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Hyunjin tuvo una enorme sonrisa durante la primera hora de clase y los observaba a todos con picardía, logrando que sus amigos se confundieran aún más. En cuanto sonó la campana de inicio de receso, no demoraron en rodearlo y preguntarle qué estaba pasando.

—Papá me permitió hacer la fiesta en casa, este fin de semana irá con mi hermanito a quedarse en la casa de mi abuela.

—¿Qué le prometiste para que Jaebeom te permitiera algo así? —preguntó entre risas Han.

—Yeji me ayudó a convencerlo, pero tendremos que mejorar nuestras calificaciones y hacer limpieza profunda de la casa una vez por semana hasta que termine el año —se quejó mientras los demás reían.

Yeji, la melliza de Hyunjin, invitaría a los compañeros y amigos de su institución. Los mellizos asistían a colegios diferentes porque, durante su infancia eran tan unidos que no habían hecho amigos y les parecía suficiente tenerse el uno al otro. Por suerte, la edad y que su padre los separara de escuela, los ayudó a formar su propia personalidad y tener amigos, aunque su relación seguía siendo buena.

La fiesta sería grande, no solo asistirían dos escuelas distintas, sino también algunos estudiantes universitarios. Y todo podría salirse de control. Pero no era importante, lo esencial era que Seungmin lograra pasar tiempo junto a Chan y se animara a declararse. Cuando el grupo se distrajo pensando qué vestir o quién iría con quién, Felix se acercó a Hyunjin.

—Agradezco lo que haces por mi hermano y nuestro amigo —sonrió, palmeando su hombro—. Pero deberías aprovechar la situación también, recuerda que hay un pequeño chico que sería muy feliz con saber que lo amas.

Hyunjin bajó la mirada, intentando ocultar la emoción en sus ojos y el color carmín de sus pómulos. Tal vez era el momento de ser valiente.

...

—Kun... —murmuró Lucas. El mencionado volteó hacia él, pero el menor volvió a dudar antes de negar con la cabeza y alejarse, dando por terminada una charla que jamás comenzó.

No era la primera vez en el día, mucho menos en la semana, que Lucas lo llamaba y se arrepentía de hablar. Kun se sentía confundido, por la seriedad en la mirada contraria parecía un tema importante. Se olvidó del asunto cuando Renjun apareció frente a él pidiendo permiso para ir a una fiesta.

—Sabes que tienes que tener cuidado con lo que bebes y no recibir nada de personas desconocidas —Renjun asentía con tranquilidad, sabiendo todo el discurso de memoria pero dándole seguridad a su hermano de que tendría las precauciones necesarias—. ¿Y luego se quedarán en la casa de Jaemin? Cuídense muy bien, por favor.

Renjun tardó en interpretar a qué se refería, pero cuando su rostro se tiñó de rojo y se alejó avergonzado, Kun supo que sí lo había entendido.

El menor de los Qian se detuvo un momento para refrescar su rostro antes de salir. Sus novios lo esperaban al otro lado de la puerta y no podía explicarles por qué sus mejillas tenían ese color, así que realizó respiraciones para calmarse.

Jaemin y Jeno se voltearon en cuanto escucharon la puerta y sonrieron enamorados. El menor fue el primero en besar a Renjun y colocar su brazo en los hombros de su novio. Jeno rió y simplemente caminó a su lado. A mitad de camino, se desviaron un momento para comprar lo que Felix acababa de pedir por el grupo y finalmente se dirigieron hacia su casa.

El australiano los recibió con una enorme sonrisa y los guió hacia la sala, donde sus amigos charlaban con varias chicas. Rápidamente fueron presentadas, Yeji, la melliza de Hyunjin —que realmente era su clon— y sus amigas Jisoo, Chaeryoung, Ryujin y Yuna.

Mi Pasado y Mi Futuro (#5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora