↣Capítulo veintiuno↢

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  Jennie despertó a la mañana siguiente con el cantar de los pájaros, que lejos de ser encantador y romántico como en las películas Disney, la morena lo encontraba irritante y poco placentero. Tardó un breve instante en darse cuenta de dónde estaba, pero a penas lo supo, una enorme sonrisa se plantó en su rostro y parecía no querer irse pronto.

  Miró hacia abajo, para poder encontrarse con una Lisa dormida entre sus brazos y con el rostro más pacífico que alguna vez podría ver, y su corazón se comprimió en su pecho, sabiendo que ahí es donde debería haber estado hacia mucho tiempo. Incapaz de volver a conciliar el sueño, Jennie lentamente se despego de la mata de pelos naranja, cuidando no despertarla mientras sacaba su brazo de debajo de la almohada.

  Se sentía incómoda porque aún llevaba su ropa de calle, el botón de sus jeans había ejercido presión sobre su abdomen, dejándole marcado y adolorido, además del brazo dormido y el sostén deportivo que no logró quitar. Sin embargo, todo había valido la pena y los dolores físicos no importaban, la única cura que necesitaba era la de su alma, y aquella, la tenía Lisa.

  Pensando en mantener esa atmósfera romántica, o en poder quedarse en aquella burbuja que habían formado, Jennie bajó las escaleras para preparar un desayuno a la menor. Sabía que Lisa no tendría problema alguno, además de que la cocina no era su mayor fuerte.

  Encontró la luz de la cocina ya prendida y la puerta entreabierta, y cuanto más se acercaba, más audibles se volvía la acalorada discusión de Jungkook y Taehyung en la cocina. No quería ser una metiche pero la curiosidad parecía ganarle, más que nada porque jamás había oído a su hermano tan molesto, porque aunque no oía sus palabras con claridad, se notaba que las escupía casi con odio.

—Tae, necesitas calmarte—Decía la voz a la que no estaba acostumbrada a oír, dulcemente y con paciencia—. Bajarán en cualquier momento y no pueden verte así de alterado, debes hacerlo por Lisa.

—La única razón por la que hago las cosas es por Lisa—Masculló con enfado, finalizando la breve conversación.

  Jennie empujó la puerta, abriéndola de par en par, una vez que las aguas se habían calmado un poco. Esperando cierta cantidad de tiempo para no levantar sospechas de si podía haber oído algo o no.

  La recibió la imagen de Taehyung sentado en el mesón, de brazos cruzados y cara de pocos amigos, y la de Jungkook, sirviéndose una taza de café negro como la que Tae tenía frente a él. Después de tantos meses sin ver a su hermano, Jennie se quedó helada cuando lo tuvo frente a ella. Seguía igual que siempre, sólo que ahora su cabello era de un azul llamativo, un perfecto contraste con su piel blanquecina. A diferencia de ella, Taehyung parecía indiferente a su presencia, indiferenre en su totalidad porque ni siquiera se molestó en dirigirle una mirada de reojo, mantenía su postura firme y un mohín de molestia.

—Buenos días, Jennifer—Saludó Jungkook en un tono alegre, pero irritante para la morena—. Espero que hayas descansado bien, ¿café?—Ofreció con la jarra en la mano.

—Por favor—Aceptó con una sonrisa de cortesía que le costó esbozar, se sentía incómoda—. Y es Jennie solamente, no Jennifer.

—Oh, créeme, lo sé—El pelinegro le respondió, una sonrisa con sorna decorado su rostro, replicando exactamente las mismas palabras que ella había dicho cuando pronunció su nombre mal a propósito—. Aquí tienes, Jennie.

  La morena tomó, con ambas manos, la taza que le ofrecía el chico y se dirigió con pasos cortos, incómodos y bastante dubitativos, hacia el mesón en el que Taehyung se encontraba sentado. Tomó asiento frente a él, sin embargo, no logró que la mirara y el corazón de Jennie se hizo más pequeño, pero no de alegría como había sucedido con Lisa, esta vez era de tristeza, pero más que nada, de culpa.

—Te queda muy lindo el color de cabello—Halagó, intentando iniciar una conversación después de tanto tiempo—. Realmente resalta tus ojos, me gusta.

  Taehyung ni siquiera lanzó una mirada en su dirección, sólo resopló fuertemente y tomó un sorbo de su café. Jennie copió aquella acción, intentando ahogar la vergüenza e incomodidad detrás de la taza, porque aunque su hermano no le haya prestado atención, su novio si lo hacía, observaba la interacción de ambos a una distancia respetable y con bastante disimulo.

—Eso es lo que dijo Lisa, ella me convenció de teñirme de una vez por todas—Respondió a secas, incapaz de dejarla colgando por más enfadado que se encontrara.

  Aunque no era un gran avance, la morena sonrío, porque por lo menos le había dirigido la palabra, sabiendo que no merecía ni la mitad de lo que se le estaba ofreciendo.

—Oh, wow. No sabía que querías colorarte el cabello—Murmuró con sorpresa.

—No sabes tantas cosas...—Insinuó por lo bajo, soltando en parte el rencor que tenía.

—¿Qué quieres decir con eso?

  La morena permanecía con un rostro lleno de duda y un ceño fruncido, completamente inadvertida de la situación a su alrededor. Algo que sólo enfureció aún más a el peliazul, ¿como podía estar tan poco consciente de lo que hacían sus acciones?

—Quiero decir, Jennie, que desde que decidiste desaparecer seis meses, sin mensajes, sin llamadas, sin nada, muchas cosas han pasado—Le reprochó con fuerza, mirándola por primera vez desde que ingresó al hogar, su mirada pareciendo desprender fuego—. Que aunque me dijiste que podía contar contigo, porque me amabas si fuese gay o no, me dejaras de lado para poder ir a codearte con nuestros padres homófobos y ser su adoración de cinco minutos.

  Taehyung se paró, tomando impulso con ambas manos sobre la mesa y agarrando su taza una vez que estuvo de pie. Le dedicó una mirada llena de desprecio a su hermana y resopló una vez más.

—Aún no entiendo como es que Lisa puede tener tanta fe en ti, luego de que le hayas hecho lo que a mí, pero tres veces. Quizás ella pueda perdonarte fácilmente, quizás sea porque está enamorada de ti o quizás porque es demasiado buena para ser verdad—Taehyung negó con la cabeza—. Sólo sé que si la vuelves a lastimar Jennie, puedes olvidarte de mí para siempre, porque aún no te he perdonado pero hay una gran posibilidad de hacerlo en un futuro. Pero como se te ocurra volver a dañar a Lisa, no lo cuentas, ella ha sido una mejor hermana que tú durante todo este tiempo.

  Y el muchacho se marchó de la cocina, siendo seguido por su novio, quién se disculpó por el comportamiento irascible del otro. Aunque Jennie sabía que tenía razón, podría haber estado enfadado y resentido, pero tenía mucha razón. Poco a poco, el peso y el daño que ocasionó por no pensar en el resto, fue cayendo sobre ella y dejándola sin aire.

  Una pelinaranja apareció en la cocina segundos después, con un rostro preocupado porque había logrado escuchar las últimas palabras de aquella conversación.

—Lo siento tanto, Nini—Ella también se disculpó, tomando el rostro de la morena entre sus manos—. Debí haberte advertido que Tae estaba un poco molesto contigo.

—Molesto se queda corto—Bromeó, rodando sus ojos.

—Entiende, se sintió muy traicionado—Razonó con una sonrisa de lado un tanto herida, ella también había estado en ese lugar—. Intenta arreglar las cosas con el, de a poco, no lo asfixies. Hazlo por mí—Pidió con una voz aguda y torciendo su cabeza de lado.

  Parece que Taehyung no era el único que hacía cosas por Lisa, después de todo, ella estaba intentando cambiar, exactamente, por la misma persona.

↣Homofobia↢ Jenlisa FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora