— Entonces Poché, explícame ¿Cómo es que te casas con mi hija pasado mañana? — pregunta Doña Mafe nuevamente mientras pone una bandeja de pasta sobre la mesa.
Realmente y sin saber por qué, esa pregunta lograba ponerme nerviosa y mas cuando viene de mi ¿Suegra? Si, supongo que sí.
— La verdad Doña Mafe es que estoy muy enamorada de su hija — dije sorprendida de mi comentario por qué yo no estoy enamorada de Calle ¿O si? ¡No! No, no claro que no, esto es solo negocio, si si eso — y ya no puedo esperar a casarme con ella — termino de decir sintiendo unos ojos avellanas encima de mi haciendo que me sonrojara.
— Me alegra escuchar eso Poché, mi hija es muy importante para mí y no quiero que nadie la lastime, ¿Entiendes? Es mi bebé.
— ¡Mamá por favor! — reclama avergonzada haciéndome reír.
— No Calle, ella tiene que saber que espero que cuide bien de ti mi amor, o se las vera conmigo — dice sería.
— Puede estar tranquila Mafe, yo cuidare muy bien de ella — digo mirando a Calle a los ojos notando tristeza en ellos haciéndome sentir más miserable de lo que ya me siento.
— Pues entonces no hay nada más que decir, si estás tan enamorada como dices y la cuidaras muy bien, ya tienes mi consentimiento Poché — me dice tomándome de la mano por encima de la mesa mostrándome una sonrisa.
— Me alegra que ambas contemos con tu apoyo Mafe.
— Si, solo quiero que mi hija sea feliz — dice sonriendonos a ambas — ¿Y como van los preparativos de la boda? — nos pregunta.
— Muy bien Mafe, ya tenemos todo preparado y la ceremonia se preparara en el jardín de mi casa y mañana Calle se ira a probar su vestido de novia ¿Verdad mi amor? — le digo mirándola alado mío.
— Si claro — asegura mirándome confundida por qué claramente ella no sabía nada.
— Quiero acompañarte cariño — le dice Mafe a Calle.
— No mamá, aún sigues indispuesta y no quiero que hagas ningún tipo de esfuerzo.
— Pero si yo ya estoy bien cariño, además no quiero dejarte sola, quiero ir y ayudarte a elegir tu vestido.
— No se preocupe Mafe, usted la va a acompañar, mañana mandare a mi chófer Mario para que las recoja a primera hora.
— ¡María José! — me reprocha mi futura esposa.
— ¿Que? Ella tiene que ir a escoger algo para ella también, así que irá y no se digas más del tema — digo y ella me ve molesta mientras que Mafe me ve con una sonrisa — también quiero que le digas a Paula que se tome el día libre y te acompañe — digo ganándome otra mirada asesina.
— ¡Ya niña! Y que no se diga más, te acompañaremos mi amor — dice parándose de la mesa feliz dándole un beso en la cabeza a Calle para después irse a la cocina dejándonos a ambas a solas.
— ¿Que se supone que estás haciendo?
— No estoy haciendo nada cariño — digo dejando mi plato aún lado.
— Claro que si, t-tu te comportas de esa manera — me dice haciendo gestos con sus manos lo cual me pareció hermoso y super tierno.
— ¿De que manera? — pregunto molestandola.
— Así, como si te importara lo nuestro — dice agachando la cabeza.
— Calle mírame — digo levantandole el mentón — claro que me importas — confieso.
— No me mientas — dice mirándome triste con sus lindos ojos.
— No te miento preciosa, te estoy diciendo la verdad. Cariño serás mi esposa — digo colocando su mechón de cabello detrás de la oreja.
— Si, pero ambas sabemos bajo cuáles términos ¿No? — dice apartándose de mi.
— Si, pero eso no quita el echo de que me gustas mucho, ¿Por qué no lo entiendes? Me gustas demaciado Calle, si yo no sintiera nada por ti no te hubiese propuesto aquel trato. Puedo ser cualquier cosa, pero si yo no siento nada por alguien prefiero terminar las cosas o no empezar nada antes de jugar con sus sentimientos.
Digo por último y ella se me queda viendo sin decir nada, meditando lo que acabo de decir, pero es muy cierto. Está bien, lo acepto, cuando era adolescente me encantaba estar con las mujeres que quisiera, pero siempre les hable claro a todas y nunca jugué con ellas, eran ellas mismas que se involucraban sentimentalmente intentado tener algo conmigo.
— No sabes lo que dices.
— Se perfectamente lo que te digo — me le acercó nuevamente tomándole el rostro con ambas manos.
— N-no — me dice y le acaricio el rostro sintiendo sus nervios.
— Si cariño, déjame demostrártelo — me acerco para besarla pero ella se aparta rápidamente levantándose de su asiento.
— No lo hagas — me dice pasándose la mano por el rostro.
— Pero yo quiero hacerlo Calle, no te hagas la difícil, se que también te gusto, lo noto cuando te toco, cuando te beso, como me miras, lo siento en tus nervios — me mira sin decir nada y yo me levanto y me acerco a ella tomándola de la cintura.
— P-poché....
— Shh dejate llevar Calle — digo con mi rostro en su cuello respirando su olor y Dios está mujer huele delicioso — le tengo miedo al amor Calle, se que lo sabes, no el porque pero lo sabes. Pero también siento que contigo podría tener algo bonito — confieso dándole pequeños besos en la mejilla y en el mentón viendo como cierra sus ojos reaccionando a mis caricias. Ella es demaciado hermosa como para merecerla
— A la mierda — dice tomando mis rostro entre sus manos dispuesta a besarme.
— Niñas, ya es tarde.... — dice interrupiendonos.
— Si mamá — se aparta de mi mirándome apenada por la situación y yo solo sonrio.
O por Dios, que brillo tan hermosos tiene en sus ojos.
¿Que me está pasando con esta mujer?
— Si, yo ya tengo que irme. Señora a Sido un placer y la cena a quedado deliciosa, muchas gracias — digo dándole la mano.
— No es nada Poché, está ya es tu casa y puedes venir cuando quieras.
— Gracias.
— Te acompaño — nos dirigimos a la salida y la tomo del brazo.
— ¿Ya te sientes mejor? — pregunto.
— Si, ya me siento mucho mejor — dice con una sonrisa.
— Eso está bien — digo sin saber que más decir y me dispongo a irme a mi auto.
— Poché.... — me llama y yo me giro viéndola venir hacia mi.
— Dime.
— A mi también me gustas mucho — dice con el brillo de sus ojos y me planta un beso en los labios — cuídate — dice y se va corriendo de nuevo a la casa cerrando la puerta de esta.
— ¿Que haré contigo mujer? — pregunto al aire aún en shock.
No puedo creer que yo le guste, eso me saco una sonrisa ya que se oía mejor de sus labios a qué yo lo suponiera.
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Bueno, no aguante más y escribí el capítulo que seguia.
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𝑬𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒋𝒆𝒇𝒂 𝒈𝒓𝒖ñ𝒐𝒏𝒂 ( 𝑪𝒂𝒄𝒉é )
De Todo- Esto no va a pasar - digo sosteniendo aquellos papeles entre mis manos aún sin llegar a levantar la vista. - No tienes otra opción Calle, esa es la única forma en la que quiero que me pagues - levantó mi vista encontrándome con esos ojos que me m...
