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Lucas dejó el bolso en el suelo y acomodó la mochila sobre su hombro. Se sentía nervioso, quería salir corriendo, pero no se arrepentía. Antes de poder llamar a la puerta, esta se abrió sorprendiendo a quien estaba saliendo. Lucas bajó el puño que tenía en alto y sonrió.

—¡Renjun, hola!

—¡Hey! Creí que llegarías más tarde.

—Mamá consiguió que una de sus amigas me trajera, así que no tuve que esperar el autobús.

—Genial... Bien, debo irme.

—¿Vas a salir con Jeno? —Lucas sonrió de lado y elevó una ceja, haciéndole una mirada sugerente a su amigo quien rodó sus ojos.

—No, tiene algo que hacer. Saldré con Yangyang y Chenle, reunión de chinos.

—Oh... extraño esas reuniones.

—Cuando estés libre podrás unirte. Pasa, Kun está arriba.

Renjun salió, dejándolo solo en un silencio abrumador. Observó el restaurante vacío y oscuro por un momento y sonrió. Conocía ese lugar desde que se hizo amigo de Renjun y ahora trabajaría ahí, con Kun.

Comenzó a subir las escaleras, intentado ser silencioso, tal vez el mayor estaba descansando. Golpeó levemente la puerta y acercó su oído, intentando percibir algún sonido del interior. Sin señales de vida, abrió y asomó su cabeza, pero no había rastro de nadie. Entró y dejó su bolso y mochila junto a la puerta, intentó llamar a Kun a susurros para comprobar si estaba en la sala o la cocina comedor.

Dudó un momento antes de acercarse a la puerta de su habitación, pero lo hizo, encontrándola entreabierta. Escuchó la voz y risa del mayor y fue inevitable sonreír; apenas distinguía la música que sonaba con suavidad, pero su corazón cayó a sus pies al escuchar otra voz que conocía perfectamente. El sentimiento de incomodidad que aparecía con la presencia de esa otra persona lo invadió, sabía que ellos eran amigos pero aún así se sentía extraño.

—No sé quién de los dos es más idiota —escuchó al otro lado.

—No seas tan duro con él —la voz de Kun sonaba suave y tranquila, mientras que Ten se escuchaba molesto.

—Hace meses terminaron y aún sigue lloriqueando por él.

—Estuvo enamorado de él por años y cuando al fin estuvieron juntos, no pudo enamorarlo y terminó con el corazón roto. Es fuerte, pero necesita sanar.

Lucas no debería estar escuchando, ni siquiera sabía de quién hablaban, pero antes de poder pensar en llamar la puerta, la pregunta de Ten lo detuvo.

—¿Y qué hay de ti? Sé que el restaurante no te da mucho tiempo libre, pero nunca te vi con nadie.

—No lo necesito.

—No digo que lo necesites, pregunto por qué le rehúyes tanto a la idea. Eres perfecto y estoy seguro que cualquiera caería por ti. ¿Eres de chicos o de chicas? ¿O ambos? Sé que ninguno no, porque he visto cómo miras a-

—Cierra la boca.

Unas risas comenzaron a escaparse de la habitación y Lucas decidió golpear la puerta antes de que siguieran hablando y meterse él mismo en la boca del lobo.

—Pasa —Lucas obedeció, arrepintiéndose al instante. Ten estaba sobre la cama, hecho una bolita de risa, y Kun sobre él, con las manos en el estómago ajeno haciéndole cosquillas. Haciéndole cosquillas. Lucas debía grabarse esas palabras en su mente para no volverse loco—. Creí que ya habías salido... —Kun volteó a ver a quien creyó era Renjun, pero cuando sus miradas se cruzaron, se alejó de Ten y se levantó con prisa, luciendo una sonrisa algo nerviosa.

Mi Pasado y Mi Futuro (#5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora