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Renjun estaba en la fila del cine junto a Jaemin mientras Jeno compraba la comida. Creyó que sería incómodo estar a solas con Nana, pero era la personita más linda que pudiera existir, y solo ver su sonrisa era suficiente para sentirse confortable. Pero también era muy cariñoso y, aunque a Renjun sí le gustaba que lo sea, estaban en público, así que intentaba mantener la distancia y evitar sus abrazos y su cercanía.

Jeno llegó a su lado poco antes de entrar a la sala. Renjun dudó un momento sobre cómo debían acomodarse, pero Jaemin fue el primero en sentarse y Jeno le cedió el siguiente lugar. Así que, al estar entre los dos, cargaría las palomitas para que todos pudieran comer.

La película comenzó y Renjun se quedó sin manos, ambas estaban tomadas por sus amigos. Quería comer, pero no quería soltar a ninguno. Así que estiró su cuello hacia abajo y sacó su lengua, intentado que alguna palomita se pegara y así poder comer, pero rápidamente escuchó risitas a su lado y su rostro se volvió completamente rojo. Segundos después, tenía frente a él dos manos ofreciéndole comida. Por supuesto, aceptó ambas.

Jaemin dudó un poco, pero finalmente se recostó sobre su hombro mientras Jeno acariciaba su mano con suavidad. Se sentía tan feliz estando con los chicos que tanto quería. Pero no había pasado media película cuando el arrepentimiento lo dominó. Hubiera sido mejor ver la película en la casa de Jeno, donde podían abrazarse, besarse, mimarse y acurrucarse como querían.

Jeno y Jaemin pensaban igual que Renjun, pero ninguno sabía que compartían pensamientos. Por esa razón, cuando terminó la película, todos sonrieron y continuaron la salida como si no murieran de ganas de abrazarse entre los tres.

Pero Jaemin era quien menos podía resistirlo. Estuvo abrazado durante un tiempo al brazo de Jeno, y cuando finalmente se soltó, corrió hacia Renjun. Lo abrazó por los hombros, uniendo sus cabezas y diciéndole lo tierno que era una y otra vez. El rostro de Renjun ardía así que no tardó demasiado en apartar a Jaemin y evitar su mirada, la vergüenza era demasiada para él. Pero no notó que la sonrisa de Jaemin ahora era triste.

...

Aun faltaba un poco para abrir, así que Kun ayudó a Lucas a terminar de limpiar las mesas. Cuando el menor se acercó para recuperar el trapo de las manos de Kun, éste saltó hacia atrás por la cercanía. Lucas intentó sonreír e ignorar esa acción tan frecuente en el mayor. Pero no se resistió y las palabras salieron solas de su boca.

—¿Por qué te apartas de mí?

Kun lo observó con sorpresa, pero bajó la mirada, sintiéndose culpable por hacer que la voz de Lucas suene tan dolida.

—No es intencional...

—En realidad me resulta extraño... Es decir, dormimos abrazados todas las noches, pero no puedo estar de pie cerca de ti.

El calor subió al rostro de Kun. Lucas tenía razón, pero ni él mismo podía explicarse.

—¿Tienes complejo con tu altura? —susurró, causando ternura en Kun, ¿cómo llegaba a esa conclusión tan inocente?— Puedo agacharme a tu lado si te molesta mi altura.

—No es eso —rió Kun—. Sé que es algo tonto, pero me aterra el contacto humano, excepto con Renjun. Pero por alguna razón, mis pesadillas se van al dormir en tus brazos. No puedo decir más que eso, no estoy listo, lo siento.

—No, está bien, es más que suficiente. Lamento invadir tu espacio y provocarte malestar.

—No es tu culpa, no lo sabías. Gracias por preocuparte. Ahora... —sentía que se rompería si continuaba hablando o pensando en ese tema, así que debía desviar la atención—, iré a la cocina a acomodar lo que queda. ¿Podrías abrir?

Mi Pasado y Mi Futuro (#5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora