𝓒𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 𝟓𝟎: 𝓢𝓱𝓸𝔀.

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—¡NO PUEDO CREER QUE INTENTE CONFIAR EN TI! — grité furiosa mientras salía de la casa y arrastraba una maleta a mi lado.

—¡Poché por favor! ¡Las cosas no son como tu lo estas pensando! déjame explicarte — exclamaba Calle mientras salía detrás de mi.

—¿Qué vas a venir a explicarme? — pregunté furiosa mientras metía la maleta en el maletero de mi auto — ¿Qué te acostabas con otro mientras decías que me querías? ¡Eres una maldita! ¡¿Cómo pudiste engañarme así?! — dije con lágrimas en los ojos.

—Te juro que las cosas no son como tu las piensas, ¡No te he engañado maldita sea! — me dijo de la misma forma, aún así abrí la puerta del piloto de mi auto —Por favor no te vayas, no me dejes.

—Es muy tarde Daniela, eso lo hubieras pensado antes — dije para después adentrarme en mi auto y salir rápidamente de ese lugar. 

Sentía mi corazón acelerarse debido a la tristeza y dolor. Claramente yo no quería irme, no quería dejarla y menos en esas condiciones, pero también sabia que eso era lo mejor para ella, para mí y para todas las personas que nos rodeaban. No quería poner a prueba a quién quiera que fuera aquella persona que quería de todas las formas posible separarnos, no quería saber de que más sería capaz.

Una lagrima rodó por mis mejillas mientras seguía conduciendo hasta las pequeñas residencias que quedaban a una hora y media de la casa, por suerte tenía un pequeño departamento en ese lugar el cual usaba cuando quería desaparecerme un rato del mundo. Al llegar, estacione mi auto y baje mi maleta para después entrar y subir al ascensor hasta el piso correspondiente. 

Entre al pequeño lugar  y al hacerlo suspiré al sentir el vacío del lugar, no se comparaba en nada al calor familiar que sentía al entrar a mi casa y saber que Calle y Vale esperaban por mi.

Dejé la maleta en la entrada y me dirigí al balcón donde tomé mi celular de mi bolsillo y marque al número de Lauren.

Llamada.

—Lauren—

—¿Llegaste bien?

—Si, ¿Se fueron? —Pregunté mientras suspiraba.

—Si, se fueron cinco minutos después de que tu salieras de la casa — volví a suspirar tranquila — ¿Estás bien?

—No, hubiera preferido no tener que dejar a mi esposa.

—Solo será por un tiempo, mientras averiguamos quién esta detrás de todo esto. Lo importante es que ambas estén seguras y a salvo. 

—Tranquila lo se.

—Vale, te llevare a Valentina en un rato ¿Ok?

—Esta bien, aquí las espero.

Fin de la llamada.

Al terminar la llamada me fui a mi habitación, me quite la ropa que tenía puesta y me acosté en la cama; estaba cansada, tanto física como emocionalmente. Quería irme a mi casa y dormir con mi esposa, quería mi vida de hace una semana de vuelta, donde era feliz.

Me quedé dormida mientras sentía una opresión en el pecho ante las circunstancias por las que estaba empezando atravesar, el haber dejado a Calle y la incertidumbre de si decidía tener o no al bebe. 

(...)

••P'ov Calle••

El haber visto como Poché se había ido de la casa aun lo tenía grabado con fuerza en mi memoria; sabía que no era mas que un simple show, pero uno el cual no sabría cuando tendrá fin. Me dolía estar en aquella casa sin mis dos personas favoritas ahí, las extrañaba y eso que no había pasado más que unas cuantas horas. Me sentía triste y abandonada, aun y cuando sabía que no era así, además cargaba con el echo de pensar que estaba embarazada y no sabía si quería a ese niño o no.

Con los pocos ánimos que tenía subí hasta la habitación donde me despoje de mi ropa y me metí al baño, llene la bañera con agua caliente para después meterme y permitirme relajarme en aquel lugar. 

Sentí cada uno de mis músculos relajarse ante la sensación del agua caliente y cerré los ojos para permitir mi volar ante la situación que estábamos pasando y no pude evitar preguntarme quién era aquella persona que quería destruir mi matrimonio o en su defecto, destruir la vida de mi esposa, cosa que no me hacía sentir mejor en lo absoluto.

Suspire, prefería pensar en que todo aquello iba a lograr solucionarse y yo volvería a tener mi vida de vuelta junto a Vale y mi esposa, por el momento, quería pensar en mi reciente embarazo y en el echo de que algún loco extraño imbécil había puesto los genes de Poché de el de algún chico que ni siquiera conocía y el cual no conoceré nunca; no sabía si eso me hacía sentir mejor o peor.

¿Por qué las cosas tenían que ser así?

¿Por qué no podía tener una vida normal y aburrida como cualquier otra?

Solo a mi se me ocurría enamorarme y casarme con una mujer que tenía mas influencia, poder y enemigos del que yo lograría tener en esa y en diez vidas más.

En fin, salí después de haberme dado una ducha y fui al closet donde me coloque una pijama para después secar mi cabello y poder ir a dormir mas cómoda. 

Al acostarme, sentí unas pequeñas lagrimas en mis ojos al sentir el espacio frío y vacío en el lado de la cama de Poché; estaba acostumbrada a ella, a nuestras secciones de besos antes de dormir, o cuando hacíamos el amor y me rodeaba con sus brazos al terminar tan agotadas y poder dormir. Esta situación era muy difícil.

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⏰ Última actualización: Aug 27 ⏰

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𝑬𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒋𝒆𝒇𝒂 𝒈𝒓𝒖ñ𝒐𝒏𝒂 ( 𝑪𝒂𝒄𝒉é )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora