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Aunque Lucas se había decidido a hablar con Kun y formalizar su relación, con los exámenes finales apenas tuvo tiempo para pensar cómo hacerlo. Al fin había llegado su último examen y, aunque quería dedicarse a Kun, saldría con su madre a festejar la culminación de su primer año universitario como habían acordado. Lucas la descubrió de pie junto a la entrada de la universidad observando a los estudiantes que salían, y sin hacerla esperar mucho más, corrió hacia ella. La abrazó con fuerza, hacía mucho tiempo que no la veía.

Al mismo tiempo, Renjun le entregaba la libreta de calificaciones a Kun que lo felicitó con una enorme sonrisa. Pero la alegría terminó cuando su hermano preguntó por el futuro. Renjun aún no sabía qué hacer y el tiempo ya se le había acabado. Sus novios ya estaban inscriptos para rendir el examen de admisión y él aun dudaba.

—Necesito que seas serio en esto, no quiero que me mientas diciendo que ya no puedes dibujar, te he visto incluso más inspirado que años anteriores. ¿Realmente no quieres asistir a la universidad? Ten y Doyoung me dieron todos sus libros de primer año. Es tu vida, tu futuro, tu decisión. Sé que eres joven, puedes dudar y equivocarte de carrera las veces que quieras, pero no quiero que te arrepientas de nada.

Después del sermón que casi hace llorar a Renjun, quedó solo en su habitación. Estaba cansado de que su hermano se preocupe tanto por él. ¿Por qué no, simplemente, vivía su vida? Quería dejar de ser una molestia para él. Lo mejor que podía hacer era armar un currículo y empezar con su búsqueda de trabajo. Stephanie y los señores Kim ya estaban en busca de un departamento para los tres pero no podía permitir que Kun se ocupara de esos gastos también.

...

Después de una extendida charla con su madre, Lucas entendió que debía armarse de valor y darle seguridad a su relación con Kun. Pero cuando regresó a casa y lo observó concentrado en el reabastecimiento de la cocina, los nervios lo paralizaron nuevamente.

Sabía que sus sentimientos eran mutuos, pero aun así temía que lo rechazara, que le pidiera más tiempo. Con suerte lograba verlo a los ojos después de lo sucedido en la cocina, ¿qué haría si volvía a rechazarlo? Su último beso ocurrió el día que su ex apareció y no se atrevió a volver a hacerlo, apenas intercambiaban palabras y sus exámenes habían sido la excusa perfecta. Pero ahora no tenía manera de escudarse.

...

Renjun quedó estancado en el suelo. Esa sensación de ser observado y sentirse perseguido se transformaron en alucinaciones cuando, al salir del instituto, creyó ver a alguien al otro lado de la calle. Por supuesto que en un instante se esfumó, y comenzó a creer que realmente estaba loco. Un leve toque en su hombro lo regresó a la realidad, encontrándose con las miradas preocupadas de sus novios. Le quitó importancia y comenzaron a caminar hacia su hogar. Pero no podía evitar voltear cada cierto tiempo.

Ya en el resguardo de su hogar, Kun los invitó a los tres a sentarse en una de las mesas para merendar. Renjun se mantenía al margen de la conversación, su hermano preguntaba a sus novios sobre la universidad, sobre el departamento y varias cosas más que él no escuchaba. ¿Debía comentarle a su hermano sobre lo que vio, o creyó ver? No, no quería preocuparlo en vano.

Kun notaba a su hermanito inquieto, pero no era el momento para hablar, así que prefirió hacer el ambiente más ameno, a pesar de sentir, también, el extraño humor de Lucas.

Yukhei estaba envuelto en sus propios pensamientos, pero decidió abandonarlos y acercarse a la mesa donde los demás conversaban y reían. Pronto se contagió de la alegría de los demás y ya se encontraba bromeando con ellos, sin saber que esa felicidad duraría poco.

Escucharon la puerta de entrada abrirse, aun era temprano para la llegada de las chicas, así que debía ser un cliente apurado. Kun elevó su voz para indicar que aun estaba cerrado pero en cuanto vio a las personas que cruzaron el umbral, su sonrisa desapareció por completo, mientras procuraba ocultar a Renjun detrás de su cuerpo. Lucas no entendía qué estaba ocurriendo, pero ver el pánico en la mirada de Kun fue suficiente para hacerlo actuar. Se interpuso entre las personas que acababan de entrar y su mayor, protegiendo también a los tres menores del lugar.

—En verdad son ellos —sollozó la mujer mientras se sujetaba del brazo de un hombre.

—¿Qué hacen aquí? ¿Cómo nos encontraron? —Kun elevó su voz con firmeza, pero Lucas logró distinguir el temblor en su garganta.

Renjun se asomó desde atrás de su hermano y su mundo cayó por completo. No estaba alucinando, realmente la había visto. 

Mi Pasado y Mi Futuro (#5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora