↣Capítulo diecinueve↢

2.8K 404 87
                                    


Ola, bolbí. Sepan disculpar la tardanza 👉👈

—————————

  Jennie no volvió a saber de Lisa, sólo la veía rondar por los pasillos de su casa cuando ella y Tae venían de visita pero siempre era ignorada.

  Y le dolía.

   La indiferencia le dolía más que nada y quizás era lo que se merecía porque lo mismo le había hecho a Lisa millones de veces, ignorando sus mensajes y llamadas e incluso ignorando su presencia cuando pasaba por su casa.

  Decidió que era su turno, que ahora le tocaba a ella buscarla y volver a ganar su confianza, la que había destrozado por completo al huir como una cobarde otra vez.

  Por eso, de repente se encontró fuera del hogar de la pelinaranja, con un ramo de rosas entre sus manos y miles de excusas para decir si Taehyung se encontraba allí también. Lisa se había encontrado y se había enamorado primero de ella, estaba dispuesta a rescatar lo que quedaba de entre los escombros.

  Tocó repetidas veces, hasta que sus nudillos estuvieron rojos y pasos torpes se escucharon hasta que abrieron la puerta, era el chico con el que Tae había salido y por el cuál lo habían echado de casa. Tenía el cabello desordenado, iba sin camisa y su cara de sueño sólo podía referirse a que no se había levantado hace mucho.

—¿Jennie?—Preguntó el chico, visiblemente nervioso.

—Eh... ¿Joonhyunk?—Vocalizó lentamente, insegura y con miedo a equivocarse de nombre.

—Jungkook, es Jungkook—La corrigió amablemente el chico.

—Ah, Jungkook...—Repitió con desinterés—. ¿Está Lisa en casa?

—¿Lisa? No, creo que ha salido.

—¿Entonces te acuestas con mi hermano a sus espaldas o...?—Cuestionó la morena, enojada por la situación.

—¿Qué? No, claro que no—Negó rápidamente.

—¡Kookie!—Una voz aguda que conocía muy bien se escuchó a la lejanía—. ¿Quién es?—. Una pelinaranja apareció detrás de la fornida espalda del moreno, con una sonrisa que se borró apenas visibilizó a Jennie—. Mierda—Murmuró—. ¿Qué haces aquí?

—Estaba teniendo una agradable charla con mi amigo Joonhyuk, que me dijo que no estabas en casa—Sonrío falsamente y señaló al chico con el ramo que traía.

—Es Jungkook—Repitió el moreno, un tanto molesto.

—Oh, lo sé—Replicó con sorna, sin dejar de sonreír. Estaba bastante molesta también, no sólo le había mentido en su cara, Lisa parecía estar tan cómoda ante su presencia, hasta parecían amigos cercanos por como la pelinaranja apoyaba su cabeza en el brazo del chico.

—Kookie—Lisa llamó a su amigo dulcemente, acariciando suavemente el brazo en el que se encontraba apoyada—. ¿Nos podrías dejar solas?

—¿Segura, Liz?—Preguntó preocupado, sabiendo la historia previa y Lisa asintió con la cabeza—. Bien pero si necesitas ayuda o algo, sólo grita y bajaré corriendo—Avisó antes de irse escaleras arriba.

  Ambas miraron con detenimiento como Jungkook se marchaba, esperando a que su ida retrasara un poco más las palabras.

—¿Qué haces aquí?—Volvió a preguntar la pelinaranja una vez que el chico se había marchado.

—Vine a buscarte, ya no aguanto estar tan lejos tuyo—Confesó—. Ya no  contestas mis llamadas, ni mis mensajes, tampoco pareces estar en casa cada vez que paso a verte.

—¿No se te ocurrió que quizás soy yo la que no quiere verte ahora?—Contestó ácida, el dolor adornando su voz.

  Jennie se quedó helada, sin poder pensar qué decir. Lisa la miraba con sus ojos opacos, presos de cualquier emoción que podría hacerla parecer vulnerable... Como si estuviese llena de rencor.

—Sí, por eso he venido hasta aquí—Optó por decir—. Pero me encuentro con esto, ¿qué estás haciendo Lisa, siendo una barba?

—No es de tu incumbencia Jennie, lo que yo hago por las personas que quiero, no es tu asunto—. Se cruzó de brazos y dirigió su vista a otro lado, molesta por un reproche que al que no tenía derecho, mucho menos viniendo por parte de la morena.

—¿Y no podrías dejarme pasar para que hablemos de todo esto? ¿O acaso ya no me quieres?—Preguntó mordiendo su labio inferior, sabiendo que la pregunta estaba fuera de lugar y que rozaba la manipulación psicológica pero sin poder evitar decirla.

  Lisa la observó, pero esta vez la observó en serio. Sus ojos habían abandonado aquella barrera defensiva y se permitió volver a sentir todas esas cosas caóticas que Jennie provocaba en su interior. Estaba pálida y bajo sus ojos cansados, se veían ojeras de días y no tardó en cuestionarse si ella era quién había provocado sus desvelos. Su expresión y su postura gritaban desesperación, parecía a punto de lanzarse dentro del departamento si es ella le negaba el entrar.

  ¿Realmente la habría dejado así de mal? ¿O quizás estaba confundiendo todo?

  Ya no podía saberlo, con Jennie jamás podía. Había desaparecido de su vida dos veces, cuando todo parecía bien, cuando todo era felicidad en ella, cuando menos lo esperaba.

  Pero aún así, contempló la posibilidad de dejarla entrar, una vez más, una última vez, a su vida. La tercera es la vencida y para ellas, sin duda sería una definitiva. Podría ser una gran estupidez o podría ser que finalmente, se les diera esa oportunidad de ser felices, de ser libres, juntas.

  Porque Lisa es una humana como cualquier otra, porque vive llena de deseos y esperanza. Siempre es la esperanza la que nos lleva a tomar decisiones que quizás nos rompan el corazón porque nunca dejamos de tenerla, nunca dejamos de creer que algo puede lograrse si le ponemos el suficiente empeño. Y aunque es una de las cosas más maravillosas para el ser humano tener esa fe en todo lo desconocido y las infinitas posibilidades que nos ofrece, también es algo de lo más destructivo, que nos puede dejar vacíos y rotos cuando no todo sale como se esperaba.

  Y es por esa misma esperanza tonta y ciega, que Lisa retrocedió un paso, bajo la guardia y permitió que Jennie entrara, no sólo a su hogar, sino a su corazón nuevamente.

—Puedes pasar, una vez más, una última vez—Le advirtió—. No hay más oportunidades Jennie, o entras, o te vas de mi vida permanentemente, me cansé de ser tu experimento de turno.

↣Homofobia↢ Jenlisa FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora