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Los diálogos que aparezcan en cursiva en este capítulo son en chino.

Después de tanta negativa, a Renjun no le quedó otra opción que arrastrar a Yangyang hacia la guarida e interrogarlo. Tal vez, en mayor intimidad y en otro idioma, se sentiría más cómodo para hablar.

No.

Bueno, sus suposiciones podían fallar.

Deja de mentirme, sé que algo ocurrió. Quiero a mi lucecita brillando otra vez —rogó Renjun. Yangyang hizo un puchero, pero volvió a negarse.

Yo te diré qué ocurrió —asustando a ambos, Chenle apareció de un rincón oscuro, quién sabe cuánto tiempo llevaba ahí escondido.

Cierra la boca, no digas nada.

Esa noche, cuando nos dividimos y fuimos al cuarto de Doyoung, jugamos verdad o reto. Entre otros datos interesantes y jugosos que no necesitas saber —sonrió Chenle—, descubrimos que Sungchan ya tiene dueño en su corazón.

¿Saben quién es? —Renjun los observó, sorprendido, pero viendo a su amigo empequeñecer aún más.

No, y no quiero saberlo —se quejó Yangyang—. ¡Ni siquiera estoy en su rango de posibilidad! Es menor que él...

En realidad dijo "pequeño", no "menor" —para Renjun, las palabras de Chenle daban otro significado, pero para Yangyang era lo mismo—. ¿Y qué hay de ti? ¿Descansaste bien?

¿Por qué lo preguntas con esa sonrisa que da mucho miedo?

No tienes idea, ¿verdad? —una carcajada se escapó de Chenle, contagiando a Yangyang y haciendo que Renjun se alegrara por ver al menos una sonrisa en su amigo—. Usaste a Jaemin de almohada durante la película. ¿Ocultas algo con el chico nuevo?

Las orejas de Renjun quemaban casi tanto como su rostro, ¿él había hecho qué? ¡Y delante de Jeno!, ¿le habría molestado y por eso se mantuvo tan callado cuando lo devolvieron a su casa? Quitó esas ideas de su cabeza, no debía sentirse culpable cuando estaba molesto con Jeno. Se apresuró a contestar la pregunta de Chenle, negando todo y aclarando que no lo recordaba. De cualquier manera, debía disculparse con Jaemin por molestarlo.

Sin perder mucho tiempo, al regresar al salón se acercó a Jaemin que, al escuchar las palabras de Renjun, se volvió completamente rojo.

—¿Lo recuerdas? —las manos de Jaemin temblaban, de nervios y, tal vez, ilusión. Pero Renjun no lo notaba, de la misma forma que atribuyó el sonrojo de su compañero al calor.

—No, acabo de saberlo.

Jaemin asintió, desilusionado. Tenía la esperanza de que Renjun lo hubiese llamado "Nana" porque lo recordaba, aunque sea un poco. Pero no era así, y por suerte Renjun se había alejado, sino le sería imposible ocultar su mirada cristalizada.

...

La semana casi estaba terminando y Renjun no logró descubrir nada. Estaba completamente solo, recostado contra el tronco de un árbol, observando a sus compañeros y amigos desde lejos durante el receso. Suspiró, por quinta vez desde que se sentó, intentando alejar la molestia de su corazón. Se había dedicado a observar a Jaemin y Jeno, sus interacciones, sus miradas, sus charlas, todo, durante esa semana, pero no había nada, ¿se había equivocado? Tal vez los dibujos no se parecían tanto o era simple casualidad. No había hablado con Jeno a causa de la molestia que tenía contra él, pero si no tenía razón para estar enojado, ¿por qué seguía evitándolo? Pero lo que sí notó era que sus ojos tenían un extraño imán hacia Jaemin como lo tenía con Jeno, y con ambos, su corazón tamborileaba desenfrenado.

Mi Pasado y Mi Futuro (#5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora