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—Esto no quiere decir que lo que siento por ti no es real o no significa nada —se apresuró a agregar, luego de explicarle todos sus sentimientos.

—Lo sé —Jeno sonrió y tomó la mano de Renjun—. La verdad es que eres muy valiente, yo aun estoy aterrado de solo pensar en decirlo en voz alta.

—¿Decir qué? ¿Sientes algo similar? —Jeno asintió— ¿Con quién? —sus pequeños ojitos expresaron todo lo que Renjun necesitaba.

—La verdad es que conocí a Jaemin de pequeño, en unas vacaciones, por eso los dibujos en común. No lo dije antes porque... no lo sé. Pero creo que tu hermano tiene razón, Jaemin y yo nos volvimos a encontrar después de años y también se puede considerar destino que tu hermano y el mío sean amigos, así pudimos encontrarnos nosotros. Todo estaba destinado a pasar, ¿no lo crees?

Renjun asintió y se acurrucó aun más contra el pecho contrario. Ambos amaban a Jaemin y eso provocaba felicidad en su pecho, pero una pequeña espina estaba clavada en su corazón. Nada le aseguraba que Jaemin sea el destino de los dos, o que quiera estar con ambos, y sería algo triste que solo quisiera a uno.

—Sé lo que te está preocupando, te conozco —río Jeno—. No deberías pensar en eso aún. Hablaremos con Jaemin y según sus sentimientos, decidiremos qué hacer.

—Extrañaba tanto hablar contigo, abrazarte, besarte.

Jeno sonrió y abrazó con más fuerza a su bebé. Estaba feliz porque él sabía que todo estaba mejorando y, aunque moría de ganas de contarle a Jaemin, también quería que sea una sorpresa para él.

...

Lucas regresó de la universidad un poco tarde. Debía corregir algunas tareas con su profesor y eso lo demoró, pero aún había tiempo suficiente para descansar un rato antes de prepararse para abrir el restaurante.

Subió las escaleras con pereza pero se detuvo frente a la puerta al escuchar las palabras de Kun.

—...contratar un nuevo mesero.

—¿Estoy despedido? —Lucas abrió la puerta de un golpe, sobresaltando a Kun y Sicheng. Pero la preocupación invadió a ambos al ver los ojos tristes del menor.

—No, claro que no. Estoy buscando un compañero para ti.

—Estaba por empezar a llorar —Lucas llevó una mano a su pecho, calmándose poco a poco—. Creí que me odiabas.

—¿Por qué te odiaría? —la voz de Kun tembló, algo que no pasó desapercibido para Sicheng, y tampoco el color de sus mejillas.

—Ah... —Lucas recordó que no debía hablar de eso, Renjun se lo hizo jurar—. No lo sé, tal vez hice algo mal.

Con rapidez, se despidió y fue a su habitación. Se sentía aliviado de lograr escapar victorioso.

Pero más aliviado se sentía Kun. Por un momento temió que Lucas recordara el beso y eso sí lo aterraba. Pero al volver la vista al frente, una corriente helada recorrió su espalda ante la mirada asesina de Sicheng.

—¿Hay algo que no sepa?

—Nada importante.

—¿Y por qué estás tan nervioso?

—Te lo diré, porque necesito hablarlo. Pero no ahora.

—De acuerdo, más tarde arreglaremos cuándo. Ahora debo irme, tendremos un karaoke y tal vez vuelva a ver al japonés del que te hablé.

—Suerte con eso. Y deberías traerlo alguna vez así lo conozco.

Sicheng se despidió y Kun volvió a respirar. Publicó la oferta de empleo en redes sociales y dejó el teléfono para olvidarse del tema por un rato. Y se encaminó hacia su lugar favorito, la cocina de su restaurante. Comenzó a limpiar y ordenar su refugio porque esa era su terapia favorita.

Mi Pasado y Mi Futuro (#5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora