennie sintió como si le hubiesen tirado un balde de agua fría encima, la había cagado. Lisa hablaba como cotorra sobre su mejor amiga de toda la vida y de lo maravillosa que era.

—Y-yo, yo...—Tartamudeó.

—Y-yo, y-o, yo...—Se burló. —Tranquila, te lo dejaré pasar esta vez. No le contaré a Lisa sobre como niegas tu relación en público. Seguro se lo espera de todos modos.

  Jennie tragó en seco, de pronto sintiéndose amenazada por la desconocida. Había algo en sus palabras que le generaba desconfianza, había un leve tono malicioso en lo que ella decía.

—¿Cómo sé que puedo creerte?—Cuestionó, alzando una ceja.

—Porque justamente a eso vine.

—¿Venir a qué?—Indagó. —Si vas a decirme algo, por lo menos dame la información completa y no de a partes.

—Vine a evitar que la vuelvas a cagar con Lisa. —Espetó de manera casual. —Ya estoy cansada de verla llorar y creo que es un buen momento para interceder en la relación.

—No me voy a separar de ella, si eso es lo que quieres decir.

—Aish, claro que no, tonta. —Dijo poniendo su dedo índice en el entrecejo de la surcoreana y empujando su cabeza hacia atrás. —Queremos evitar el sufrimiento, no hacerlo más grave. Vine a hacer exactamente lo contrario, evitar que corras como la enclosetada que eres.

  Jennie soltó un sonoro suspiro y comenzó a guardar sus cosas en su mochila.

—No pienso dejarme influenciar por ti.

—Yo creo que sí. —Retrucó. —Quiero ser tu amiga, creo que necesitas una.

—Ya tengo amigas. —Respondió de manera hostil.

—Tienes una, Irene. —La sorpresa se reflejó en el rostro de la morena rápidamente. —Aunque no estoy tan segura de qué tan cercanas sean, ella no sabe de tu situación familiar, o tus preferencias.

  Jennie se paró de manera brusca, odiando a Chaeyoung, odiando que supiera tanto de ella y que no tuviera miedo de enfrentarla o decirle la verdad. Era una persona privada y se sentía invadida, quería irse.

—Esta conversación se terminó.

—Sé muchas cosas de ti, Jennie. Lisa me las ha contado. —Le informó. —Tarde o temprano seremos amigas.

  Jennie puso sus ojos en blanco, intentando ocultar el hecho de que se sentía aterrada. Necesitaba huir de ahí mismo y charlar con Lisa al respecto.

—Como dije, terminamos.

  Dicho eso, tomó su bolso de arriba de la mesa y se giró para marcharse, sin siquiera dedicarle una última mirada a la chica que la miraba con cierto brillo en sus ojos.

—¡Ni siquiera hemos empezado, Nini!—Oyó a sus espaldas y apretó las manijas de su bolso fuertemente al oír el tono burlón del apodo.

  Iba a matarla.

↣Homofobia↢ Jenlisa FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora