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La música se escuchaba apagada desde afuera, pero en cuanto Yeji les abrió la puerta, el sonido invadió sus oídos y apenas se entendían entre ellos. Siguieron a la anfitriona hacia el comedor donde la mesa era usada como barra y la música era un poco más suave, al menos lo suficiente para escuchar sus voces. Algunos chicos servían las bebidas haciendo mezclas extrañas. Jaemin les entregó las botellas que ellos habían llevado y momentos después cada uno tenía un vaso lleno en sus manos. Al volverse, Yeji había desaparecido y Hyunjin se acercaba a ellos con una sonrisa.

—¡Llegaron! Creí que no vendrían.

—La cama estaba muy cómoda —rió Jeno, haciendo que Hyunjin les diera una pícara mirada.

—Seungmin y Chan están mejor de lo que creía. Llevé bebidas para ellos y estaban muy juntitos.

—¿Y qué hay de ti? —comentó Haechan llegando de la nada y apoyando su brazo en el hombro de Hyunjin. Felix hizo lo mismo sobre el otro hombro y, como ya no había más lugar, Han se apoyó sobre Renjun.

—Yeji me dio la llave del jardín —aclaró Felix—, cuando me lo digas, llevaré a Jeongin y te le declararás.

—Aun no estoy listo —sonrió con falsedad y se escabulló con prisa.

—Es un cobarde —rió Haechan.

Renjun se sintió feliz de ver a su rayito de sol sonriendo con sinceridad y con la ropa que tanto le gustaba sin sentirse cohibido. Estaba feliz de ver que volvía a sentirse, al menos un poco, seguro consigo mismo. Los seis juntos se dirigieron hacia la sala, esquivando a las personas que bailaban llegaron a una esquina donde otros chicos los esperaban. Saludaron a Mark y les presentaron a Changbin y Minho.

Conversaron un rato hasta que Jaemin tiró de sus novios hacia la pista. Renjun se sentía algo tímido, no sabía cómo bailar y las personas a su alrededor no dejaban de empujarlo. Entonces dedicó su atención a terminarse el líquido de su vaso de un trago. El amargor picó en su garganta pero lo ignoró por completo. Jaemin le quitó el vaso ya vacío de sus manos y se acercó a su oreja.

—Iré a llenar nuestros vasos —a pesar de la fuerte música, la voz grave de Jaemin en su oído se escuchaba con claridad, enviándole electricidad a todo su cuerpo—, sé un buen chico mientras no estoy —y antes de alejarse, agarró el lóbulo de Renjun entre sus dientes y tiró levemente de él.

Renjun agradecía que la música fuerte cubriera el suspiro que acaba de escaparse de su garganta. Jaemin desapareció entre la multitud y Jeno se acercó más a él. Envolvió su cintura con uno de sus fuertes brazos y la nuca con su mano libre, teniéndolo a centímetros de su rostro comenzó a besarlo como hacía tiempo quería hacerlo. Los bajos de la música retumbaban en su estómago, pero nada le provocaba ese cosquilleo como sentir la lengua de Jeno jugando con la suya. El menor se alejó levemente y sonrió con satisfacción antes de acercarse al oído de su novio.

—Me encanta poder besarte sin tener la necesidad de escondernos —murmuró con su voz ronca y profunda.

Aprovechando el momento, comenzó a besar ese cuello que tanto le atraía, dirigiéndose poco a poco a las clavículas. Renjun sujetó con fuerza los anchos hombros ajenos mientras se dejaba disfrutar de lo que le hacía. Observó a Jaemin acercarse con tres vasos en sus manos y una pícara sonrisa al encontrar a sus novios de esa forma. El menor le entregó un vaso a Renjun y, con su mano libre coló sus dedos en los cabellos de la nuca del mayor y atacó sus labios sin compasión.

Las piernas de Renjun apenas podían sostenerlo, era una suerte que Jeno lo sujetara con fuerza. Estaba por perder la cabeza por completo, olvidando que estaba rodeado de gente. Jeno y Jaemin se alejaron de él, sintiéndose completamente mareado y no por el alcohol.

Mi Pasado y Mi Futuro (#5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora