Mi Pasado y Mi Futuro (#5)

13

—Espera, creo que no es un buen momento —Renjun sujetó con fuerza el brazo de Jeno, impidiendo que continuara su camino hacia el salón de clases.

—¿Por qué no? —murmuró Jaemin a su lado, confundido.

—Está el tema de Haechan... No creo que sea agradable que digamos una noticia así.

—En realidad, pienso que es lo que se necesita para cambiar el humor del grupo, una buena noticia siempre viene bien —sonrió Jeno, pero Jaemin lo sujetó del brazo, llamando su atención.

—Estoy de acuerdo contigo, pero aún así creo que no es el momento indicado. Mira a Renjun —ambos clavaron sus miradas en el mayor que no estaba seguro de qué hablaban—, está aterrado, es él quien no está listo, deberíamos darle tiempo.

—Amor —murmuró Jeno, acariciando la mejilla de Renjun—, sabes que no debes preocuparte. Son nuestros amigos y ellos estarán felices por nosotros, pero te daremos el tiempo que necesites. Cuando te sientas listo para decirlo, lo haremos, y recuerda que somos tres contra el mundo, no solo tú, siempre estaremos contigo para sujetarte.

Renjun asintió, sintiendo la calidez y el amor de sus novios tranquilizarlo. Le asustaba la reacción de sus amigos ante la noticia de la relación que llevaban entre los tres, nada le aseguraba que simplemente lo aceptaran. Kun merecía saberlo porque lo había ayudado a entender sus sentimientos, pero no logró decirle la verdad a su amigo Lucas, tampoco podría con los demás.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando alguien gritó su nombre, sobresaltando a los tres y haciendo que se separaran en un segundo. Yangyang se acercaba a toda prisa hacia ellos con una enorme sonrisa de emoción pero con un leve brillo de pánico en su mirada.

—¡Estaba esperándote y no llegabas nunca! —sacudió a Renjun de un lado a otro—. Necesito tu ayuda, siento que voy a morir de los nervios —dramatizó antes de observar a los otros dos chicos que los observaban con extrañas muecas—. Oh, hola, ustedes también pueden ayudarme.

—¿Qué ocurre? —Renjun se liberó de las manos de Yang.

—El fin de semana saldré con Sungchan —murmuró, seguido de un gritito de euforia—. Chenle y Jisung vendrán con nosotros y Shotaro tal vez. ¡Pero debo ir súper atractivo! Y necesito ayuda, creo que Jaemin me ayudará con mi look, ¿verdad?

—Eh... claro. Pero te vistes bien, estoy seguro que realmente no necesitas mis consejos —el labio inferior de Yangyang comenzó a temblar y para Jaemin fue imposible resistirse a la mirada de perrito triste del chico—. Sé que entre los dos lograremos que te veas genial.

Yangyang dio un saltito de felicidad y acordaron una salida para comprar ropa y otras tonterías. Realmente no necesitaba gastar dinero, pero ninguno de los tres lograrían convencerlo. Llegaron al salón y dejaron ese tema atrás. Renjun observó a Haechan, su rayito de sol, que se veía un poco más animado que todos los días anteriores, pero aún no volvía a ser él mismo.

Ellos se encargarían de devolverle la sonrisa y esa linda actitud bromista que tanto extrañaban. Debían eliminar su sentimiento de culpa y esas ideas de que debió estar más atento y cuidarse más. En realidad, deberían poder vivir con tranquilidad sin la paranoia de que alguien pueda hacerte algo malo, pero en este mundo, aún no era posible.

...

—¿¡Yukhei!? —Kun logró evitar que la taza de café se escapara de sus manos y la depositó con cuidado sobre la mesa, antes de acercarse al menor—. ¿Qué ocurrió contigo?

Lo obligó a sentarse en el sillón y fue en busca del botiquín, incluso contra la negativa de Lucas. Su labio estaba hinchado y el corte tenía un poco de sangre seca a su alrededor, un hematoma empezaba a formarse debajo de su ojo y una pequeña gota de sangre fresca se asomó de su ceja. Poco a poco desinfectó y trató todas sus heridas.