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Taeyeon sirvió las tazas de té mientras Donghae colocaba los bocadillos en la mesa. Tomaron asiento y el silencio incómodo inundó el comedor del hogar Kim nuevamente. Ninguno se animaba a hablar primero, había tanto por decir.

—Gracias por aceptar esta reunión —sonrió Zhoumi, sabiendo que las cosas se pondrían serias.

—Hablé con Kun y, después de lo ocurrido ayer, necesitan más tiempo antes de calmarse y hablar con ustedes —Donghae era experto en mantener la calma en situaciones críticas, pero esto parecía requerir todo su esfuerzo.

—No quiero parecer insensible, pero ¿por qué están aquí? ¿Piensan llevárselos a China? —Taeyeon logró mantener su voz firme.

—Claro que no —se apresuró a aclarar la señora Qian—. En el pasado me dejé llevar por creencias de los demás y ya era muy tarde cuando lo entendí. Perdimos a nuestros hijos por mí culpa —Sunyoung hacía todo lo posible para que su voz no se quebrara—, Zhoumi regresó a casa y ellos ya no estaban. Y aunque me encantaría que también quieran escucharme a mí, me gustaría que al menos recuperaran la relación con su padre, quien nunca los juzgó como yo y a quien le quité la posibilidad de estar con sus hijos como merecía.

—Sabemos que Kun y Renjun tienen una vida aquí, no queremos arrebatársela más de lo que ya lo hicimos. Pero les pedimos esta reunión para disculparnos por todos los problemas causados, pero sobre todo agradecerles por cuidar de nuestros hijos.

Ambos se levantaron de sus asientos para inclinarse ante los Kim. Donghae aclaró su garganta un poco incómodo y los Qian se sentaron nuevamente.

—No necesitan agradecernos, ellos son nuestros hijos y le dimos todo lo que necesitaban —desafió Taeyeon, ganándose una mirada acusatoria de su esposo, pero no iba a detenerse—. Doyoung no dudó ni un momento en ayudar a Kun y Renjun y, de igual manera, nosotros tampoco. Intentamos darles todo el amor que merecían y más, y aun así... —Taeyeon suspiró con fuerza— ambos piensan constantemente que son una carga para nosotros. No puedo imaginar qué tanto tuvieron que pasar para no aceptar amor y cariño, para no creer que eran valiosos para nosotros.

Donghae acarició la mano de su esposa, entendiendo su dolor completamente.

—Todo es mi culpa, los controlé y manipulé desde niños y... —Sunyoung sentía nauseas cada vez que lo recordaba—. Quiero reparar mis errores, no por mí, por ellos. Sé todo el daño que les hice y todo el tiempo que llevará hasta que quieran volver a sonreírme, si es que lo hacen. Pero quiero asegurar su felicidad desde ahora. Y les agradezco por ser esa madre que yo no fui y ese padre que les quité —Sunyoung volvió a inclinarse frente a los Kim y continuó hablando—. Y también queremos pagarles todo lo que han gastado en nuestros hijos, alimento, estudios, todo.

Ambos sonrieron, confundiendo a los Qian. Taeyeon observó a su esposo y se encogió de hombros, sin borrar la sonrisa de sus labios. Donghae regresó la mirada hacia Zhoumi y Sunyoung y la seriedad volvió a su rostro.

—Lo lamento, pero no nos deben nada.

—Insisto —interrumpió Zhoumi, pero Donghae negó con tranquilidad.

—No es que no queramos, es que no hay nada para saldar. Desde el comienzo, Kun dedicó todo su dinero a ahorrar para el restaurante y pagarnos todo a nosotros, a pesar de que no lo quisiéramos. Con todo su esfuerzo, Kun mantuvo el restaurante funcionando perfectamente, y pagó todo lo que gastamos en ellos hasta ahora. Incluso se hizo cargo del colegio de Renjun cuando nosotros nos ofrecimos a pagarlo. El dinero que sea que tengan, deben dárselo a él.

—Todo lo que nos ha dado Kun, lo hemos apartado para devolvérselo, pero no hay manera de que lo acepte. Así que decidimos utilizar ese dinero para ir a cenar a su restaurante, así, de una manera u otra, regresaba a él. Pero aun hay demasiado y lo usaremos para pagar el departamento de Renjun y su universidad.

Mi Pasado y Mi Futuro (#5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora