Los diálogos que aparezcan en cursiva en este capítulo son en chino.
Por primera vez en años, Kun había logrado dormir perfectamente bien estando solo. Se sentía feliz y orgulloso, había empezado a superar sus miedos y ya no lo controlaban. Aun así, su sueño se vio interrumpido y ahora se encontraba de pie junto a la puerta del antro, abrazándose a sí mismo para cubrirse del frío.
Yuqi y Soyeon aparecieron a su lado cargando —o intentando cargar— a Lucas. Sus ojos estaban cerrados, pero no estaba dormido, no del todo. Kun colgó uno de los brazos del más alto sobre sus hombros y lo sujetó por la cintura, y al tenerlo tan cerca notó el rastro de lágrimas secas sobre sus mejillas.
—Estuvo toda la noche preocupado por ti, pero comenzó a quejarse y llorar cuando estaba completamente borracho —rió Yuqi, entregándole a Kun las pertenencias de su mejor amigo.
—¿Las molestó mucho?
—En realidad, lo único difícil fue este momento que no quería caminar y tuvimos que cargarlo —aclaró Soyeon—, el resto de la noche nos seguía como un patito bebé.
Las chicas regresaron a la fiesta mientras Kun daba media vuelta y hacía hasta lo imposible para que Lucas colaborara en caminar. La primera mitad fue bastante fácil, a veces el menor se tropezaba o perdía un poco el equilibrio haciendo que Kun casi cayera al suelo, pero supo manejarlo.
El problema empezó cuando Lucas despertó un poco y volvió a quejarse. No quería moverse y se esforzaba en zafarse de los brazos de Kun.
—No quiero ir —balbuceó. Frunciendo el ceño, se sentó en el suelo y cruzó sus brazos. Kun se colocó en cuclillas frente a él para hablar.
—¿Quieres regresar a la fiesta? —preguntó Kun, con incredulidad. Daba igual lo que respondiera, aun así lo llevaría al departamento.
—No, quiero volver a casa —lloriqueó—. Quiero ir con Kun, ¿qué pasa si no puede dormir bien?
—Estamos caminando a casa —suspiró Kun, sonriendo—, y estoy aquí contigo, mírame.
Lucas obedeció y, aunque sus ojos tardaron un poco en enfocar el rostro frente a él, logró reconocerlo y sonrió como tonto. Kun lo tomó de la mano y, una vez en pie, retomaron en camino a casa. Yukhei no borró su enorme sonrisa en todo el camino. Continuaba tomado de la mano de su mayor y se dejaba llevar como si fuera un niño pequeño.
Llegaron sanos y salvos, sin tropiezos o accidentes, ni siquiera en la escalera. Kun empujó a Lucas hacia la habitación y cerró la puerta detrás de ellos y ahora, en la intimidad y calidez del lugar, el menor abrazó a Kun. Rodeó su cintura, acomodando su pecho contra la espalda del mayor y escondiendo su rostro en el cuello, provocándole cosquillas a Kun.
—Te extrañé —susurró contra su piel. Kun suspiró de placer pero rápidamente recobró la compostura.
—Primero quítate esa ropa con olor a cigarro y luego dejaré que te pongas cariñoso.
El menor sonrió y se apresuró a desvestirse. Kun contuvo la risa mientras volvía a colocarse el pijama y se cubría con las mantas. Las luces se apagaron dejando solo la lámpara de noche y, luego de varios golpes, Lucas logró llegar a la cama. Kun sintió el cuerpo contrario pegarse a su espalda y un brazo envolviendo su cintura. No estaba seguro si era la primera vez que le daba tanta atención al contacto o Lucas se sentía más caliente de lo normal. El rostro de Kun se incendió al pensar en eso, ¡se refería a la temperatura corporal!
Después de todo, Lucas siempre se veía caliente.
Kun se apartó del menor intentando calmar sus pensamientos y su corazón y decidió voltearse, encontrándose con algo que no esperaba. Yukhei estaba solo en ropa interior.
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Mi Pasado y Mi Futuro (#5)
FanfictionEncadenado a su pasado, intentaba hacer lo mejor para su hermano menor. Pero las cadenas tiraban y dolían; después de tanto, continuaba torturándolo. Sin memorias de su pasado, seguía adelante gracias a su hermano mayor. Pero la llegada de una perso...