El cine estaba bastante oscuro y vacío, era un caluroso día de verano, casi nadie iba a la hora del té y ese era el momento perfecto para que Lisa y Jennie pudieran escabullirse sin ser vistas por nadie. Pocas personas se encontraban en la sala junto con ellas, todas en asientos muy alejados y prestando atención a sus propios asuntos. Estaban ubicadas en un rincón de la sala, el más lejano de la pantalla y el menos iluminado también, el aire acondicionado daba justo encima de ellas, la excusa perfecta para poder acurrucarse la una con la otra.Jennie tenía sus ojos puestos en Lisa, que reposaba su cabeza justo en medio de sus pechos en un acto completamente inocente y para nada malintencionado, habían levantado el apoya-brazos para poder entrelazar sus cuerpos y llenarse de calor mutuo. La pelinaranja podría parecer estar siendo cargada al estilo matrimonial por la morena de no ser que tenía su trasero pegado en medio de los dos asientos y ella, sí prestaba atención a la película mientras sentía su espalda ser suavemente acariciada por los largos y finos dedos de la mayor. Jennie por su parte, se dedicaba a observar las reacciones de Lisa que a sus ojos, no podían ser más adorables, cualquier acción, ya sea reír o abrir la boca en forma de "o", hacían que sus mofletes se inflaran y le daban ganas de apretarlos hasta reventar. Lisa era irreal si se lo preguntaban, parecía ser perfecta en todo sentido.
A Jennie le gustaba mucho la posición en la que se encontraban, algo en sus brazos rodeando a Lisa de manera tan dominante la hacía sentir como si fuese la protectora de la menor aunque la mayoría de las veces, era Lisa quién salía a hablar por alguna de las dos ya que ella solía quedarse en blanco. No importaba, puertas adentro Jennie se comportaba de manera completamente opuesta, le gustaba tomar el control de la situación y ser ella quien sacaba pequeños gemidos por parte de la pelinaranja, que no tenía problema en rendirse ante las mordidas y besos que la morena dejaba en sus hombros y cuello pero nunca llenaron a más.
—¿Qué opinas Nini?—Preguntó Lisa levantando levemente su cabeza para observarla.
—¿Eh?—Jennie no había prestado atención a nada de lo dicho por la tailandesa, se había perdido en aquellos ojos que tanto le gustaban—. Claro, tienes razón.
Lisa esbozó una bella sonrisa que se le contagió a su amante, dejó un rápido beso sobre sus labios y volteó su cabeza hacia la pantalla. Jennie no quiso pero sus miedos e impulsos fueron más fuertes, miró hacia ambos lados, revisando que nadie las haya visto y se relajó al verificar que, efectivamente, no habían llamado la atención de nadie. Un sonoro suspiro escapó de sus labios y volvió a acariciar la espalda de la menor pero su mirada ya no estaba en ella, estaba en el techo de la sala, buscando las cámaras de seguridad para poder calcular las probabilidades de que hayan grabado aquel beso y que tan borroso se vería pero no tuvo éxito alguno, la penumbra no la dejaba ver con claridad y parecía que los aparatos estaban bien ocultos. Solo esperaba que no las echasen del cine por cometer tal atrocidad, sino se las veía, pues mejor.
El bolsillo izquierdo de su pantalón vibró fuertemente, indicando la llegada de un mensaje, lo ignoró pensando que probablemente no sería nada de suma importancia. Acto seguido, volvió a sonar una, dos, tres veces y paró. Habrían pasado unos cinco minutos hasta que volvió a vibrar pero esta vez repetidas veces, no paraba, era una llamada telefónica entrante que también tenía pensando ignorar.
—¿Nini no quieres salir a contestar eso?—Cuestionó Lisa, señalando su bolsillo.
—No.
—¿Qué tal si es importante?
—Nada puede ser más importante que esto.
Las palabras derritieron el corazón de la tailandesa, que volvió a sonreír enormemente y apretó el brazo de Jennie con cariño.
—Al menos ponlo en silencio, que siento toda la vibración en mi pierna—Dijo riendo.
Jennie también rio pero entre dientes, mal pensando las palabras dichas por Lisa. Se mordió el labio inferior por pensar aquello, debía rezar cuando volviera a casa pero la escena seguía sin dejar de ser extremadamente candente. Separándose a duras penas de la menor, sacó su movil, lo apagó sin ver quién llamó previamente y lo volvió a guardar. Retomó la posición anterior y se dispuso a disfrutar lo que restaba de la película, entiendiendo poco y nada por haber estado contando todos los lunares que Lisa tenía la mayor parte del tiempo que pasaron ahí adentro.
Eventualmente la película terminó y salieron del establecimiento, sin tomarse las manos porque había gente a su alrededor pero muriéndose de ganas por hacerlo. Lisa hubiese tomado el gran paso pero sabía que Jennie no estaba lista y debía respetar su decisión, cuando aceptó llevar las cosas con calma, esa era una de las cláusulas principales. Volvieron a la casa de la mayor, pasarían su primer noche juntas ahí y aunque estaban nerviosas también se encontraban emocionadas, durante el camino no hubo contacto físico pero si palabras dulces que sólo entrelazaban más sus corazones y ensanchaban más sus pechos de amor si es que eso era posible.
Ambas se encontraban muy felices dentro de su propia burbuja, que parecieron olvidarse del mundo real, el mundo crudo y frío que nos mata y nos envenena de a poco. No volvieron a el y no tenían intenciones de hacerlo, no fue esta que subieron las escaleras del edificio de Jennie y al final del pasillo, frente a la puerta del departamento de la surcoreana, que la realidad las golpeó como nunca antes. Habían visto cosas realmente impactantes pero nunca vivieron una gran tragedia como las de las películas o noticias, nunca había sido alguien cercano a ellas hasta ese día.
Justo ahí, al final del pasillo, se erguía la figura de Taehyung con el teléfono en mano, su remera blanca empapada de sangre y su rostro machacado a más no poder.
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↣Homofobia↢ Jenlisa Fanfiction
Fanfiction↣No puedes odiar lo que eres... ¿Verdad?↢ ↣Contenido homosexual, si no les gusta, NO lean. ↣Actualizaciones frecuentes. ↣Historia original.