El gozo violento Tiene un fin violento Como fuego y pólvora Que al unirse Estallan
Endra corría topando con las personas vestidas con túnicas rojas, no le importaba en lo absoluto, sólo quería que todo eso acabará, su respiración un poco agitada, su pelo se movía con cada toque de sus pies, la campana sono, aumentando más su preocupación, empujando a las personas para que abrieran paso.
En un cerrar y abrir de ojos, paro, se encontraba en un prado, donde Edward, Jasper y ella, solían pasar la mayoría del tiempo, camino lenta por las flores moradas y blancas, mientras los rayos del sol iluminaba el lugar, dando en su rostro, y en su cabello negro, brillando por el mismo.
Al otro lado del Prado, una mujer, de piel pálida, cabello negro y largo, belleza intacta, ojos rojos, más que el mismo color, la miraba con una pequeña sonrisa.
- Mamá?- desconcertada dejó de ver a Freya, y dirigió su vista a un lado.
De los árboles, salió un cobrizo, de piel pálida, vistiendo un traje, al lado, un rubio, piel pálida, vistiendo un traje, ambos con ojos café dorados.
- No! Los verá- Edward y Jasper caminaron dejando que los rayos del sol les de en su rostro haciéndolo brillar, hasta quedar a los lados de Endra- Hola.
Endra les sonríe un poco para después ambos tomar las ambos de ella y caminar al centro del Prado, al igual que la mujer.
- Mamá quiero presentarte a...- antes de terminar, Freya desapareció, y con ella, Edward y Jasper de sus lados.
Volteó confundida, para ver que ya no se encontraba en el Prado, estaba en un salón, Edward y Jasper tendidos en el suelo, mientras Sueltan quejidos de dolor.
- Basta!- grito queriendo que fuese lo que fuese que les ocacionaba dolor parará, risas se escucharon, levantó la mirada al frente, para ver tres tronos, en estos sentados tres hombres pálidos, con ojos rojos los tres, al lado del de en medio, estaba Freya.
Edward y Jasper pararon de quejarse, pero con ellos, otros los sujetaron, y antes de reaccionar o tan siquiera poder confundirse, les habían arrancado la cabeza a ambos.
- Feliz cumpleaños cariño- Freya sonríe mientras coloca su mano en el hombro del vampiro que está sentado riendo como cínico, hasta que ella también empieza a reír.
